Diez actos en una guerra que amenaza con estallar en sus peores consecuencias. Ocurre en Bujalance, Córdoba, 7.500 habitantes. “¡Acabaremos pegándote siete tiros!”. “¡Tú hoy no llegas vivo a tu casa!”. “¡Cualquier día apareces ahorcado!”. Las amenazas de los miembros del clan de los Tarabito son constantes. Los guardias civiles, por su parte, tratan de defenderse con la ley en la mano. Piden más medidas de seguridad; no sólo para ellos, también para sus familiares.

La historia de esta guerra se escribe entre las bambalinas del trapicheo de drogas, con una operación policial que desató la ira de los traficantes, escenas de inseguridad que podían haber acabado en tragedia. Al menos eso reflejan los atestados de los agentes, a los que ha tenido acceso EL ESPAÑOL. En ellos se recogen las amenazas que arrancan estas líneas. 

Esos atestados reflejan todos estos actos violentos; fuentes próximas al caso afirman que “hay muchos más”, pero que “sólo dejan constancia de los más graves”. ¿Miedo? “No”, afirma Juan Francisco de la Corte Soler, subdelegado de la Asociación Española de Guardias Civiles (AEGC) en Córdoba. Pero sí “inquietud y temor” a que se cumplan las amenazas.

Los 10 actos

1.“Os vamos a colgar de un olivo”

“¡Sois unos mierdas, chulos, quitaos la ropa que os vamos a colgar de un olivo!”. Así estalló un miembro del clan de los Tarabito, en mayo de 2015, contra un guardia civil de Bujalance. Ocurrió en el marco de un accidente de tráfico, asistido por el agente. Pronto salió el tema del narcotráfico: “Cabrones, que la droga la traéis vosotros, ¡os vamos a cortar el cuello!”, afirmó el sujeto.

Pero las amenazas, siempre siguiendo el relato del atestado, fueron a más: “Os vamos a pegar dos tiros, ya os veremos sin uniforme y os rajaremos de arriba a abajo. ¡Aquí te tienen muchas ganas, un día te vas a llevar una paliza! Avisado quedas, mucho ojo”.

Vista aérea de Bujalance. Wikimedia

2.“Ponte delante, que no piso el freno”

Junio de 2016. En esta ocasión, el enfrentamiento lo protagoniza A.L.M., uno de los miembros del clan de los Tarabito que más veces aparece en los atestados policiales. La cerilla que prende la mecha también tiene que ver con una sanción de tráfico impartida por los guardias civiles. A.L.M. estalló del siguiente modo: “Sinvergüenza, los puntos del cinturón los recupero con 200 euros de vender droga, la próxima vez ponte delante que no piso el freno, que no sabes con quién te la estás jugando, que me tienes muy harto”, detalla el informe de los agentes.

3.De las palabras a los hechos

Las amenazas iban a más, y se convirtieron en hechos consumados en septiembre de 2016. La Guardia Civil se presentó en la barriada en la que vive el clan de los Tarabito. En sus manos llevaban un requesitoriado para prisión. Tenían que llevarse a uno de ellos y no iba a ser fácil. Los Tarabito pasaron de las amenazas a los hechos: apedrearon el vehículo del Instituto Armado y trataron de robarles las armas oficiales, según consta en el atestado policial.

Vehículo apedreado en el operativo de la Guardia Civil.

4.Seguimientos

El clan de los Tarabito quería demostrar a los agentes que les seguían muy de cerca, que la presión sobre ellos era asfixiante. En octubre de 2017, dos guardias civiles abandonaron el cuartel a bordo de su vehículo particular. Hicieron varias maniobras de contramarcha: A.L.M. les esperaba en las inmediaciones. 

Pese a las maniobras, A.L.M. les interceptó en la carretera del Carpio. Comenzó a seguirles “a una distancia muy próxima”, reza el informe. Más presión sobre los agentes.

5.“Te tengo que matar”

Febrero de 2018. La mujer de S.L.M., otro miembro del clan, había interpuesto una denuncia contra su marido por un supuesto delito de violencia de género. S.L.M. se presentó en un bar en el que se encontraba el agente instructor de la denuncia y le arrojó su chaqueta a la cara: “¡Tú eres el que tiene la culpa de la denuncia de mi mujer y de entrar en mi casa! ¡Sal a la calle si tienes huevos, que te vas a enterar!”. El atestado añade una última amenaza: “¡Te tengo que matar, esto no va a quedar así!”.

