El proveedor sanitario llevaba varias semanas perdido. Aparece el día más inesperado, cuando el Gobierno de Sánchez huele a chamusquina y uno de sus ministros, el de Interior, directamente a achicharrado. Se produce, además, una novedad en su manera de comunicarse: llama por WhatsApp.

"¿Qué por qué le llamo por guasap? Más claro, verde… verde como el uniforme de la Guardia Civil. Hablar por aquí es más seguro y menos controlable. Ahora sí que no me fío de nadie. Si todo un señor juez, el susodicho Marlaska, es capaz de destituir de la manera que lo ha hecho a un jefe de la Benemérita, muy bien considerado internamente por lo que leo, ¿quién me dice a mí que no ha ordenado un seguimiento a todos los desafectos al Gobierno, entre los que estaría yo… y usted cuando me copia?"

El proveedor sanitario no ha perdido el humor. Es un sarcástico adusto que roza lo militar. Dice estar cada día más preocupado por los bandazos del Gobierno y algo más deprimido desde que ha vuelto a leer a Josep Pla, al que cita varias veces.

La destitución fulminante de Pérez de los Cobos,ha provocado un terremoto en la Benemérita.

"Pues le llamo porque acabo de leer en su periódico que el Gobierno ha dado con una mano una puñalada a la cúpula de la Guardia Civil y con la otra ha subido el sueldo a la tropa. O sea, que hace y deshace a su antojo. Y he recordado un documento que debí pasarle hace unas semanas y que, en la actuales circunstancias, viene como anillo al dedo. O, dicho de otra manera, como tricornio a cabeza de número".

"Este documento viene a confirmar lo que tantas veces hemos hablado desde que nos teleconocemos. Como ha sucedido en la crisis del coronavirus, tenemos un Gobierno de efectos retardados: toma las decisiones tarde y mal, compra tarde y mal material sanitario y, desde luego, actúa siempre según sus propios intereses. Fíjese en el siguiente detalle: ahora hay dinero para la equiparación de los sueldos de guardias civiles con otros cuerpos de seguridad que operan en España, pero hace solo unas semanas no había unos pocos millones para vigilar la salud del personal de la Guardia Civil”.

"¿Y cómo es posible esto? Pues porque vivimos en Sanchilandia. Y que no se moleste nadie. El país donde todo es posible si le interesa a Sánchez. De estar acorralados por el coronavirus a levantar la mano para que empiece el fútbol, lleguen turistas y tomemos cañas en la calle. Eso sí, con mascarilla. Por una sencilla razón: porque ya han llegado las mascarillas".

"Por esta misma ecuación, al presidente del Gobierno y a su ministro del Interior les traía al pairo la salud de los 71.478 miembros de la Guardia Civil hace unos meses al no haber dinero suficiente. Y ahora, como quieren ponerse a bien con ellos, se les sube el sueldo".

30 euros por chequeo completo

"Se lo explico. En enero de este año el Ministerio del Interior, a través de la Dirección de la Guardia Civil y de la Jefatura de Asistencia Personal, convocó en concurso público la contratación de un chequeo médico para todo el personal en el marco de la vigilancia de la salud, decía la convocatoria".

"La Guardia Civil está en primera línea de combate, tratando con todo tipo de sujetos, en las carreteras, en las prisiones, en las fronteras, en los puertos, en los pueblos, etcétera. La salud de esta gente está constantemente en riesgo. Las condiciones económicas del concurso eran tan bajas, tan poco atractivas para empresas de prevención como la antigua Asepeyo, Quirón y similares, que el concurso ha quedado desierto en tres ocasiones. Nadie movió un dedo, ni desde Moncloa ni desde el Ministerio de Interior para solucionarlo al no llegar ofertas".

María Gámez y Fernando Grande-Marlaska, en una imagen de archivo. EFE

"La propuesta era ruinosa para las compañías aseguradoras. Un chequeo individualizado, con reconocimiento médico, electrocardiograma, espirometría, audiometría, análisis de sangre, de orina…. Todo por entre 32 euros y 60. Y había que disponer de centros repartidos por toda España, con no menos de 120 médicos… El Ministerio sabía que quedaría desierto, porque, insisto, parecía traerles sin cuidado la salud de la Guardia Civil. Todo muy Sanchilandia. Para que luego se metan con la sanidad privada y hablen de la preocupación de este Gobierno por la salud de los españoles”.

