Motril, Madrid, Bilbao, Barcelona, Valencia, Murcia y Almería. No es un bus de línea norte-sur, sur-norte. Es el periplo en un autobús fletado por Cruz Roja donde metieron a Abiodun (nombre ficticio), recién llegado a España en patera. Salió de Motril dirección Almería, a tan solo una hora de distancia, pero se pasó 33 horas en un autocar que fue distribuyendo a los migrantes en diferentes paradas por todas estas comunidades autónomas.

El joven subsahariano llegó a la costa española en patera. Tras ser rescatado por Salvamento Marítimo, pasó 72 horas en la comisaría de Motril para que le hiciesen la reseña y la valoración. De allí salió con una notificación de deportación. Una vez fue atendido por Cruz Roja, eligió viajar a Almería y esperó hasta la medianoche a que el autocar le recogiera. En una hora, estaría en su destino. Sin embargo, fue bastante más largo.

Junto a él, otros 58 hombres, esperaban dos vehículos para medio centenar de personas con destinos tan diferentes y alejados, pero a las doce de la noche apareció solo un autocar. “Iban dos chicos para Almería, tres para Murcia, uno para Valencia, no sé cuántos para Barcelona, muchos para Bilbao y dos o tres para Madrid”, recuerda Luis Manuel Campos, de Emergencia Frontera Sur en una entrevista telefónica con EL ESPAÑOL.

Agua, fruta y galletas

Cruz Roja repartió los kits de emergencia con agua, algo de fruta, galletas y utensilios para la higiene básica. Sin embargo, Campos especifica que “se les entregó dos bolsas a los que viajaban destino Murcia y Almería, porque iban a hacer más kilómetros y pasar más horas dentro del autobús”.

Abiodun llegó “en una patera distinta, se veía gente muy segura de sí misma. Gente muy educada, de diferentes nacionalidades. Efectivamente, cuando estuvimos hablando con ellos por la tarde, uno tenía dos carreras, el otro también había estudiado en la universidad, un tercero sabía hablar español perfectamente. Y entre ellos viajaba uno de los adultos más viejos que vi estos días, con canas y todo”, recuerda Campos. Este activista de Motril ya ha bautizado al autocar que transportó a Abiodun como “el autobús de la vergüenza”.

"No se puede decir nada negativo"

Por su parte, José Javier Sánchez, responsable de Migraciones de Cruz Roja, detalla por teléfono a EL ESPAÑOL que “si tienes tres migrantes, lo puedes gestionar con transporte público; pero si hay una llegada de 800 personas, como ocurrió un día en Cádiz, tenemos que alquilar esos buses y los llevamos a las ciudades donde les esperan nuestros equipos para atenderles”.

'El bus de la vergüenza' Cedida por Emergencias Frontera Sur

EL ESPAÑOL se puso en contacto con el director de una empresa de autocares subcontratada para transportar a los migrantes en la península y sus únicas palabras para los pasajeros fueron de halago, “no se puede decir nada negativo, son educados y buena gente”. Sin querer entrar en detalles sobre las horas que pasan en los vehículos de una ciudad a otra.

Tampoco saben si en los buses viajan menores, como denuncia Acogida Digna, conformada por colectivos, asociaciones, ONGs y activistas de todo el Estado. En un comunicado del 20 de agosto, esta organización asegura que “las situaciones más graves conciernen a los menores de edad sin progenitor ni tutor legal que los acompañe en el autobús”.

La policía entrega un listado a Cruz Roja con las personas de 18 años para proceder a los traslados en España y muchos llegan con la notificación de deportación con fecha “1 de enero de 2000”, confirma Cruz Roja. “Entre la gente que atendemos, que viene de policía, no hay menores, porque si no los hubieran derivado a los centros de protección. Cuando les hacemos la entrevista tampoco dicen que son menores; y si lo hacen, les derivamos nosotros mismos a los centros. Pero, es cierto, que cuando llegan a Bilbao o Barcelona, en ocasiones sí han confesado que son menores”, confirma Sánchez.

