Al menos 15 ancianos, según confirmó el director general de Salud Pública del Gobierno de Castilla-La Mancha, Juan Camacho, han fallecido en una residencia de Tomelloso (Ciudad Real) en los últimos días. Solo cuatro de ellos dieron positivo en las pruebas del COVID-19, si bien al resto de víctimas no se les ha practicado el test. De hecho, según Camacho, la mayoría de muertes se produjo antes de conocerse la gravedad del brote.

Esta cargo del gobierno regional también aprovechó su comunicado para desmentir la "desatención" por parte de las autoridades que había denunciado previamente el director de la residencia, José Manuel Sampedro.

Sampedro, que habló en principio de 12 víctimas, comunicó que él mismo se ha hecho el test del coronavirus y ha dado positivo. Al mismo tiempo, ha precisado que, hace unas dos semanas, cinco ancianos presentaron síntomas de coronavirus y fueron trasladados al Hospital de Tomelloso, donde fueron ingresados y se les hicieron las pruebas del COVID-19, que dieron resultado positivo. De estos cinco infectados, cuatro fallecieron en el hospital.

Sin pruebas, pero con síntomas

Además, ha explicado que el sábado 14 de marzo murieron en la residencia otros cuatro mayores, a los cuales no se les realizó la prueba de coronavirus, aunque Sampedro ha aseverado que sí presentaban los síntomas del coronavirus. Y ha añadido que, desde el sábado 14 de marzo hasta este miércoles, han fallecido otros cuatro ancianos en la residencia, que también tuvieron los síntomas del COVID-19 aunque tampoco se sometieron a los test.

Sampedro ha indicado, asimismo, que de los 170 residentes, treinta están aislados en sus habitaciones por posible coronavirus y otros veinte trabajadores están en cuarentena en sus residencias, también por presentar síntomas de coronavirus.

El director de esta residencia de mayores ha reclamado atención urgente de las autoridades sanitarias, ya que ha asegurado que se sienten "desbordados" por la situación y ha afirmado que carecen de medios humanos y materiales para hacer frente a la pandemia, por lo que también ha dicho que se sienten "abandonados". Asimismo, ha señalado que desde que conocieron el primer caso positivo por coronavirus se cerró la residencia y solo pueden entrar a la misma los trabajadores, mientras que los ancianos están en sus habitaciones, para lo que han tenido que triplicar los turnos para poder atenderlos uno por uno.