Según Pedro Sánchez, Vox es el "trillizo" de la derecha española que integran además el PP y Ciudadanos. El presidente del Gobierno no escatimó en referencias al partido liderado por Santiago Abascal en el debate en el Congreso de este miércoles, que en teoría versaba sobre la última cumbre europea y la venta de armas a Arabia Saudí. 

Las alusiones de Sánchez fueron constantes. "Tenemos mellizos en la derecha española y resulta que les ha salido un trillizo", dijo a Pablo Casado y a Albert Rivera, a los que acusa de haber "alimentado de manera irresponsable el discurso de la ultraderecha".

No es la primera vez que Sánchez se refiere a Vox sin venir a cuento. La primera vez fue tras el exitoso mitin que la formación celebró hace unas semanas en Madrid y al que acudieron más de 9.000 personas, según los convocantes. Entonces, en una comparecencia conjunta con el presidente de Chile, Sebastián Piñera, aprovechó al partido de ultraderecha para responder a una pregunta sobre su tesis doctoral. 

Este miércoles, en el Congreso, todo fue a más en una sesión más bronca de lo habitual, que revela que el PSOE está dispuesto a criticar al mismo tiempo la ultraderecha, advertir de sus peligros, alertar de su influencia, y nombrarla directamente a pesar de que aún no tiene representación relevante ni muchos altavoces, más allá de algunos medios de comunicación. 

La portavoz parlamentaria del PSOE, Adriana Lastra, fue más allá y le auguró representación parlamentaria a Vox. "Es radical compartir los valores de Santiago Abascal y de Vox", dijo a Casado. "Le pido que vuelva a la moderación o que se modere para que no alimente a la extrema derecha que se está organizando en este país país, porque va a ser usted el responsable de que dentro de dos años en este Congreso de los Diputados aparezcan escaños de ese partido de ultraderecha", profetizó. 

Para algunas voces en el PSOE, Sánchez está utilizando este asunto sin calibrar bien las consecuencias, porque la línea entre la denuncia y la promoción es delgada. La prueba es que ni el PP, que tradicionalmente ha englobado a todo el centroderecha, ni Ciudadanos quieren perder ni un voto a manos de Abascal y defienden ya posturas extremadamente críticas con el Gobierno. En ese aspecto, la teoría de Moncloa falla. ¿Cómo puede defenderse que, al mismo tiempo, la derechización de PP y Cs alumbre a un partido igual de radical?

"Vox va a tener que cantar el Cara al Sol para diferenciarse del PP", complementó el líder de Podemos, Pablo Iglesias. 

Los temores entre los sectores menos partidarios de nombrar a Vox dentro del PSOE es que la estrategia de Sánchez, que puede fomentar dividir a la derecha, refuerce a la ultraderecha a la que dice combatir. Y todo partiendo de una táctica a corto plazo que puede derivar en la entrada estable del partido en el Parlamento, suponiendo el inicio de una andadura institucional que ya escapará a su control cuando sea demasiado tarde. 

Algunos observadores ven en esta estrategia la inversa a la seguida por el PP con Podemos, al que criticó con dureza a la formación de Pablo Iglesias polarizando con ella hasta tal extremo que acabó estrangular la visibilidad del PSOE, algo que Mauricio Casals, presidente de La Razón y consejero de Atresmedia, acabó bautizando como un "sandwich" que funcionaba "de cine".

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