La estrategia de Inés Arrimadas de acercarse a Pedro Sánchez para hacer valer los diez escaños que tiene en el Congreso de los Diputados ha provocado que el partido con el que comparte cuatro gobiernos autonómicos de por rota una posible alianza para ir juntos a las elecciones en Cataluña.

El Partido Popular mira ojiplático hacia Ciudadanos y considera que los "excesivos arrumacos" de su presidenta con el Gobierno de Sánchez y Pablo Iglesias les aleja incontestablemente de cerrar una coalición que ya no suma, sino que resta: "Tragar con lo del catalán ya ha sido de traca...", argumentan.

La alianza PP+Cs debutó en el País Vasco, donde tan solo sumaron cinco diputados, un resultado peor que el que obtuvo el PP yendo en solitario en 2016. "Aquella fórmula fracasó. No podemos reeditarlo", reflexionan tiempo después.

En el PP catalán, donde han apostado por competir con Ciudadanos en listas electorales separadas, dan palmas de alegría tras escuchar al presidente de su partido, Pablo Casado, dar por amortizada cualquier alianza electoral de cara al futuro. Los conservadores catalanes consideran que hay mucho por crecer en una región, Cataluña, que "no perdona que Inés Arrimadas pusiera rumbo a Madrid" unos meses después de ser la líder más votada en unas elecciones.

Huérfanos

"Arrimadas dejó al centroderecha huérfano y ahora lo va a pagar". Con esta consigna trabajan concienzudamente en el Partido Popular catalán, que apenas arañó cuatro escaños en los últimos comicios y, ahora, mira con gran esperanza hacia el futuro. "Vamos a ir a las elecciones con nuestras siglas y nuestro proyecto, que va a crecer bastante", vaticinan.

Las quinielas más optimistas le sitúan ya por encima de los 10 diputados, aunque en la dirección regional esquiva hablar de escaños y opta por mantener la cautela: "Sea cual sea el resultado, la curva para el PP es ascendente y Ciudadanos se despeña por el precipicio", visualizan.

El elemento discordante en la ecuación es qué resultado sacará Vox, un partido al que todas las encuestas aseguran que irrumpirá con fuerza en el tablero político catalán. Santiago Abascal utilizó la moción de censura fallida para presentar en sociedad a su candidato, Ignacio Garriga, que fue el encargado de presentar la candidatura de Abascal en el Congreso de los Diputados.

En Génova son conscientes de que mientras Vox consiga convence a una parte del electorado de centroderecha, será muy complicado ganar. Sin embargo, consideran que es el momento de seducir y convencer a sus votantes y no ir juntos a las elecciones. "Solo hay una manera de llegar algún día a La Moncloa: dejando a Cs y a Vox sin espacio electoral", reflexionan en el PP.

Encuestas

Los conservadores en Cataluña consideran que el voto afirmativo de Ciudadanos a las cuentas públicas de Sánchez e Iglesias perjudicaría al proyecto común que firmaron por primera vez en las elecciones de País Vasco. "Además, Cs tiene gravísimos líos internos, con denuncias por las no primarias. No parecía muy sugerente subirse a ese barco", describen fuentes de la dirección regional del PP catalán.

Todas las encuestas pronostican un derrumbe sin precedentes de Ciudadanos en Cataluña. En las elecciones de 2017 consiguió un resultado histórico: 37 escaños. Hay pronósticos que hoy ya le sitúan por debajo de los 10 diputados.

Los conservadores descartan por ahora fichar a dirigentes del partido naranja ante el eventual desastre electoral: "Una opa fue fichar a Ángel Garrido y a José Ramón Bauzá cuando aún eran cargo del PP. Eso no lo haremos", reprochan a Ciudadanos. Su gran objetivo es reconquistar "poco a poco" el espacio cedido a los naranjas.

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