Irán ha anunciado que va a reducir sus compromisos del acuerdo nuclear de 2015 que firmó con Estados Unidos e otros cinco países (Rusia, China, Francia, Reino Unido y Alemania), después de que Trump decidiera, hace un año, retirar el país del acuerdo y aumentara la presión diplomática y militar sobre Teherán. 

Las decisiones de ambas partes han tensado una, ya de si delicada, relación en Oriente Medio y ha hecho saltar las alarmas en el resto del mundo que vigila de cerca las posibles consecuencias.

Estas son las claves para entender un conflicto que no parece tener solución a corto plazo.

La retirada de EEUU del acuerdo

Trump se había posicionado en contra del acuerdo con Irán incluso antes de llegar a la Casa Blanca. Consideraba que EEUU había dado a Irán demasiados beneficios a cambio de poco. Los críticos del pacto defendían que los negociadores no habían tratado el tema del patrocinio del terrorismo por parte de Irán y no poner límites al desarrollo de misiles balísticos.

Defendían que no se había hecho lo suficiente para bloquear el camino de Irán hacia una bomba y consideraban que el país podría desarrollarla fácilmente en los años posteriores tras obtener los beneficios del alivio de las sanciones.

Algunos expertos señalan que, si Irán decide reanudar el enriquecimiento de uranio, podría construir una bomba en un año. Sin embargo, Teherán recuerda que es signatario del Tratado de No Proliferación Nuclear y siempre ha mantenido que su investigación nuclear es de naturaleza puramente civil.

La administración de Obama ha sostenido en todo el proceso que el acuerdo de 2015 se basa en la verificación, y no en la confianza, asentado en un régimen de motorización constante que garantizaba el cumplimiento de las bases.

Sin embargo, el 8 de mayo de 2018, Trump anunció la salida de EEUU del "horrible" pacto. “No trajo calma, no trajo paz, y nunca lo hará”, sentenció Trump, antes de anunciar nuevas sanciones económicas a Irán, en agosto y en noviembre de ese mismo año.

Las sanciones a Irán

El 6 de agosto de 2018, EEUU volvió a imponer sanciones a las compras de billetes de dólares estadounidenses por parte del Gobierno de Irán, a la adquisición de deuda iraní y al comercio de oro y otros metales preciosos.

En noviembre, EEUU impuso una nueva tanda de sanciones y con restricciones a la compra de petróleo y productos petroquímicos iraníes, a las operaciones con puertos y empresas marítimas iraníes y a las transacciones de instituciones financieras con el Banco Central de Irán.

La presión ha aumentado aún más en el último mes. Washington ha presionado para cortar los ingresos petroleros de Irán, su principal fuente de ingresos extranjeros; poner freno a su obra nuclear civil; y designó al Grupo de Guardias Revolucionarios de Irán, una unidad militar de élite con una profunda influencia política y económica, como un grupo terrorista.

Los efectos de las sanciones

Los efectos de las sanciones fueron devastadores para Irán. La mayor parte de las empresas europeas abandonó el país, por miedo a ser sancionadas por EEUU. Su moneda se devaluó hasta perder más de un 60% de su valor respeto al dólar. Los precios subieron y la inflación y el desempleo también. El país tuvo que hacer frente a una crisis de abastecimiento de productos tan importantes como los medicamentos. 

La decisión de Irán 

En un primer momento, Irán ha dicho que se mantendría en el acuerdo, y negociaría con el resto de signatarios las condicones para comprobar si sus intereses estaban garantizados. Sin embargo, un año después, el presidente iraní, Hassan Rouhani, anunció que su país ya no cumplirá con algunos de sus compromisos en el acuerdo.

En un discurso televisado, Rohaní informó de que desde ahora no van a vender el uranio enriquecido ni el excedente de agua pesada y que sus exigencias para volver a la situación previa es que se levanten las limitaciones a las transacciones con el sistema bancario iraní y a la venta de petróleo.

El mandatario precisó que esta medida tiene "una duración de 60 días", plazo en el que esperan una reacción positiva del resto de firmantes del acuerdo respecto a las exigencias planteadas. Si eso no ocurre, adoptarán otros dos pasos: "El primero es que ya no tendremos un nivel limitado de enriquecimiento; es decir, ya no cumpliremos con el compromiso de mantener el enriquecimiento en el 3,67%".

El segundo paso consistirá en completar el reactor de agua pesada de Arak, cuya renovación iba a hacerse con la ayuda de la contraparte del pacto.

La reacción de los demás signatarios 

El anuncio de Irán ha desatado la preocupaciñon entre los signatarios del acuerdo, que temen una escalada de la tensión en la región. La primera reacción llegó de China, que defendió la "estricta" implantación del acuerdo por parte de Irán, frente a unas sanciones "unilaterales" de EEUU encaminadas a "escalar la tensión" en Oriente Medio.

El ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, responsabilizó también al Gobierno de EEUU de crear una situación "inaceptable" en torno al pacto nuclear con Irán.

Gran Bretaña está sumamente preocupada por el anuncio de Irán dijo el portavoz de la primera ministra Theresa May, instando a Teherán a no tomar medidas en escalada. "Estamos sumamente preocupados por este anuncio e instamos a Irán a que continúe cumpliendo con sus compromisos en virtud del acuerdo y no tome medidas de escalada", dijo el portavoz a los periodistas. "Este acuerdo es un acuerdo crucial que hace que el mundo sea más seguro y nos aseguraremos de que siga vigente mientras Irán respete estos compromisos".

Alemania, por su parte, lamenta las declaraciones hechas por el gobierno iraní e insta a Teherán a no tomar medidas agresivas. Un portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores alemán señaló que Berlín quiere mantener el acuerdo nuclear con Irán, y que seguirá manteniendo sus compromisos mientras Irán haga lo mismo.

Francia anunció que quiere mantener vivo el acuerdo nuclear pero advirtió a Teherán que si no cumplía con sus compromisos, podrían poner sanciones sobre la mesa. "Hoy, nada sería peor que el propio Irán, dejando este acuerdo", dijo la ministra de Defensa, Florence Parly. La ministra ha señalado que, junto con Gran Bretaña y Alemania, los signatarios europeos del acuerdo, estaban haciendo todo lo posible para mantenerlo vivo al organizar iniciativas para ayudar a la economía de Irán, pero advirtió de que habría consecuencias y posiblemente sanciones si Irán incumplía el acuerdo.