Sonia Moreno Abderrahim Zebbakh

Ha utilizado el nombre de la Asociación de Huérfanos de la Guardia Civil o el de la Hermandad Nacional Monárquica de España -entre muchos otros- para ofrecer diplomas, medallas, títulos y distinciones a cambio de dinero. Félix Ramos acaba de ser denunciado en Marruecos por un tipo de estafa que antes puso en práctica en España.

Entre los engañados hay personas famosas en nuestro país, como Carmen Lomana, a quien llevó a Tánger invitada en 2014, y que denuncia una estafa de 20.000 euros, según ha sabido EL ESPAÑOL 

Afincado en Marbella, de madre cordobesa y padre nicaragüense, Félix Ramos nació en Valencia hace 38 años. Lleva once yendo a Tánger cada 15 días, normalmente los fines de semana, y tiene amigos que le dan cobertura a ambos lados de El Estrecho, incluidas algunas autoridades locales y regionales marroquíes.

Dependiendo del momento y el lugar, Félix Ramos se ha presentado como embajador de la Orden de Malta en España, como jefe de prensa de la Casa Real e Imperial Rurikovich, como secretario del Club de Leones Puerto Banús Cosmopolite, como director de comunicación de la Alianza Francófona de España o como representante internacional de la Fundación Nicaragüense Niños por la vida. Desde que varias de estas entidades lo han denunciado, ahora se presenta como coordinador de relaciones institucionales de un misterioso Instituto Balear de la Historia.

También acude como "periodista" a las oficinas de los empresarios de Tánger. Para ellos realiza publirreportajes bajo el título "Junto a ti: Around the World", que, según dice, luego emite en España, Miami, México, Argentina y Costa Rica, entre otros sitios. Y sus buenas relaciones con políticos locales le permiten trabajar sin los permisos de rodaje que otorga el Centro Cinematográfico Marroquí (CCM) para filmar en el país.

Desde la Guardia Civil a la Unesco

Pero quizás su actividad más lucrativa es la venta de títulos honoríficos y distinciones. Ramos muestra a sus víctimas acuerdos y convenios con instituciones españolas como la Hermandad Nacional Monárquica de España, que ya ha dado parte a su gabinete jurídico para denunciar "la farsa". La entidad, con seis décadas años de historia, le admitió y le acaba de abrir un expediente de expulsión.

"Nos engañaron de mala manera, fue una metedura de pata", lamenta el presidente  de esta hermandad, Francisco Rodríguez Aguado, en conversación telefónica con EL ESPAÑOL. "En Marruecos va diciendo que tenemos relación con la Casa Real, y no es cierto", señala. 

Tanger 2

Félix Ramos, que también perteneció a la Asociación de Huérfanos de la Guardia Civil en Marbella, fue apartado de esta organización. Según explica su presidente, Antonio Huertos, Ramos "fue cesado como delegado en Marbella en agosto de 2018 y fue notificado su despido por carta a los socios de la Delegación". Sin embargo, éste continuó actuando como si siguiera perteneciendo a la entidad. Incluso aseguraba a los estafados "que evitarían las multas de tráfico al mostrar la chapa y el carné". "Obviamente, es este un argumento indigno”, precisa Huertos.

Por su parte, el secretario general del Centro Unesco para la Formación de Derechos Humanos y Ciudadanía Mundial y Cultura de Paz, Luis J. A. Boggiero, explica en un documento interno al que ha tenido acceso EL ESPAÑOL, que Ramos "falsificó un título de concesión de la Medalla Internacional Antorcha Dorada por la Paz [que este organismo otorga anualmente y de forma gratuita] por el que cobró 600 euros". En otros casos pidió por la medalla 500, 1.000 y hasta 1.050 euros.

La Orden Imperial Bizantina de San Constantino El Grande también ha detectado estafas realizadas en su nombre. Félix Ramos ha cobrado por dar la entrada a nuevos socios "sobreprecios exorbitantes". Se estima que sólo aquí la estafa "supera los 60.000 euros", explican desde la entidad.

"Han pagado voluntariamente"

Ramos se justificó ante Abderrahim Zebbakh, director de publicación del periódico regional La Depeche, asegurando que trabaja para estas asociaciones de forma "filantrópica". "La gente que ha pagado por estar en una asociación lo ha hecho voluntariamente, nadie les ha obligado a nada. Lo han pagado porque han querido. Hay gente que ha pagado mucho dinero, y después se ha arrepentido. (...) Yo no te he puesto una pistola en el pecho para que pagues dinero para estar ahí".

También declaró a este medio que tiene "grandes condecoraciones de España, como la Gran Cruz del Ejército de Asturias" e incluso que de su criterio depende el firmar  acuerdos de hermanamiento entre instituciones españolas y marroquíes. 

Su modus operandi consiste en regalar condecoraciones o diplomas a políticos, diplomáticos y otras personalidades y, cuando tiene las fotografías con ellos y una base de datos, llama a la puerta de empresarios y bien posicionadas para vender esos títulos. 

Así engañó a Bensalah (nombre ficticio para mantener en el anonimato la identidad del denunciante). Este hombre regresó después de 20 años de Bélgica a Marruecos, su país de origen, para montar una empresa. Se instaló en Tánger, donde le presentaron a Félix Pedro Ramos como alguien relacionado con las monarquías española y marroquí, y con varios títulos nobiliarios. Para que se lo creyera, Ramos le enseñó "fotografías acompañado de personas importantes", relata a EL ESPAÑOL, y alardeó de títulos y condecoraciones. Ya estaba echado el anzuelo. 

Bensalah aceptó así convertirse en miembro de la Asociación de Huérfanos de la Guardia Civil. A cambio recibió un diploma falsificado, sin sello y con una firma que no corresponde a la persona autorizada.

Dos querellas en Tánger

Para gestiones y trámites, Félix Ramos le solicitó primero 550 euros, que ordenó ingresar en una cuenta de su "sobrino", una persona suele acompañarle en sus viajes a Marruecos. Más tarde le solicitó una donación para el hijo de un guardia civil con una enfermedad rara. Aquí el belga le entregó 700 euros. 

En diciembre convocó a Bensalah y a otros tangerinos y españoles que residen en Tánger para colgarles medallas de la Guardia Civil en una cena benéfica. Al final, consiguió 3.000 euros de Bensalah, a quien pidió dinero para un centro de la Unesco e hizo socio del Instituto Balear de Historia.

Bensalah descubrió el timo por pura casualidad. En una gala contra el cáncer en Málaga, conoció a miembros de la Asociación de la Guardia Civil y quiso mostrarles su carné.

-Yo soy miembro también, -dijo orgulloso.

-¿Cómo que tú eres socio? No apareces, le contestaron al comprobar la lista.

-¿Cómo no voy a ser socio si me han dado un diploma y una medalla?

Y se destapó la estafa.  

Las asociaciones salpicadas prefieren no denunciar para no manchar su nombre. Ahora se enfrenta en Marruecos a dos querellas que han sido interpuestas en la comisaría central de Tánger.