Muchos, casi todos, habrán oído hablar de las fake news. Pero pocos sabrán las consecuencias reales de las mismas. Son capaces de alterar sistemas, de cambiar el rumbo de unas elecciones... y de "erosionar y debilitar la cohesión interna de un Estado" para "redefinir su posición geoestratégica". Son definiciones que aparecen en el primer manual elaborado por el CNI sobre desinformación; una guía dirigida al ciudadano español para que, en términos terrenales, no le cuelen bulos.

Desinformación en el ciberespacio es un manual de 33 páginas elaborado por el Centro Criptológico Nacional (CCN), adscrito al Centro Nacional de Inteligencia (CNI). La guía ofrece un contexto: Rusia es "uno de los países que más ha desarrollado el concepto de guerra híbrida". Pero la desinformación llega desde otros muchos agentes; no todos ellos estatales.

Porque la desinformación, sostiene el informe, tiene un alto nivel de efectividad y una compleja regulación. Es difícil establecer una atribución directa, hay una limitación para establecer una relación de causalidad y se aprovecha de las vulnerabilidades sociales. Además, logra una infiltración ilegítima en los métodos de comunicación social y política legítimos.

No es fácil hacer frente a la desinformación. ¿Atacar al punto de origen? Es difícil detectarlo y, como se ha dicho anteriormente, las fake news se entremezclan con otros sistemas tradicionales de comunicación. Además, resultaría una acción demasiado agresiva.

Una ciudadanía prevenida

Así, sólo queda la prevención. Y la prevención no reside en estructuras de Estado, sino en los propios ciudadanos. "Cerca del 90% de la población española entre 16 y 65 años puede ser potencialmente víctima de un ataque de desinformación", apunta el CCN. Un caldo de cultivo alimentado por la pérdida de confianza en los medios de comunicación, en las instituciones públicas, en la soberanía del ciudadano y en la polarización social -siempre siguiendo los análisis del informe-.

La guía desgrana varios ejemplos de fake news que han marcado, por ejemplo, el curso de la última campaña electoral en Estados Unidos; o las campañas de desinformación y difusión que lleva a cabo el Estado Islámico. Pero también habla de casos españoles, citando informaciones que, si bien no constituyen en sí mismas una fake new, sí contienen un sentido ambiguo sobre Cataluña.

En concreto, el informe recoge una información publicada por RT News en su versión en español bajo el título Fuertes vídeos: la brutal represión de la Policía contra los votantes del referéndum catalán. La imagen que le acompaña es un herido en el suelo con los ojos cerrados. ¿La conclusión? "El primer nivel de lectura [...] puede llevar al lector a la conclusión de que hubo personas fallecidas durante el 1 de octubre de 2017 en Cataluña".

El decálogo para el ciudadano

El CCN sostiene que el único modo de contrarrestar las campañas pasa por una ciudadanía informada, que cuente con las herramientas necesarias. El informe cuenta con un sinfín de recomendaciones que finalmente resumen en un breve decálogo:

1.Analiza la fuente de las noticias que recibes y consumes. Es importante conocer qué medio publica una noticia, cuál es su trayectoria, y qué periodistas, empresas o países se encuentran detrás de la publicación.

2.Duda de los pantallazos o screenshots que recibas por redes sociales. Existen multitud de software y programas informáticos, de muy fácil uso, que permiten retocar o modificar imágenes con falsos titulares de medios de comunicación tradicionales o de cuentas y perfiles en redes sociales de personas reales.

3.¿Quién te ha compartido la noticia y en qué contexto? No des credibilidad a todos los mensajes que lees en redes sociales, especialmente a mensajes o comentarios publicados por cuentas y perfiles anónimos.

4.Ojo con las falsas cuentas 'humanas'. Cada vez con mayor frecuencia, están surgiendo en las redes sociales cuentas con aparente aspecto humano, pero que, en realidad, están manejadas por robots o por terceras personas. 

5.No seas parte del algoritmo. Si queremos desarrollar una opinión bien formada, crítica y contrastada, es recomendable obtener fuentes de información alternativas a aquellas que, por defecto, nos muestran los algoritmos de las plataformas de comunicación.

6.Lee la letra pequeña. Las acciones de desinformación más exitosas son aquellas que se sustentan en medias verdades. 

7.Mantente alerta con los contenidos patrocinados de origen desconocido. Las plataformas digitales obtienen ingresos económicos a cambio de que los usuarios patrocinen determinado contenido para que aparezca de manera destacada.

8.Desconfía de estrellas invitadas. Hay que tener en cuenta que algunos de estos actores influyentes participan en determinadas discusiones en función de agendas políticas y económicas muy determinadas y que no son conocidas por la audiencia final.

9.Pensamiento crítico y cabeza fría. Determinados agentes políticos, tanto nacionales como subnacionales, utilizan la comunicación digital para enfrentar a la opinión pública de un país extranjero y movilizar el legítimo descontento de parte de sus ciudadanos en torno a cuestiones políticas, sociales o económicas polémicas y de debate.

10.Tú puedes parar un conflicto. Es importante estar siempre alerta de los contenidos informativos que recibimos a diario en nuestros ordenadores o dispositivos móviles y no contribuir a difundir informaciones no contrastadas o de dudosa trazabilidad y procedencia.

[Puede consultar aquí el informe completo Desinformación en el ciberespacio elaborado por el CCN].