La mochila sin explotar encontrada presuntamente el 11-M en la estación de El Pozo y que apareció un día después de los atentados en la comisaría de Vallecas era, en realidad, una prueba falsa colocada para teledirigir la investigación. Eso es al menos lo que aseguró el excomisario José Villarejo ante la cúpula policial en 2009, en una conversación que él mismo grabó y que hoy publica Moncloa.com. Los jefes policiales presentes ni se escandalizaron ni le contradijeron.

Audio Villarejo mochila 11-M

Junto a Villarejo, estaban en esa reunión Juan Antonio González, máximo responsable entonces de la Policía judicial; José Luis Olivera, jefe de la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF); y Eloy Quirós, responsable de la Unidad de Drogas y Crimen Organizado de la Policía (UDYCO).

En la grabación, los mandos policiales mantienen que las pesquisas en las primeras horas de los atentados tienen errores "de bulto". "Yo te estoy hablando desde el principio. Desde el principio que está localizado quiénes son los malos", dice el comisario Olivera. "Pero perdona", replica Villarejo. "¿Por qué se localiza a los malos? Por el tema de Vallecas", recuerda en alusión a la mochila sin detonar que apareció en la comisaría de Puente de Vallecas.

Olivera.- ¿Por qué salen los malos? Porque son la primera tarjeta de la mochila que no explota. 

Villarejo.- Mochila que nunca podía haber explosionado porque estaban los cables alterados... que es un tema que no se puede obviar. Eso es una pista que te la dejan ad hoc. Preparada. Qué casualidad que todas explotan menos una, que cogen y la anulan.

La prueba que precipita todo

La mochila de Vallecas, la prueba que precipita la detención de Jamal Zougam y permite identificar a los autores de la masacre, ha estado siempre envuelta en la polémica. Sorprendentemente, su existencia no figuró en documento policial alguno hasta 24 horas después de los ataques. Pese a todo, la Justicia la admitió como prueba sin solicitar una investigación al respecto.

La posibilidad de que alguien colocara esa mochila para teledirigir la investigación es una hipótesis que se manejó desde el principio. EL ESPAÑOL publicó el sábado en exclusiva el contenido íntegro de un informe de la Brigada de Resolución de Casos de la Policía (BARC) en el que se abordaba el problema de la mochila y donde se venía a confirmar que hubo fallos en la cadena de custodia.

"En su momento y durante años, la actuación policial relacionada con el hallazgo de dicho objeto provocó, además de la preocupación por cómo pudo un artefacto explosivo aparecer en una comisaría, abundantes teorías al respecto. Por ello, la superioridad ordena revisar dicha actuación policial", recoge el informe de la BARC.

El documento admite que la mochila estuvo fuera de control al menos en tres puntos: "Hubo tres momentos en los que se pasó por alto la existencia, supervisión y control de la bolsa de deportes que albergaba el artefacto: en la extracción de los efectos de los vagones, en la colocación de la bolsa en un montón de objetos sin que su contenido hubiera sido revisado por el EDEX y en el instante en el que se introduce en un bolsón de basura sin comprobar su interior, a pesar de su peso excesivo".  

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