Pablo Casado considera que la concesión de los indultos a los líderes independentistas supondrá el "epitafio" político de Pedro Sánchez, tal y como le espetaba este mismo miércoles en el Congreso, pocas horas antes de que el Tribunal Supremo (TS) publicase su informe en contra de la medida de gracia para Oriol Junqueras y el resto de condenados.

El líder de la oposición está convencido de la necesidad de llevar una postura tajante y sin fisuras contra el presidente del Gobierno en esta materia, que incluirá el anunciado recurso ante el Alto Tribunal, y también una ofensiva parlamentaria con la intención de ponerle contra las cuerdas. 

Pero todo ello sin que la estrategia se desborde hacia la movilización callejera, como sí ha anunciado ya Vox, por boca de su portavoz parlamentario, Iván Espinosa de los Monteros. Casado evitará así otra 'foto de Colón' con los de Santiago Abascal como la de febrero de 2019, entonces también con Ciudadanos y el que era su líder, Albert Rivera.

La 'foto de Colón', en 2019. EFE

Y lo hará con el objetivo de marcar un perfil propio y de no ahuyentar a los votantes socialistas críticos con la concesión del indulto a los separatistas. "Muchos votantes socialistas no apoyan los indultos, es una medida que no van a entender" aseguran fuentes de la dirección del PP, que avisan también de la importancia que, en este sentido, puedan volver a tener la opinión de los barones territoriales del PSOE, singularmente el habitual trio de críticos: el castellanomanchego Emiliano García-Page, el aragonés Javier Lambán y el extremeño Guillermo Fernández Vara

En la manifestación de Colón, fueron los populares y Ciudadanos quienes no dudaron en convocar a los españoles a manifestarse en la calle -Vox, entonces únicamente con representación en el Parlamento de Andalucía, se sumó a la manifestación- en aquel momento contra lo que significó la "cumbre de Pedralbes" entre Sánchez y el Gobierno catalán de Quim Torra. Un encuentro para el que se llegó incluso a hablar de establecer la figura de un mediador o relator entre los gobiernos central y autonómico. 

La comentadísima imagen de Casado, Rivera y Abascal juntos -Inés Arrimadas se ausentó a última hora, alegando haber perdido un avión, y el candidato que apoyaba Cs a la alcaldía de Barcelona, Manuel Valls, acudió tras sus dudas iniciales pero sin subirse al escenario- rubricó el éxito de convocatoria aquel día de febrero de 2019. Sin embargo, muchos análisis en el PP y en Ciudadanos lo consideraron desde entonces un error estratégico por haber permitido a la izquierda movilizar a su electorado.

"Frente a Colón, somos legión" gritaban, por ejemplo, la vicepresidenta Carmen Calvo y varias ministras socialistas, junto a la esposa de Sánchez, Begoña Gómez, en la manifestación feminista del 8-M de aquel año, apenas un mes y medio antes de las elecciones del 28 de abril, las primeras que los socialistas ganaban en una década. 

Cayetana sí pide manifestarse

Por eso ahora la cautela es máxima en el PP ante este tipo de movimientos. Más aún si se tiene en cuenta que Vox y Abascal son un actor político exponencialmente mayor que entonces. Si en los citados comicios de abril irrupieron por primera vez en el Congreso con veinticuatro escaños, siendo la quinta fuerza de la Cámara Baja, después de las generales repetidas en noviembre de ese mismo 2019 ascendieron hasta los 52 parlamentarios y hasta ser el tercer partido político de España, por delante de Podemos y Ciudadanos.

Fuentes de la cúpula de Vox consideran que actualmente tienen una fuerza de movilización mayor incluso que la del PP, lo que atribuyen en parte la actitud cautelosa de esa formación hacía la "presión callejera" por la que abogan contra los indultos. 

En esta ocasión, la exportavoz del PP y diputada por Barcelona, Cayetana Álvarez de Toledo, volvía a ser el verso suelto de su formación, abogando desde su perfil en Twitter por "salir a la calle a manifestarse contra Pedro Sánchez y sus inmorales e inútiles indultos".

Casado, y eso ya no es una sorpresa, piensa de manera diametralmente opuesta y está dispuesto a medir mucho sus palabras.

Para muestra un botón, en su primera reacción el martes a las declaraciones de Sánchez desde Bruselas, donde por primera vez el jefe del Ejecutivo habló a las claras de los indultos, el presidente del PP publicó un tuit muy contundente, pero en el que, por ejemplo, se cuidaba de hablar, en referencia a los sucesos de Cataluña de 2017, de "golpe al Estado" en vez de golpe de Estado.

Contundencia contra Sánchez y ni un ápice de tregua contra su pretensión de de indultar a los líderes separatistas. Pero con una estrategia medida y autónoma que evite fotos que puedan darle bazas políticas al adversario. Esa es la hoja de ruta de los populares para los próximos meses. 

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