"Aquí hay dinero para lo que interesa. Como, por ejemplo, para pagar a altos cargos nombrados a dedo, como la lista con los 26 directores generales que publicaron ustedes en EL ESPAÑOL hace una semanas. Cerca de 3 millones en sueldos para cargos que podían ser desempeñados por altos funcionarios. Total, que los 71.000 guardias civiles siguen sin su chequeo anual y ahora intentan contentarles de golpe de unas cosas y de otras subiéndoles el sueldo”.

Eternity caro

"A propósito de gastos superfluos y exagerados. Ayer hablé con mi agente en China y le pregunté a qué precio podía conseguirme respiradores Eternity. ¡Qué macabro sarcasmo: comprar respiradores marca Eternity para enfermos de coronavirus que seguro han muerto al no llegar a tiempo estas máquinas”.

"¿Sabe el precio que me dio mi agente en China? 19.000 euros en fábrica, a lo que habría que añadir la comisión y el transporte. En total, 21.000 euros. Pues el Gobierno se ha gastado 10 millones de euros para adquirir 200, a razón de 50.000 euros, que aún no ha llegado. La intermediaria de Granada, especializada en píldoras y nutrientes para echar músculos y en importar comida de animales, ha dado el pelotazo. Enhorabuena. ¡Eternity! Mi contacto en China también me ha dicho que, si es para auxiliar a un familiar enfermo, elija otra marca de respiradores”.

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"Bienvenidos sean cuando lleguen los respiradores. Será bueno que estén localizados o instalados en los hospitales ante una previsible segunda oleada de Covid-19 en el otoño próximo. Al menos, tendremos mascarillas. ¿Sabe la impresión que tengo? Que ahora las mascarillas son obligatorias porque el Gobierno ya las ha recibido. Setecientos millones de mascarillas. Y antes no lo eran, porque no tenían. Así de sencillo”.

"¿Está esto tipificado en algún código penal, que las medidas de salud se adapten a los intereses y circunstancias del Gobierno? Por esta misma razón, desconfío cuando dicen que los guantes, en realidad, son peligrosos al crear una falsa sensación de seguridad. ¿No será que no tienen pares suficientes para todos los españoles? ¿Peligrosos los guantes? ¡Ellos sí que son peligrosos!”.

"Estaremos con mascarillas hasta noviembre o diciembre, como le dije en una de las anteriores entregas, cuando las mascarillas según el doctor Simón no eran necesarias. El susto o muerte, que se dice el día de los muertos en algunos países, nos vendrá muy bien en noviembre si seguimos con este Gobierno. Pero no quiero hacer juicios políticos y mucho menos juegos de palabras, porque la situación no está para bromas”.

Lo que pasó en febrero

"Me refería antes al sentido utilitarista de las cifras y las fechas en el relato de Pedro Sánchez. Se lo he dicho algunas veces: ustedes, los periodistas, no leen los periódicos que escriben. Hay que mirar atrás, ojear informaciones pasadas para entender por qué se hacen las cosas. Ahora está quedando claro por qué no se suspendieron las manifestaciones del 8-M, aún a sabiendas de que no prohibir la congregación de cientos de miles personas en España ese día, unas pegaditas a otras, obedeció a una razón política”.

"Pero yo soy solo un proveedor. Usted es el periodista. Mire la foto del 8-M en Madrid. ¿Por qué se sorprenden hoy de la decapitación del coronel Pérez de los Cobos, con su informe incriminatorio, tras ver como vimos la cabeza de la manifestación central en la capital de España, con los 11 que sostenían la pancarta? Una alineación política de Champions: de izquierda a derecha, Marlaska, Celaá, González Laya, José Manuel Franco –el delegado del Gobierno en Madrid que la autorizó-, la vicepresidenta Calvo ("te va la vida”), la señora del presidente, Begoña Gómez, Calviño y otras ministras más que no recuerdo. Y detrás, cubriendo la portería, Rafael Simancas. Casi nada. Sólo faltaba Lastra”.

