Pedro Sánchez es, al mismo tiempo, un traidor un traidor para el Partido Popular y Ciudadanos y un cobarde y mentiroso para los partidos independentistas. Tanto Pablo Casado como Albert Rivera le reprochan que la Abogacía General del Estado haya solicitado penas considerablemente más limitadas que la Fiscalía en su escrito de acusación contra los líderes separatistas encausados por el Tribunal Supremo.

Los partidos independentistas consideran, por su parte, que no ha habido gesto alguno y que la política de apaciguamiento en Cataluña era tan solo un señuelo. Por ese motivo, ERC y PDeCAT no prestarán sus 17 decisivos diputados en el Congreso que sean aprobados los Presupuestos de 2019, que cuentan ya con el apoyo de Unidos Podemos y al que le faltaría, además, el respaldo del PNV. 

¿En qué situación ha quedado Sánchez? El presidente está solo, sin Presupuestos, pero al frente del Ejecutivo. Y ahí espera quedarse, según señalan varias fuentes cercanas al también líder del PSOE. 

Así lo confirmó este domingo el ministro de Fomento, José Luis Ábalos, en una entrevista en La Sexta. "Convocaremos elecciones cuando creamos conveniente", pero "no como efecto" de la falta de Presupuestos, dijo a preguntas de Ana Pastor.

"Como constitucionalmente sea posible"

Ábalos insistió en que la convocatoria electoral no se producirá "como efecto inmediato" de la falta de Presupuestos, donde se contienen la mayoría de medidas sociales que abanderan los socialistas y Podemos. 

"Lo intentaremos con los Presupuestos y, si no, lo intentaremos como constitucionalmente sea posible", ha dicho para justificar la permanencia de Sánchez en la Moncloa para llevar adelante medidas como el aumento de las pensiones o las ayudas a la vivienda.

Sánchez no tiene ninguna intención de adelantar las elecciones tras el portazo dado por los independentistas. Ni siquiera aunque el Centro de Investigaciones Sociológicas le augure una ventaja de 13,4 puntos sobre el PP y le asegure una holgadísima mayoría absoluta junto a Unidos Podemos. Su intención, salvo que se vea obligado a disolver, es resistir hasta después de las elecciones europeas, autonómicas y municipales del próximo 26 de mayo, según fuentes de su entorno.

Esperar y ver

Fuentes cercanas al Ejecutivo advierten de que la estrategia ahora es, más bien, la de esperar, confiando en que los ánimos se calmen. Creen que no es el momento de reaccionar, ya que un paso en falso podría ser letal. En ese sentido, en Moncloa se interpreta la indignación de los partidos independentistas, que han organizado diversas concentraciones y planean una huelga general en Cataluña, como un gesto muy epidérmico y consciente de que los límites del tablero son los que son. En el Gobierno no esperan más que retórica hasta la sentencia, que podría llegar después de las elecciones de mayo. 

Hay un riesgo: que las acusaciones de la Fiscalía y la Abogacía del Estado desemboquen en la "unidad estratégica" de los partidos independentistas, así bautizada por el cantante y exidputado Lluis Llach. Sin embargo, la cercanía de las elecciones municipales y las enormes divisiones entre ERC y Junts per Catalunya (y dentro de JxCat, entre sectores del PdeCAT y los incondicionales de Carles Puigdemont) podrían estar lejos de amainar. Incluso pese a la vigorización y pegamento que supone la dureza de los tribunales. 

Gobernar sin presupuestos

Aunque el independentismo no declare de nuevo la independencia o no emprenda acciones que clarísimamente fuercen al Gobierno a tomar decisiones drásticas, como una nueva aplicación del artículo 155, Sánchez tiene cada vez menos combustible

Con un independentismo más reacio que nunca a apoyar iniciativas en el Congreso y pudiendo justificar su "no" a medidas de carácter social o regeneración democrática por la postura de Sánchez en Cataluña, el presidente puede haberse quedado ya sin gasolina parlamentaria y puede verse abocado a recurrir a gobernar a golpe de decreto. 

"Que no aprobemos los Presupuestos no quiere decir que no haya Presupuestos. Se prorrogan automáticamente como de todas maneras iba a suceder, porque ni en el mejor de los casos estarían en vigor el 1 de enero", explican fuentes socialistas. Además, Mariano Rajoy aprobó sus últimas cuentas públicas en mayo. Eran las de 2018, más de cinco meses después de que comenzara el ejercicio. 

Sánchez cree además que gobernar sin Presupuestos no será una prueba de su debilidad sino del electoralismo y falta de generosidad de aquellos que se niegan a facilitarle su apoyo. 

Como Sánchez no prevé convocar elecciones antes del 26 de mayo, los comicios podrían ser en otoño de 2019, dentro de un año, o incluso a principios de 2020. Antes, el PSOE espera conservar la Junta de Andalucía con Susana Díaz al frente y recuperar ahí el pulso político que, entre las acusaciones de traidor y cobarde, ha ido perdiendo. 

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