Pedro Sánchez no está preocupado por la sentencia del conocido como caso de los ERE de Andalucía, donde se juega el futuro de 21 altos cargos de la Junta de Andalucía, incluidos dos expresidentes, Manuel Chaves y José Antonio Griñán. 

Fuentes de la Ejecutiva del PSOE aseguran que el presidente del Gobierno está "tranquilo", ya que los hechos juzgados en modo alguno pueden imputarse a su etapa como secretario general del partido y los altos cargos encausados ya no están en la primera línea política.

"Es agua pasada", explican fuentes cercanas a Sánchez, que aseguran que lo que le ocupa y le obsesiona es llevar a buen puerto su investidura, pendiente de los votos de ERC, el PNV y partidos minoritarios, además de los de Unidas Podemos, con quien espera gobernar en coalición. 

En el PSOE aún se recuerda la frase de Sánchez, pronunciada poco después de llegar a la cúspide del poder socialista: "No me temblará la mano en echar a ningún corrupto del PSOE", dijo en 2015. Su equipo reivindica que, con Sánchez al frente, el partido ha luchado contra la corrupción, tanto dentro como fuera del partido (como ejemplo ponen la moción de censura a Mariano Rajoy), y que la honorabilidad del jefe de filas está fuera de toda duda, por lo que no tendría que adoptar nuevas medidas de calado. 

No complicará la investidura

En el equipo del presiente no temen que una sentencia condenatoria complique las negociaciones de investidura. Si acaso, podría aclararlas, razonan, ya que hará más evidente el "no" de PP y Ciudadanos, que gobiernan en la Junta. Y eso dejará a Sánchez sin más opción que seguir explorando un acuerdo de izquierdas que podrá depender hasta de nueve partidos. Frente a la posibilidad de terceras elecciones y de que Vox suba aún más, no se concibe que la sentencia trunque la esperanza de una investidura de izquierdas. 

Más preocupados están en el PSOE andaluz. Para empezar, porque afecta a referentes del partido como Chaves y Griñán. Este último se enfrenta a seis años de prisión y 30 de inhabilitación por prevaricación y malversación, mientras que Chaves sólo tendrá que enfrentarse a 10 de inhabilitación. "Ninguno se ha llevado un euro", defienden los suyos. 

Los socialistas andaluces creen que la sentencia puede ser algo parecido a su Gürtel, una losa con la que tendrán que cargar mucho tiempo, viendo cómo les hunde buena parte del discurso en cualquier debate parlamentario y erosionando la imagen pública del partido, que ya ha empezado a pagar parte del precio al ser desalojado de la Junta. 

"Va a afectar mucho a toda una época del socialismo andaluz, es muy preocupante para el partido", explica un dirigente. "Será algo muy sentimental" que minará la moral del partido al mismo tiempo que permitirá a la Junta, gobernada por PP y Ciudadanos, rearmarse tras resultados electorales no muy buenos, especialmente para los naranjas.

Preocupación por Griñán

En el partido en Andalucía están convencidos de que los encausados no salvarán bien la jornada de este martes y la preocupación se cierne sobre Griñán por la pena de seis años de prisión que pide la Fiscalía. 

Pero, además, la propia Susana Díaz podría ser salpicada, ya que era secretaria de Organización del PSOE de Sevilla mientras los hechos tuvieron lugar. Y los hechos son un presunto fraude enorme de más de 680 millones de euros en concesiones de ayudas a empresas en crisis sin que hubiera ningún control por parte de la Junta de Andalucía. 

Ella no está encausada, pero ya tenía altas responsabilidades en la sala de máquinas socialista donde José Antonio Viera, secretario general del partido en Sevilla, sí se arriesga a una condena. 

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