Pedro J. Ramírez Daniel Basteiro

Pedro Sánchez se siente cómodo hablando de economía. Según él, el Ejecutivo "ni va a crear falsos alarmismos ni va a navegar en una falsa autocomplacencia.

Entrevista a Pedro Sánchez. Economía Silvia P. Cabeza

El presidente del Gobierno en funciones se compromete a resolver "en cinco años" el déficit de la Seguridad Social, que quiere devolver al equilibrio, sin subir impuestos a la clase media y trabajadora, que él identifica con personas como los lectores de este periódico y sujetos a una nómina. 

Acaba de anunciar la revalorización de las pensiones conforme al IPC. La caja de la Seguridad Social está exhausta. ¿Cuál es su plan para hacer sostenible en el corto y medio plazo el sistema de pensiones? ¿Cómo va a combatir el déficit del sistema de la Seguridad Social?

Cuando llegamos al Gobierno, nos encontramos un Fondo de Reserva de la Seguridad Social prácticamente minúsculo en comparación con cómo lo dejó el anterior Gobierno del PSOE. Además, había un déficit estructural de más de 15.000 millones de euros. Políticas relacionadas con el aumento de las retribuciones de los trabajadores y el aumento del salario mínimo interprofesional hacen que se aumenten las contribuciones a la Seguridad Social y, por tanto, los ingresos de ésta. Mi compromiso es resolver en cinco años el déficit de la Seguridad Social y creo que vamos por el camino.

Es decir, que la Seguridad Social tenga déficit cero en cinco años.

Sí, sí. Resolverlo y tener el equilibrio presupuestario debido. Además, hay mecanismos e instrumentos para hacerlo. Antes del 28 de abril estuvimos a punto de alcanzar un acuerdo entre todas las fuerzas políticas en el Pacto de Toledo. Entre otros, quien hizo estallar ese acuerdo fue Unidas Podemos, que ahora me planteaba como exigencia tener el Ministerio de Trabajo y de Seguridad Social. En esas recomendaciones que hacían los grupos parlamentarios al Gobierno se hablaba de la racionalización de algunos gastos imputados a la Seguridad Social, de hablar de algunas fuentes de ingresos complementarias a la Seguridad Social, de la necesidad de mejorar las retribuciones de los trabajadores y de revisar las políticas activas de empleo.

Las bonificaciones a la seguridad social de determinados colectivos no están siendo lo suficientemente eficaces para el objetivo para el que nacieron. Hay un gran elenco de opciones, no sólo en cuanto a ingresos sino sobre los gastos imputados a la Seguridad Social que pueden dar un horizonte de estabilidad a la clave de bóveda del sistema de bienestar que es la Seguridad Social.

Sánchez conversa con Pedro J. Ramírez, director de EL ESPAÑOL, junto a Daniel Basteiro. Jorge Barreno

¿Qué va a hacer con los impuestos, sobre todo si vienen mal dadas? ¿Se comprometería a no subir el IRPF mientras no se despejen los nubarrones que en estos momentos acechan a la economía española?

Le puedo garantizar categóricamente que a la clase media y trabajadora no le voy a subir los impuestos.

¿Cuáles son los límites? ¿Dónde termina la clase media?

La clase media y trabajadora pueden ser muchas de las personas que lean su diario. Es un concepto subjetivo, pero creo que el IRPF, sobre todo en el aspecto más vinculado con la nómina, es evidente que afecta a la clase media y trabajadora. Cuando hablamos de justicia fiscal, me refiero sobre todo a las vías de elusión que existen en el impuesto de sociedades, especialmente para las grandes corporaciones que lo que están haciendo es eludir buena parte de los ingresos que tienen y sus obligaciones fiscales a través de esos agujeros que se han creado en el propio sistema.

Queremos proteger a la clase media y trabajadora. Tenemos algunos agujeros en el impuesto de sociedades que benefician a las grandes corporaciones de este país y a otras que no tributan en España sino en otros países, como Holanda o Irlanda. A eso tenemos que darle una respuesta.

Como economista, usted le tiene especial ojeriza a la deuda pública. España está casi en el 100% del PIB. ¿Se compromete durante el próximo mandato, si es elegido, a reducir esa deuda pública?

Sin duda.

¿En qué términos?

Lo vamos a hacer. De hecho, ya lo estamos haciendo. Este año se van a ahorrar 1.000 millones de euros de emisión en deuda pública. Muchas ocasiones nos centramos más en el déficit que en la deuda pública. Las dos variables están interrelacionadas, pero por primera vez en años España empieza a tener un superávit primario y, por lo tanto, empezamos a tener ya capacidad para reducir la deuda pública. Mi compromiso es reducir sustancialmente la deuda pública.

¿Cuántos puntos?

El planteamiento lo haremos la próxima semana, cuando el 15 de octubre enviemos el nuevo marco presupuestario a la UE. Estamos mirando cuáles son las previsiones de crecimiento económico para los próximos años.

¿Rebajarán la previsión de crecimiento por debajo del actual 2,2% del PIB?

Los equipos están en ello. Si tenemos que hacerlo, no habrá problema. Lo importante es mandar un mensaje claro a las instituciones comunitarias y los agentes económicos. El Gobierno de España ni va a crear falsos alarmismos ni va a navegar en una falsa autocomplacencia que luego sea negativa. En función de cuál sea el crecimiento en los próximos años también se adecuarán los objetivos de estabilidad.

Detalle de la entrevista que Sánchez concedió a EL ESPAÑOL esta semana en Moncloa. Jorge Barreno

¿La derogación de los aspectos que usted llama “lesivos” de la reforma laboral implicará un incremento de los costes laborales de las empresas?

No y, de hecho, uno de los principales aspectos positivos que tenemos en nuestra economía es que la creación de empleo es en tasa interanual más elevada de lo que crece nuestra economía. Tenemos una flexibilidad que tenemos que preservar en un momento de ralentización económica. Ahora bien, cuando uno habla con los sindicatos y con los empresarios, es evidente que la reforma laboral de 2012 creó algunos problemas importantes en nuestro mercado de trabajo. Por ejemplo, en la subcontratación y en la precarización de muchos contratos de trabajadores en empresas que subcontratan. Tenemos que dar una respuesta y en el Congreso de los Diputados hay una amplia mayoría parlamentaria para poder hacerlo. En segundo lugar, el ámbito de la negociación colectiva o la ultraactividad, hay un consenso muy amplio a izquierda y a derecha para poder arreglar algunos de los elementos más lesivos de la reforma laboral.

Pero nosotros no queremos quedarnos en eso. El gran debate que tenemos que abrir en los próximos cuatro años es cómo creamos un marco de regulación laboral acorde al siglo XXI. Ahora tenemos los riders, los falsos autónomos, la igualdad real entre hombres y mujeres, que tiene que ser incorporada de manera mucho más fehaciente a nuestro ordenamiento laboral, la racionalización de los horarios laborales, familiares y personales o los derechos de propiedad intelectual de los trabajadores en el propio puesto de trabajo. Hay un mundo que por razones evidentes no estaba regulado pero que tenemos que empezar a incorporar. Ya empieza a estarlo por las doctrinas del Tribunal de lo Social, por ejemplo sobre los riders. Ya ha habido colectivos que han denunciado la precariedad y se les ha calificado como trabajadores por cuenta ajena.

Yo creo que ahí no sólo puede existir un amplio consenso parlamentario sino que también existe entre los agentes sociales. En mis conversaciones que tengo con los empresarios, ellos son conscientes de que tenemos que caminar hacia un nuevo ordenamiento laboral.

Vea el vídeo completo de la entrevista a Pedro Sánchez:

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