Cuál fue la sorpresa de Felipe, un pescador que faenaba frente al litoral de Sol d'en Serra (Ibiza) cuando el pasado sábado, a las ocho de la mañana, vio a 13 inmigrantes a bordo de una patera que desembarcaban en la costa. Grabó la escena con su teléfono móvil por lo insólito de la misma: no es habitual que estas embarcaciones lleguen a la isla balear. Sin embargo, durante el fin de semana esta operación se ha repetido en cuatro ocasiones.

¿Qué ha ocurrido entre el sábado y el domingo para que cuatro pateras alcancen suelo ibicenco? En todas ellas hay un modus operandi similar: llegaban desde Argel y las características de las embarcaciones -así como las de sus motores- coinciden entre sí. También el perfil de quienes viajaban a bordo, la mayoría de ellos varones y mayores de edad.

Sin embargo, desde la Delegación del Gobierno en las Islas Baleares descartan que se trate de una nueva ruta para el tráfico de seres humanos. Las fuerzas de seguridad, no obstante, recopilan toda la información posible para esclarecer a qué corresponden estos desembarcos.

Llega de inmigrantes a Ibiza

El primero de los cuatro tuvo lugar en Sol d'en Serra, en el episodio narrado anteriormente; se detuvo a los 13 ocupantes de la patera. También el sábado, a la una del mediodía, un ciudadano avisó a la policía local de Sant Josep de sa Talaia ante el desembarco de otras dos embarcaciones; en esta ocasión se detuvo a 33 personas. Y el domingo, a las ocho de la mañana, la Guardia Civil arrestó a otros 18 inmigrantes que habían llegado en un cuarto barco hasta Santa Eulàlia des Riu.

De las 63 personas detenidas, seis afirmaron que eran menores de edad, buscando un mayor amparo legal a su situación. Tras hacerles las pertinentes pruebas radiológicas, se estimó que sólo tres de ellos lo eran.

Los datos totales en Baleares

Pero si se amplía el radio más allá de las aguas que bañan Ibiza, en Islas Baleares se han llegado 13 embarcaciones en lo que va de 2019, con la detención de 157 ocupantes. Las estadísticas: seis barcos a Ibiza, cuatro a Formentera, una a Mallorca, otra a Menorca y una última a Cabrera.

Estos días se ha vivido otro caso destacado, cuando el buque de pasaje Mediteraneé rescató a 18 inmigrantes que viajaban a la deriva a los que se detectó tras lanzar una bengala en plena madrugada. Sus ocupantes dijeron que llevaban cuatro días perdidos.

Desde la Delegación del Gobierno en Murcia esgrimen varios argumentos para decir que no existe ninguna ruta establecida con destino a Ibiza o Baleares. El primero, que la mayoría de los ocupantes de las pateras que han llegado estos días ya han sido detenidos y que han terminado en las islas de forma equivocada. Segundo, que los arrestados se dirigen a Francia o Bélgica, donde tienen una "red de apoyo", y que les es más difícil llegar desde este punto.

El cruce de datos

Fuentes de seguridad consultadas por EL ESPAÑOL, no obstante, admiten que se analizan todos los datos para tratar de esclarecer los hechos y las conexiones que hay entre sí. El Ministerio de Interior -a través de sus diferentes cuerpos policiales- y el de Fomento -con Salvamento Marítimo- cruzan los datos para obtener algunas conclusiones.

Y entre esos datos, encuentran algunos puntos en común. Las cuatro embarcaciones que llegaron a Ibiza tienen características comunes: dimensiones y motor. A bordo de cada de ellas viajaba un número similar de ocupantes -entre 13 y 18 en cada una de ellas-. Y la mayoría de ellos son de nacionalidad argelina, jóvenes varones que buscaban alcanzar suelo europeo tras partir de los puertos de Sidi Fredj y Dellys.

Según las estadísticas de Frontex, la ruta migratoria en el Mediterráneo occidental -la que implica a España- es la segunda vía más activa para tratar de llegar a Europa. El pasado mes de julio, 2.900 personas llegaron a España desde el norte de África, mientras que en el resto del continente la cifra total fue de 10.500 entradas.

El análisis de los datos, aseveran las mismas fuentes, es "crucial" para determinar las rutas de tráfico de seres humanos. Y así luchar contra las mafias que se llenan los bolsillos lanzando a miles de personas a las aguas del Mediterráneo.