Es la primera vez que se detecta un "frente de cárceles" del Estado Islámico en las cárceles españolas; un entramado dedicado a captar y radicalizar reclusos para acercarlos a la causa yihadista. Entre ellos figuran varios ciudadanos españoles conversos o en proceso de conversión. En total, 25 reclusos han sido identificados y se les ha tomado declaración en el marco de la operación Escribano, explotada por el Servicio de Información de la Guardia Civil en colaboración con la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias, bajo la supervisión del Juzgado de Instrucción número 1 y la Fiscalía de la Audiencia Nacional.

Algunos de los investigados tenían antecedentes por delitos relacionados con terrorismo yihadista, pero otros habían iniciado su proceso de radicalización en prisión. Utilizaban la interacción física entre internos de los centros penitenciarios y la relación a través de cartas, lo que les permitía establecer contacto más allá de los muros de la prisión.

Algunos de los reclusos investigados, que sabían que eran objeto de un estrecho seguimiento por Instituciones Penitenciarias, recurrieron a otros internos que no estaban sujetos a especial vigilancia. "De esta forma, pretendían eludir los mecanismos de monitorización y de prevención de la radicalización existentes en el ámbito penitenciario", señala la Guardia Civil a través de un comunicado.

Este "frente de cárceles" -denominado así por la propia Guardia Civil- contaba con una célula dinamizadora, dedicada a captar a nuevos adeptos y a mantener la cohesión entre los presos yihadistas. La radicalización de muchos de ellos, lejos de reducirse durante su estancia en la cárcel, se ha visto acrecentada.

"Más allá de su finalidad proselitista, la investigación apunta a que la actividad del grupo podría ir más lejos, si se tienen en cuenta hechos como los ataques yihadistas en el interior de la prisión francesa de Osny en el año 2016, en el que un interno atacó a varios funcionarios de prisiones, y el protagonizado en 2018 en Lieja (Bélgica) cuando, durante un permiso penitenciario, un interno radicalizado asesinó a dos policías y a un civil", señala la Guardia Civil, recordando el riesgo para la seguridad que representa la existencia de un frente de este tipo.

Las pesquisas arrancaron en torno a un preso, pero la investigación pronto se extendió hasta 17 centros penitenciarios. Es la primera vez que se lleva a cabo una intervención de este tipo en Europa.

"El operativo coincide temporalmente con el momento de máxima población reclusa por motivos de terrorismo yihadista, fruto de la intensa actividad desarrollada por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad españolas durante los últimos años Desde la elevación al nivel 4 de Alerta Antiterrorista el pasado 26 de junio de 2015, la Guardia Civil ha intensificado las investigaciones relacionadas con fenómeno del terrorismo yihadista, con la finalidad de anticipar y neutralizar la amenaza que representa para la sociedad española", concluye el Instituto Armado.