ERC y PDeCAT no están dispuestos a brindar su apoyo a Pedro Sánchez a cambio de nada. Los dos partidos, que conforman la Generalitat de Cataluña, no se fían del líder del PSOE, que este lunes y martes se reunió con Pablo Casado, Albert Rivera y Pablo Iglesias en el Palacio de la Moncloa, y han asegurado que siguen exactamente donde se quedaron cuando impidieron la tramitación de los Presupuestos, algo que llevó al presidente del Gobierno a convocar elecciones. 

"Preocupan los primeros gestos de Sánchez", dijo la portavoz del Govern, Meritxell Budó, en una rueda de prensa. Las "percepciones" tras las reuniones con Casado y Rivera "no son buenas" para la Generalitat, ya que en ellas se ha tratado la situación en Cataluña y los líderes se han emplazado a seguir hablando sobre la crisis institucional. "Será Sánchez quien deberá explicar qué ha acordado con el PP, si es que ha acordado alguna cosa concreta, y qué ha pactado con Ciudadanos", dijo Budó. 

Los partidos independentistas, de momento, se mantienen a la espera. Son conscientes de que hasta después del 26 de mayo las negociaciones para la investidura no tomarán forma. Sin embargo, también saben que Sánchez tiene imposible llegar a la mayoría absoluta sin ellos. Y que si sus 21 diputados votan en contra junto a PP, Ciudadanos, Vox, Bildu y Coalición Canaria, Sánchez morderá el polvo, ya que estos partidos suman mayoría absoluta.

¿Será imposible ver a ERC votando con Vox contra un candidato socialista? La pregunta divide a la formación independentista, pero Sánchez sabe que necesitará buscar la abstención para ir sobre seguro. ERC también parecía proclive a dejar al menos que se tramitasen los Presupuestos, pero finalmente fue el primer partido en presentar una enmienda a la totalidad, antes que el PDeCAT. 

Este martes, Budó pidió "reducir tensiones y volver a abrir los puentes de diálogo". Según ella, en ese diálogo se debe poder "hablar de todo", sin "exclusiones", incluyendo la autodeterminación. La consellera, del PDeCAT, no esconde que los partidos independentistas no se han movido desde la semana en la que naufragaron los Presupuestos, cuando negociaban a contrarreloj una mesa de partidos de ámbito catalán y del conjunto de España con un relator, una figura de mediación que el Gobierno estaba dispuesto a aceptar y que desató una tormenta en el PSOE y las críticas de PP y Ciudadanos. 

"¿Voluntad de diálogo querría decir una mesa como aquella que se inició antes de las elecciones con un relator?" le preguntaron a Budó en una entrevista en el diario ARA publicada esta semana. "Aquella mesa era un principio, con un relator. Creemos que sería un buen inicio volver a recuperar ese tipo de cumbre" para empezar a hablar, dijo Budó. 

En ERC reclaman, más como una provocación que con voluntad realista, que Sánchez visite al presidente del partido independentista, Oriol Junqueras, en la cárcel de Soto del Real. Pero también insisten en que son decisivos y que o Sánchez negocia y habla de autodeterminación, o lo tendrá muy complicado.

"Esta legislatura debe ser la del diálogo sin condiciones, negociación y votación. Hay que dar una salida democrática a un conflicto democrático. Y este principio es el que nos guiará a la hora de tomar decisiones a lo largo de esta legislatura", dijo Pere Aragonés, vicepresident de la Generalitat y hombre fuerte de ERC en una entrevista en El Periódico. "Los 15 diputados de ERC serán determinantes. Estoy seguro de ello", cree el número dos el Govern. "Se le han acabado las excusas a Sánchez, es la hora del diálogo y la negociación", según él. 

El independentismo está en la casilla de salida. O se habla de autodeterminación, o nada. El Gobierno propuso una mesa de partidos y un relator con la voluntad de que cada uno hablase de lo que quisiese, pero se negó a incluir una referencia a un posible referéndum. Esa parece ser la línea roja. 

Es más: el independentismo critica a Sánchez por levantarse de la mesa de negociación sobre este nuevo foro, dando a entender que es allí donde ERC y PDeCAT siguen esperando al PSOE. 

ERC parte de una posición de mayor fuerza porque ha obtenido 15 diputados frente a los 7 de Junts per Catalunya. Una abstención de ERC permitiría a Sánchez salir elegido sólo con los votos del PSOE, Unidas Podemos y PNV. Si se abstuviesen a la vez ERC y Bildu, que van a crear un único grupo en el Congreso de los Diputados, a Sánchez no le haría falta para ser elegido presidente ni el PNV, que ni votando en contra tumbaría la investidura.