Los Presupuestos pasarán esta semana su primer trámite parlamentario y algunos barones socialistas comienzan a hacer oír su voz. El presidente de Aragón, Javier Lambán, en una entrevista este martes en Onda Cero, advertía a Pedro Sánchez de sus preferencias para la negociación de las Cuentas Públicas.

"ERC me parece un aliado muy inquietante y Ciudadanos un socio muy tranquilizador", afirmaba, terciando así en el debate entre priorizar a los socios de la investidura, como quiere Pablo Iglesias, o abrir la puerta a los de Inés Arrimadas, como prefieren ciertos sectores del PSOE.

Para Lambán, ponerse en manos de quienes como los independentistas catalanes "no creen" en el mismo proyecto de país, "siempre entraña dificultades añadidas". 

Preguntado por la Ley Celaá de Educación, Lambán se muestra partidario de reformar la Ley Wert -"disparatada" en algunos aspectos- mediante un gran "pacto nacional", para evitar, explicaba, que el próximo gobierno haga otra norma.

El presidente aragonés considera que la reforma ecucativa es la "piedra angular" del proyecto nacional y que la lengua es "su alma". Por ello, lamentaba que el castellano no se reconozca como lengua vehicular, como se hacer en la enmienda pactada entre PSOE, Podemos y ERC para blindar el sistema de inmersión lingüística en Cataluña.

Delito de sedición

En opinión del líder socialista, el cambio que introducía la ley de Educación de los populares y que introducía el concepto de "vehicular" para el castellano era acertado, aunque ha subrayado que lo importante es que se cumpla el artículo 3 de la Constitución, que establece que todos los españoles tienen el deber de conocerlo y el derecho a usarlo. 

Lambán ha asegurado, además, que la negociación de la Ley Celaá no debería mezclarse con la presupuestaria. "No es lo más aceptable", concluía en el programa Más de Uno de Carlos Alsina.

Por otra parte, Lambán impugnaba al Gobierno al considerar que no hay demanda, como afirmó el ministro de Justicia, Juan Carlos Campo, para reformar el delito de sedición. "A mí por la calle nadie me ha parado todo apesadumbrado porque hace falta modificar el delito de sedición" aseveraba con ironía.