"Tenemos el deber moral de pedir el indulto de Dolors. Y no como rendición. Es una persona muy comprometida y que queremos mucho". El secretario general de UGT en Cataluña, Camil Ros, anunció con esa frase la intención de su sindicato de solicitar la medida de gracia para Dolors Bassa, exconsellera de la Generalitat y condenada por sedición por el Tribunal Supremo junto a los demás líderes del procés. 

Según el artículo 19 de la Ley de Indultos, "pueden solicitar el indulto los penados, sus parientes o cualquiera otra persona en su nombre, sin necesidad de poder escrito que acredite su representación". Es decir, que cualquiera puede pedir la medida de gracia, incluso si el reo no lo hace o está en contra. 

El anuncio de UGT en Cataluña no ha pasado desapercibido para diferentes sectores socialistas que creen que la permanencia en prisión de los condenados impide la resolución de la crisis política en Cataluña y en relación al conjunto del Estado. "Que estén en la cárcel no es bueno para nadie. De hecho, ya están saliendo por vías legales y supervisadas por la Justicia y no está ocurriendo nada", explica un dirigente socialista. "Ahora hay un indulto sobre la mesa y una vez supere los trámites, el Gobierno tiene que considerarlo seriamente", explica este dirigente. 

El Ejecutivo trabaja en varias vías en relación a los políticos presos. La anunciada por Pedro Sánchez es la reforma del Código Penal que modifique la legislación de manera que, al ser aprobada, se aplique la norma más beneficiosa al reo, en este caso la nueva. Si se rebajan las penas de cárcel por sedición, la aplicación sería inmediata y beneficiaría directamente a los presos, incluso aunque al mismo tiempo se cree otro delito o se modifique el de rebelión para evitar que, en el futuro, casos como los de 2017, con aprobación de leyes de desconexión, un referéndum suspendido por el Constitucional y una declaración unilateral de independencia, queden sin castigo. 

Sin embargo, esta reforma, que ahora está siendo estudiada por Justicia, puede tardar más tiempo de la cuenta. Para empezar, es compleja técnicamente. Además, necesitará ser aprobada en el Congreso de los Diputados y el PSOE tendrá que valorar cómo articularla: a través de un proyecto de ley del Gobierno o de una proposición de ley de los grupos que evite ciertos trámites, como consultar al Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). Este jueves, el ministro de Justicia, Juan Carlos Campo, prometió al CPJF no burlar su criterio en una reforma de este calado. 

La oportunidad política también será un elemento importante para el PSOE, ya que Sánchez puede sufrir protestas internas si la rebaja de la sedición no se acompaña de algún otro tipo que pueda prevenir nuevos desacatos en el futuro. Según fuentes socialistas, el equilibrio podría pasar por rebajar la sedición con ERC y perfilar un nuevo tipo de la mano del PP. Pero ese camino es incierto. 

Ante la dificultad de la reforma, crecen las voces que aseguran que hay que estudiar la vía de los indultos, entre otras cosas porque puede que no haya más remedio. "Yo lo concedería si los informes son favorables", explica un influyente dirigente socialista. 

El de Bassa, si finalmente llega a término, será el primer test. Pero la vía tampoco gusta demasiado a algunos sectores independentistas, que reclaman una amnistía. Es decir, no perdonar la condena sino dejarla en papel mojado, reconociendo implícitamente que no fue acertada. 

Unidas Podemos es proclive a cualquiera de las opciones, también a la de los indultos, aunque la llegada de Pablo Iglesias al Gobierno ha extremado la cautela en su entorno. 

"¿Cree que me importa la gobernabilidad de una España que tiene a mi hermana y a mi gobierno en la cárcel y en el exilio?", se preguntó Montserrat Bassa, hermana de la condenada, en el debate de investidura de Pedro Sánchez, hace poco más de un mes. En esa votación clave, ERC se abstuvo pese a las duras palabras de Bassa. Si su hermana y, en el futuro, otros presos salen de la cárcel por la vía del indulto, la gobernabilidad de España podría estar garantizada pra Sánchez. 

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