“Los mandan como pelotas de tenis”



Francisco Cuevas de CNT Andalucía no considera que se les esté dando una acogida a los migrantes que llegan a las costa andaluzas. En un vídeo difundido por el colectivo de activistas Acogida Digna, insiste en que es “simplemente un punto de apoyo fugaz para mandarlos como pelotas de tenis a ciudades donde nadie les va a esperar, y lo que se van a encontrar es la calle pura y duramente”.

Redes de apoyo a personas migrantes

En Cruz Roja tienen orden de no dar información del destino de los buses, pero aseguran que no es la primera vez que ocurre esto desde que comenzaron a finales de julio. “Un chico buscaba a su hermano que pensaba estaba en Bilbao; cuando llegó al destino, se había cambiado de ciudad, y decidió seguir a Barcelona”, relata José Javier Sánchez.

Las tres cuartas partes no tienen claro su destino o no les da tiempo a explorarlo. “Nosotros les enseñamos en el mapa donde están las ciudades”, explica Luis Manuel Calvo. Por ejemplo, Emergencia Frontera Sur reparte flyers a las personas que acogen en el polideportivo de Motril con los teléfonos de contactos de quienes se ofrecen para darles acogida y asistencia temporal en las ciudades de destino.

Tanto Cruz Roja como el ministerio de Trabajo coinciden en señalar que los migrantes “a los pocos días quieren seguir su ruta migratoria”. Sin embargo se ha detectado que “cuando los derivábamos a otros sitios, seguían necesitando algún apoyo”, precisa Sánchez. Por ello se han habilitado plazas de acogida urgente en las localidades más demandadas, Barcelona, Madrid, Zaragoza, San Sebastián y Bilbao. Disponen de 372 plazas adicionales para atender a los migrantes en las ciudades de segunda acogida.

“Les dan tres noches de albergue”



El colectivo de asociaciones y activistas Acogida Digna, al que también pertenece Campos, critica que “se externalice de forma habitual lo que debería ser una gestión pública integral”, la asistencia en costas y su posterior seguimiento e integración. Estrella Rodríguez, Secretaria de Estado de Migraciones, confirma a EL ESPAÑOL que hay una docena de organizaciones con las que colabora el Gobierno.

La Cruz Roja les espera en la estación de destino y “les da solamente tres noches de albergue y después los manda a la calle. Y, a veces, ni eso, no les esperan o el dispositivo de acogida llega tarde”, explica Cuevas.

La Asociación de Vecinos del barrio Achuri de Bilbao denunciaron que “están en la calle. El vecindario está improvisando dispositivo de acogida, con alimentación, y el resto de ayuda que necesitan”.

Para suplir las deficiencias del sistema, la ciudadanía se está organizando y creando redes de apoyo a las personas que cruzan a España. En las ciudades de segunda acogida, activistas esperan a los migrantes para ofrecerles alimentos o medicamentos. “Algunas personas han llegado a ciudades de destino con fracturas con simples vendajes, incluso se han encontrado casos de hepatitis y sarna sin tratamiento”, alerta Acogida Digna.

"Solo con el número de una ONG"

Ana Isabel Martínez, presidenta de la asociación València és Refugi, explica cómo decenas de personas llegaron desde Motril en dos autobuses, “de madrugada sin nada más que un numero de teléfono de una ONG”. En declaraciones a la televisión valencia À Punt, dice que “llegaron con lo puesto, sin nada que comer, ni información. No se les da direcciones ni nada donde ellos puedan acudir a solicitar la ayuda que necesiten”.

Anteriormente iban directamente a plazas de acogida de ONGs, “ahora, como hemos visto que hay momentos de más flujo que otros, hemos organizado una serie de centros de emergencia, de acogida y de derivación para trabajar con las personas de 4 a 5 días, ver si tienen red familiar en España. Nos permite ir derivando a las personas de forma organizada y ordenada a las plazas de acogida del resto de las organizaciones”, explica en una entrevista telefónica con EL ESPAÑOL, Estrella Rodríguez, Secretaria de Estado de Migraciones.

