El barco Aita Mari, de la ONG Salvamento Marítimo Humanitario (SMH), ya navega por aguas de la zona SAR (búsqueda y rescate, por sus siglas en inglés) de Malta, Italia y Libia. De esta forma la onegé vasca desafía al Gobierno español que ya amenazó hace unos meses al buque Open Arms con sanciones de hasta 900.000 euros si realizaba labores de búsqueda y rescate de emigrantes en el Mediterráneo Central. 

El Aita Mari zarpó este martes desde el puerto de Mitilene, en la isla griega de Lesbos, con destino a la zona SAR maltesa. El buque, que puso proa desde Pasajes (Guipúzcoa) el pasado día 20 de octubre, descargó casi ocho toneladas de ayuda humanitaria para paliar las necesidades que viven miles de refugiados en Grecia. En su bodega llevaron más de 900 pares de zapatos, ropa de abrigo o medicinas. 

La organización asegura que su intención en el Mediterráneo Central es "continuar realizando labores de ayuda humanitaria, ya sea como apoyo a otros barcos solidarios que se encuentren en la zona, como atender a cuanta embarcación a la deriva se encuentre en la zona". 

El presidente de la ONG Salvamento Marítimo Humanitario, Íñigo Mijangos, que se encuentra en estos día a bordo del Aita Mari, ha conversado con EL ESPAÑOL y no duda en afirmar que si se encuentran un bote a la deriva y tienen que proceder a realizar un rescate lo harán. "Si realizamos un rescate en aguas maltesas bajo la coordinación de sus autoridades no tiene por qué haber ningún problema para desembarcar a la gente". 

El Aita Mari ha estado casi un año atracado en el puerto de Pasajes tras un bloqueo administrativo del Gobierno español. Desde la ONG critican al Ejecutivo porque "ha entorpecido constantemente la acción humanitaria del Aita Mari, retrasando y restringiendo la navegación con nuevos requerimientos desproporcionados y al margen de los establecidos en sus propios reglamentos". Mijangos asevera que "no comprende el giro de 180 grados del Gobierno" y que algún día tendrá que "responder ante los ciudadanos o ante sus conciencias".

Posibles sanciones

El último despacho que ha enviado la Marina Mercante a la ONG, al que ha tenido acceso este periódico, fue otorgado en octubre y permitía al barco zapar hasta las islas griegas con la exclusividad de transportar ayuda humanitaria. Sin embargo, en el documento se puede observar que el Gobierno insiste en que "en ningún caso" el barco podrá "llevar a cabo otras navegaciones"

"En ningún caso podrán llevarse a cabo otras navegaciones más allá de la

autorizada en esta resolución, con el propósito de realizar operaciones de búsqueda y

salvamento u otras actividades que deriven con toda probabilidad en tales operaciones", reza el escrito.

Pero desde la organización subrayan que fueron "muy claros" con la Marina Mercante desde el "principio". "Si después de estar en Lesbos, el barco es necesario en la zona del Mediterráneo Central pediremos un despacho para ir allí" porque, según ellos, la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar prevalece sobre cualquier otra ley. 

El Ejecutivo español ya ha tenido que abordar casos como el del Aita Mari. El precedente más cercano tuvo lugar este mes de agosto cuando el barco Open Arms rescató a más de 100 personas y estuvieron casi veinte días a la espera de un puerto seguro, tras varias trabas administrativas consiguieron desembarcar en Lampedusa (Italia), al borde de una emergencia humanitaria. 

Días antes, el capitán del buque de Proactiva Open Arms recibió una carta del Director General de la Marina Mercante, Benito Núñez Quintanilla, donde le amenazaba con multas de hasta 901.000 euros si persistían en su idea de retomar las labores de rescate de personas que están a la deriva en el mar. Aunque meses después el Ejecutivo no ha tomado ninguna medida al respecto y la ONG continúa salvando vidas en el mar. 

El Gobierno con estas sanciones tan elevadas quiere evitar que los barcos de las onegés tengan que viajar largas distancias o se queden varados en el mar con migrantes a bordo y sin un puerto seguro en el que desembarcar. 

Un antiguo atunero

El Aita Mari es un antiguo atunero construido en el puerto de Guetaria y responde a la morfología de los buques del mar Cantábrico. Desde SMH aseguran que tuvieron que hacer una importante reforma a bordo. "Retiramos todos los artilugios de pesca , ampliamos la cocina y construimos una enfermería". Tras esta rehabilitación puso proa al Mediterráneo en septiembre de 2018.

José María Zubía Cigarán, Mari o Aita Mari fue un marino y pescador que se convirtió en un héroe popular por las labores de salvamentos que realizó. Según la organización, a lo largo de su vida fueron innumerables los rescates en los que participó, perdiendo la vida el 9 de enero de 1866 en una tormenta después de haber puesto a salvo a unos cuantos marinos en peligro.