El PP tiene la llave de la reforma de la Constitución que Pedro Sánchez ha propuesto para eliminar los aforamientos. La medida, anunciada por el presidente del Gobierno en la mañana de este lunes, pretende quitar la protección especial a diputados al Congreso, senadores y miembros del Gobierno para que cuando tengan que afrontar causas que no tienen que ver con su actividad política lo hagan ante tribunales ordinarios, como el resto de los ciudadanos. 

En su discurso ante dos centenares de personas en la Casa de América en Madrid, Sánchez ha asegurado que la reforma podría entrar en vigor 60 días después de que empezase a tramitarse en el Congreso. Sin embargo, no está claro si podría afectar al líder del PP, Pablo Casado, a la espera de conocer si el Tribunal Supremo admite a trámite una querella por un máster que cursó en la Universidad Rey Juan Carlos, en el mismo instituto que la exministra Carmen Montón y la expresidenta de la Comunidad de Madrid Cristina Cifuentes. 

El caso de Casado

Casado responde ante el Supremo tras ser remitido allí su caso precisamente por ser el líder del PP un ciudadano aforado como diputado en el Congreso. Si la reforma de Sánchez estuviera ya en vigor, Casado tendría que responder ante la jueza que apreció claros indicios de delito en el caso del máster. 

La reforma de la Constitución, reglada por el artículo 167 de la propia Carta Magna, exige para el cambio que quiere Sánchez el apoyo de tres quintos del Congreso y otros tres quintos del Senado. De no lograrse, bastaría con la mayoría absoluta del Senado y dos tercios del Congreso. 

En otras palabras: que la reforma prospere depende del PP, que tiene la mayoría absoluta en la Cámara Alta. 

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