Cruz Roja atendió a miles desde julio



El ministerio de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social ha puesto en marcha un plan de emergencia con una serie de medidas para reforzar toda la atención, tanto a pie de playa como la atención humanitaria. Son casi 30 millones de euros.

El caos se está reconduciendo rápido, no tenemos las situaciones de las primeras semanas. Día a día generamos muchos más recursos. Estamos reforzando la atención a pie de playa, la atención humanitaria con el incremento de plazas, y luego con los centros de acogida y derivación, que estamos en fase de habilitar alguno más”, detalla Rodríguez.

Miembros de la Cruz Roja atienden a inmigrantes recién desembarcados en el puerto de Motril. Efe

Desde principios de julio hasta la actualidad, Cruz Roja ha atendido a 15.000 personas. Cifra que supera las 10.500 de todo el año 2016.

Además, ante el aumento de llegadas de migrantes, la ONG ha habilitado centros en el sur y en el norte para poder atender a estas personas la media de estancia en los centros, de 5 a 7 días. Hay un bloque en el sur, Motril, Málaga, Almería, y varios sitios de Cádiz. Estos centros temporales habilitados para poder atender a migrantes estarán operativos hasta finales de año si las necesidades los siguen requiriendo.

Desde Migraciones informan que actualmente “hay plazas suficientes para ir acogiendo a la gente”. Cruz Roja tiene actualmente 844 plazas de acogida, y en total rondan las 2.500 con las de otras entidades. La máxima estancia es de tres meses, pero la media no llega al mes, “La mayoría de le gente, sobre todo los hombres jóvenes sin menores a su cargo suele estar entre 7 y 10 días”, detalla José Javier Sánchez de Cruz Roja.

Prioridad a mujeres y menores

Mujeres y menores acompañados se han derivado a las plazas de acogida, que se han reservado para perfiles más vulnerables. Al resto se le atiende en centros abiertos en distintos puntos de España., como polideportivos.

“Hemos reforzado todo el sistema de acogida también para mujeres en situación de vulnerabilidad con hijos o víctimas de trata, con organizaciones especializadas”, informa Rodríguez. Por el momento, el Gobierno ha abierto dos centros, uno en Chiclana y otro Mérida.

Sin embargo, la Asociación Pro Derechos Humanos Andalucía (APDHA) denunció en una comunicado que “los pisos tutelados para mujeres embarazadas migrantes no tienen acceso a bienes básicos”. Financiados por ayuntamientos, la Diputación y la Junta de Andalucía, “no están aportando ni tan siquiera para las madres y bebés acceso a alimento y pañales”.

Se trata al migrante como “una víctima”, denuncia Caminando Fronteras. Para esta organización de defensa de migrantes, “el sistema de acogida olvida a la persona y reproduce las peores lógicas racistas”. Helena Maleno, miembro de esta ONG en Tánger, aseguraba estos días en las redes sociales que “no es cosa de una sola organización. La acogida, tal y como se práctica, es racista. Porque suele entender al migrante como una víctima y no como una persona con voluntades y derechos”.

Se trata al migrante como “una víctima”, denuncia Caminando Fronteras: “El sistema de acogida olvida a la persona y reproduce las peores lógicas racistas”

Desde el ministerio, Estrella Rodríguez asegura: “Estamos reforzando el sistema siendo conscientes de que tenemos que repensar el sistema. Ahora hay que atender a estas personas, darles cobijo, garantizar unos procesos, unos recursos y unos derechos; pero tenemos que analizar el alcance de esta situación y cómo podemos diseñar un sistema permanente y flexible”.

La emergencia es la prioridad, pero el ministerio de Trabajo está estudiando la manera de “reorganizar y fortalecer el sistema de asilo en España”, que todavía tiene una acogida de 18 a 24 meses con un número de plazas definidas para un número que no se ajusta a las necesidades reales.