La decisión del Gobierno de crear la figura de un "relator" independiente para Cataluña que coordine las reuniones entre partidos sobre la situación política ha convulsionado al PSOE. Presidentes autonómicos como Emiliano García-Page (Castilla-La Mancha), Ximo Puig (Comunidad Valenciana) o Javier Lambán (Aragón), referentes como el expresidente Felipe González o el exvicepresidente Alfonso Guerra, parlamentarios como Soraya Rodríguez, José María Barreda o Elena Valenciano, han discrepado en público de la figura, vista como un triunfo por los partidos independentistas, que llevan años reclamando un mediador entre las autoridades del Estado y la Generalitat. 

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Mientras Pedro Sánchez se afana a través de la vicepresidenta, Carmen Calvo, en pactar un nombre con la Generalitat para un diálogo del que se desconoce el alcance y el contenido, Ferraz ha rechazado las peticiones de que se convoque su órgano de debate territorial, llamado formalmente Consejo Político Federal. Hasta tres federaciones lo han pedido: la de Castilla-La Mancha, Andalucía y Castilla y León, esta última liderada por Luis Tudanca, muy cercano a Sánchez. 

Sin embargo, en el PSOE no ha habido ninguna reunión para debatir el asunto a poco más de tres meses de las próximas elecciones. Tampoco hay planes para convocarla. La crisis interna estalló el martes y desde entonces el goteo de críticas ha sido incesante. En privado, varios miembros del Gobierno lamentan amargamente tanto la creación de esa figura de mediación como la manera en la que ha sido comunicada y explicada por la vicepresidenta. 

Ninguna reunión de ningún órgano

No ha habido ni está convocada ninguna reunión de la Ejecutiva o del Comité Federal, el máximo órgano entre congresos. Tampoco del Grupo Parlamentario Socialista en el Congreso de los Diputados, donde se sientan los representantes de la soberanía nacional. Tampoco del conocido como Consejo Territorial, que según el artículo 42 de los Estatutos socialistas "es un órgano al que corresponde informar y evaluar las políticas del Partido que afectan a la cohesión territorial, a las relaciones entre las Comunidades Autónomas y entre éstas y el Estado". 

Este Consejo Político Federal está presidido por el presidente extremeño, Guillermo Fernández Vara, que se ha puesto de perfil ante la crisis interna y que tan sólo ha puesto un enigmático tuit. "Las cosas que son difíciles de explicar son aún más difíciles de entender. Sobre todo si no se escucha. Y en España, por desgracia hace años que se dejó de conjugar el verbo escuchar", publicó en su cuenta en esa red social. 

Precisamente su silencio, como el de Susana Díaz, la líder de los socialistas andaluces, ha sido muy criticado en privado por algunos de los que sí han salido a defender su posición contraria al relator. "Al final da la impresión de que somos cuatro. ¿A qué juegan los que tanto criticaban a Sánchez por sus pactos con el independentismo? ¿Dónde están los que lo hicieron dimitir? ¿Por qué no hablan algunos de los que tanto se preocupaban por España?", explica un parlamentario, especialmente dolido con los silencios de Vara y Díaz. 

Sánchez es quien convoca, y no quiere

En el Consejo de Política Federal tienen silla, además de Sánchez, todos los líderes autonómicos del PSOE, los presidentes autonómicos socialistas, el portavoz del PSOE, el presidente de la Federación de Municipios y Provincias (FEMP), el líder de Juventudes Socialistas, la vicesecretaria general, Adriana Lastra, el secretario de Organización, José Luis Ábalos, y el secretario de Política Federal, Patxi López. 

Según los Estatutos, es Sánchez quien tiene la potestad para convocarlo, pero Ferraz asegura que no tiene ninguna intención de hacerlo. La propia vicepresidenta aseguró que, si Page se confesaba "perplejo" y cargaba contra la figura del relator, era por "desconocimiento" y "desinformación". 

Ferraz llamó al orden a Page el miércoles, aunque este aprovechó la llamada del secretario de Coordinación Territorial, Santos Cerdán, para explicar de nuevo sus discrepancias. 

La broma corre en redes sociales. Ante el aluvión de críticas ("Los que han negociado un relator, ¿con qué país comparan España? ¿Burkina Faso?", dijo Guerra el miércoles, "No necesitamos relatores", dijo González el jueves), quien parece necesitar un relator es más el PSOE, de nuevo en convulsión por el independentismo, que unas negociaciones sobre las que nadie ha sido capaz de aclarar aún su alcance y contenidos concretos.