Aplicación como prevención. ¿Cómo actuar ante una amenaza, en una guerra que estalla sin previo aviso? Sobre el papel se escribe un protocolo, pero la OTAN sabe que la clave del éxito pasa por la práctica. Por eso ha puesto en marcha una 'guerra simulada' en las inmediaciones del Ártico. Las capacidades desplegadas son abrumadoras: sólo España aporta 1.800 militares, siete aviones, dos buques y más de un centenar de vehículos.

Las imágenes que llegan desde el Trident Juncture 2018 -nombre con el que se conoce este despliegue- son las mismas que se podrían dar en una guerra real. Precisamente eso es lo que se busca en unas maniobras que exprimen al máximo las capacidades de los integrantes. Del 25 de octubre al 7 de noviembre se desarrollan las maniobras que este año tienen a Noruega como escenario. Los países encargados de su organización son rotatorios: en 2015, sin ir más lejos, fue España.

¿Cuál es el objetivo de estas maniobras que se desarrollan por tierra, mar y aire? "Mostrarán la capacidad de la OTAN para restaurar la soberanía de un país aliado tras una agresión armada, lo que responde a la llamada defensa colectiva del artículo 5 del Tratado de la Alianza Atlántica", detalla el Estado Mayor de la Defensa español (EMAD). En otras palabras, Trident Juncture es un ejercicio disuasorio: "La Alianza no busca confrontación, pero estamos preparados para defendernos frente a cualquier agresión”, advirtió su secretario general, Jens Stoltenberg.

Trident Juncture 2018

Esta 'guerra simulada' es la respuesta material al potencial que puede demostrar la OTAN. Tierra, mar y aire, nada se escapa a los preparativos militares de este encuentro. ¿Cómo responder a una agresión externa? Eso quieren demostrar los 29 países que forman parte de la Alianza Atlántica, todos ellos involucrados en estas maniobras. A ellos, además, hay que sumar a dos Estados invitados: Noruega y Finlandia.

Bajo cero

Más cifras. En el Trident Juncture participan 50.000 militares, 10.000 vehículos, 250 aviones y 65 embarcaciones. Muchos de los movimientos son próximos al escenario ártico, lo que se traduce en temperaturas mínimas y en la mayor de las exigencias a los efectivos desplegados.

Tiradores españoles en el ejercicio Trident Juncture 2018. OTAN

España lleva desde septiembre enviando sus medios y personal a territorio noruego para integrarse en el contingente de la OTAN. Ese envío, por sí mismo, examina las capacidades logísticas del Ejército español. No resulta sencillo enviar 2.000 militares, seis cazas F-18 y un avión de transporte C-295, el buque de aprovisionamiento en combate Cantabria y la fragata Navarra, y más de 100 vehículos.

Pero los movimientos en las inmediaciones del Ártico, además, pondrán al límite sus capacidades para demostrar la fuerza común de la OTAN frente a cualquier amenaza externa.

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