Los ministros Fernando Grande-Marlaska, Isabel Celaá, Arancha González Laya, la vicepresidenta primera del Gobierno, Carmen Calvo, la ministra Carolina Darias y la exministra de Trabajo Magdalena Valerio, en los momentos previos a la manifestación del 8M Europa Press / Jesús Hellín

"El sábado pasado estuve a punto de llamarle. Pedro Sánchez, que es el más hábil de todos ellos, por eso es el jefe, se lució como fenomenal manipulador. Desde el primer día, Sánchez está en construir su relato del coronavirus. Incluso cuando al Gobierno de España se le morían 2.000 personas cada día, 1.000 oficiales y otras tantas en sus casas o en residencias”.

"Pues el sábado superó todos sus registros para exculparse al no haber sabido actuar antes contra el coronavirus. Yo le llamé hoy para alertarle del documento sobre el chequeo médico de los Guardias Civiles y la desatención del Gobierno, pero déjeme que le cuente el mayor acto de cinismo público que he visto en Sánchez durante estos tres meses de pandemia”.

El alarde de cinismo

"Se refería el sábado pasado a que a mediados de febrero ni los periodistas ni la oposición veían la gravedad del coronavirus, razón por la cual cuando la dirección del Mobile World Congress decidió suspender la cita en Barcelona, los mismos medios de comunicación –según Sánchez- consideraron que era una decisión precipitada”.

"Y volvemos a lo de antes: este es el país de Sanchilandia, donde Sánchez tiene poderes de presidente cuando le interesa. Porque era él quien tenía toda la información. El 12 de febrero la organización decidió su suspensión. El 13 de febrero, Illa asistió a una cumbre de la UE en Bruselas de ministros de Sanidad para tomar medidas de emergencia para hacer frente al brote de coronavirus y evitar su propagación. El 14 de febrero parecía habérsele olvidado, porque declaró, según he leído en su periódico, que no hay ninguna razón de salud pública para la no celebración de eventos de este tipo”.

"Eventos de este tipo con miles de chinos que iban a llegar al Mobile de Barcelona, con Wuhan en plena explosión. La misma vicepresidenta Calvo declaró el 15 de febrero que la suspensión no era por ninguna alerta sanitaria y el experto jefe, Simón, agitó sus manos, carraspeó y pronunció la palabra final: no existe un criterio sanitario para suspender el Mobile".

"En fin, esto no tiene solución. Y Sánchez, en su Aló del sábado, dice lo que le viene en gana y todos los españoles, a escucharle. Él sí que no se enteró en febrero. Entre otras cosas, porque el Gobierno estaba distraído con tonterías en aquellos días, con el escandaloso lío de Ábalos con Delcy Rodriguez en el aeropuerto de Barajas. Perdiendo el tiempo. Porque no creo que tengamos mucho que aprender de Venezuela y de su vicepresidenta. ¿O sí? Si Ábalos y Sánchez necesitan clases particulares que llamen al presidente de Portugal… qué vamos a esperar de un Gobierno que no sabe ni contar a sus muertos. Para qué seguir”.

El proveedor sanitario corta abruptamente, no sin antes hacer varias referencias al último libro que ha leído de Josep Pla. El argumento, Madrid y el advenimiento de la II República. Aquel año de 1931. El sabio payés del Ampurdán escribe: "Resulta curioso constatar que, a veces, los hombres empiezan a volverse sensatos cuando lo tienen todo perdido”. Una frase que lo mismo sirve para Sánchez que para los votantes en general.

En este pequeño libro en páginas y grande en profundidad, Pla se divierte cuando cuenta la carcajada mundial que se produjo al conocerse el afán de muchos constituyentes, con Luis Araquistain al frente, para consagrar en la nueva Constitución que "España era una República de Trabajadores de todas las clases”.

De 1931 a 2020. Disparates políticos los hay en todas las épocas..

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