El rey Juan Carlos volverá a aparecer en la agenda pública de la Casa Real la próxima semana, durante los actos de celebración del 40 aniversario de la Constitución. Después de la incertidumbre de los últimos días, en los que su presencia no estaba confirmada, el Rey Emérito será el protagonista de tres actos, como figura clave de la Transición.

El lunes estará en la recepción en el Palacio Real de El Pardo al consejo asesor para la conmemoración del aniversario de la Constitución, liderado por Ana Pastor y Pío García-Escudero, presidentes del Congreso y del Senado. El martes, el rey Juan Carlos y doña Sofía acudirán a la exposición "Democracia 1978-2018" en el Caixaforum de Madrid, que podrá ser visitada hasta marzo. El 6 de diciembre, don Juan Carlos estará presente en el Congreso de los Diputados para los actos de conmemoración de la Constitución, junto a doña Sofía y a los Reyes Felipe y Letizia.

Fue la Casa Real quien ha decidido conceder tal protagonismo a don Juan Carlos I. El Gobierno se apartó desde el primer momento de cualquier decisión sobre el papel del Rey Emérito en los actos de celebración, por creer que no era su deber ni su responsabilidad. 

En las últimas semanas, el Rey Emérito volvió a desatar la polémica por su visita a Arabia Saudí en la que saludó afectuosamente al príncipe heredero saudí, Mohamed bin Salman, acusado por Gobiernos y agencias de inteligencia internacionales como instigador del asesinato del periodista Jamal Khashoggi.

Al hilo de esa foto, este lunes el ministro de Exteriores dejó claro que el Gobierno no entra ni sale en lo que se refiere al Rey Emérito. El Gobierno "no es responsable de la agenda del Rey Emérito", continuó. "Ni la tenía antes, ni durante ni creo que la tenga después", según él. 

El Ejecutivo considera que ya tiene suficientes frentes abiertos como para tener que controlar los pasos del ex jefe de Estado. "Las actividades del Rey Emérito son responsabilidad de la Casa Real", explicaba el lunes un portavoz oficial.

Al ser contactados este miércoles de manera formal, los servicios de información de Moncloa declinaron responder a ninguna pregunta, pero otras fuentes del Ejecutivo, incluyendo un miembro del Gabinete, sí lo hicieron para aclarar que "es la Casa Real" quien decide si Juan Carlos I va o no va a ese tipo de actos.

Las grabaciones que apuntan a la comisión de posibles delitos y sus relaciones personales, tanto sentimentales como políticas, han transformado al Rey Emérito en una presencia incómoda para la Casa Real y no estaba claro el papel que iba a jugar en los actos oficiales. Finalmente, la Casa Real ha decidido apostar por la rehabilitación de su figura y destacar su papel determinante en la Transición.