6.Operación Bomón

Estalla la operación Bomón. Fue el 25 de mayo de 2018, cuando la Guardia Civil detuvo a una docena de personas en un golpe a la droga en Bujalance. Fuentes del Instituto Armado señalan que eran miembros del clan de los Tarabito, y que se les incautaron 700 dosis de cocaína y 120 de heroína, de acuerdo a los datos difundidos por la Guardia Civil. También varios vehículos. A los arrestados se les imputaron delitos de tráfico de drogas, receptación de bienes robados y blanqueo de capitales.

Operación Bomón de la Guardia Civil

7.“Esto lo van a pagar tus hijas”

Pero la mayoría de los detenidos quedaron pronto en libertad y regresaron a Bujalance. Pronto volvieron a registrarse las amenazas contra los guardias civiles que explotaron el operativo: “¡Qué coño te pasa conmigo, me tienes harto!”, exclamó A.L.M., según detalla el atestado escrito por los agentes, en noviembre de 2018.

“Ven aquí que te voy a dar, súbete a la acera si tienes huevos”, dijo, a la vez que cogía una piedra de gran tamaño. Y fue a más: “Pégame un tiro, que yo también tengo de esas, que tengo ocho hermanos y tú hoy no llegas vivo a tu casa. Cualquier día apareces ahorcado. ¡Esto lo van a pagar tus hijas, que sé dónde vives”.

8.Con un hacha

En diciembre de 2018, S.L.M., el hombre que había sido denunciado por un presunto delito de violencia de género, se presentó en dependencias de la Guardia Civil de Bujalance con un hacha en la mano: “¡Subteniente, sal! Te tengo que matar a ti y a M [omitimos el nombre por razones de seguridad], sal que sé que estas ahí. Me cago en los muertos de todos los civiles. Subteniente, los coches me los devuelves, tienes una semana para llevarlos a mi casa”.

Los accesos al acuartelamiento permanecían cerrados, pero S.L.M. intentó echar abajo la puerta con su hacha, detallan los informes. También trató de romper una cámara de seguridad. 

9.“Vamos a acabar pegándote siete tiros”

El penúltimo episodio tuvo lugar hace una semana, el 6 de febrero de 2019, cuando los guardias civiles vieron un vehículo circulando por Bujalance que llamó su atención. Se trataba de uno de los coches que habían inmovilizado, un Seat Toledo, y que, por tanto, no debía circular. Al volante, A.R.H., la mujer que había interpuesto una denuncia contra su marido. Se aproximaron y le pidieron que se apease.

Vehículos intervenidos por la Guardia Civil en la operación Bomón,

“Antes de llevaros el coche lo destrozo”, dijo la mujer, al mismo tiempo que le pegaba una patada al vehículo. En un momento dado, logró abrir el maletero y hacerse con “un palo de madera de un metro, tipo garrota, con terminación en su parte inferior en una protuberancia del tamaño de un puño”. Le pedía al guardia civil que le devolviese la llave del Seat Toledo. “¡Dámela, que se va a liar!”.

En esas apareció A.L.M. a bordo de un Renault 19. El atestado refleja la tensión que se vivió en ese momento: “Siempre eres el mismo, te tenemos que dar una paliza, hoy te vas a casa con la cabeza abierta, al final vamos a acabar pegándote siete tiros”. Junto a ellos había una niña menor de edad. A.L.M. le pidió a A.R.H. que se la llevara. “¡Yo me comeré 30 años, pero a más de uno le tengo que quitar la vida!, exclamó la mujer.

Finalmente, los agentes lograron llevarse el Seat Toledo hasta sus dependencias. Pero no todo había acabado. S.L.M. volvió a aparecer: “Hoy te espero cuando salgas, 15 tiros te voy a pegar con la pistola que tengo; si no te cojo a ti lo haré a tu mujer y me la follo, pero hoy no llegas vivo a casa, ven a la barriada o a mi casa que te espero, a ver si pasas otra vez que será la última”.

10.Detención y puesta en libertad

Esta misma semana, tres miembros del clan de los Tarabito fueron detenidos por la Guardia Civil. Uno de ellos era S.L.M., el hombre que apareció con un hacha en dependencias del Instituto Armado. Según señala AEGC, los tres fueron puestos en libertad. Se les interpuso una orden de alejamiento de 150 metros del cuartel y otros 150 metros de uno de los agentes y de su mujer.

“Que no salga tan barato”

La guerra en diez actos amenaza con escribir más episodios en fechas próximas. Y desde la AEGC temen que puedan tener consecuencias mayores que las que ha habido hasta ahora. ¿Qué solución puede haber? Juan Francisco de la Corte Soler afirma: “Que no sea tan fácil amenazar y agredir a un guardia civil y que salga tan barato; que entre por una puerta del juzgado y salga por la otra”.