¿El precio por intentar volar la Sagrada Familia? 1.869,75 euros. Ese es el dinero que desembolsaron los yihadistas de Cataluña para preparar el artefacto explosivo con el que pretendían sembrar el caos. Su objetivo inicial era atentar contra el templo barcelonés, o bien contra los asistentes a un partido entre el F.C. Barcelona y el Betis, en el Camp Nou. Lo habrían conseguido de no ser por que la madre de Satán -nombre con el que se conoce la sustancia que fabricaron- explotó en el piso de Alcanar (Tarragona) que tenían ocupado.

Por motivos de seguridad, este diario no dará indicaciones precisas sobre el material que compraron los yihadistas para preparar el TATP, nombre técnico con el que se conoce a la madre de Satán. Las revistas Dabiq y Rumiyah, editadas por el Estado Islámico, dan instrucciones precisas sobre cómo preparar el explosivo. En ésta última, además, se instó a atentar contra la Sagrada Familia de Barcelona.

Los movimientos de los miembros de la célula terrorista para preparar el TATP comenzaron el 8 de julio. En esa fecha, Omar Hichamy compró en un supermercado Mercadona del Bajo Ampurdán un producto químico de uso común por valor de 14 euros. El producto se dividía en 20 botellas de 250 mililitros (un total de 5 litros).

Se hace público parte del sumario de los atentados en Barcelona y Cambrils

La compra no satisfizo las necesidades de los yihadistas, que necesitaban cantidades mucho mayores para perpetrar sus planes. Por eso optaron por ir a una tienda ubicada en Tarragona que vendía al por mayor este mismo producto. Esta vez fue otro miembro de la célula -el vendedor no supo precisar quién al cien por cien en el acta de reconocimiento fotográfico- el que se hizo con cuatro garrafas de 25 litros y otras 12 de 20 litros. En total, 340 litros por los que desembolsaron 397,13 euros.

500 litros de otro material

En fechas posteriores y hasta las vísperas de la explosión de Alcanar, los terroristas siguieron acumulando grandes cantidades de productos químicos en la vivienda. Casi siempre eran Mohamed Hichamy y Driss Oukabir los encargados de hacer las compras, al volante de una furgoneta de alquiler. Viajaron a tiendas no sólo catalanas, también valencianas, siempre comprando al por mayor.

Los terroristas adquirieron hasta 500 litros de otro producto químico que se utiliza de forma habitual en empresas dedicadas al acero. Este producto supuso la parte principal de la factura final, pues gastaron en él 987,75 euros. También adquirieron material electrónico por valor de 33,01 euros y otros productos habituales en un bazar chino por 41,15 euros.

Resguardo de una de las compras efectuadas por los terroristas.

Los Mossos d'Esquadra también investigaron la empresa en la que había trabajado Mohamed Hichamy. Los agentes detectaron una compra extraña en las partidas, una garrafa de 25 litros de ácido sulfúrico. En la empresa se utilizaba frecuentemente este material, pero la compra llamó la atención por el suministrador -diferente a la tienda a la que siempre se dirigían- y por su tamaño -siempre compraban garrafas mucho mayores-. Su valor, 52,07 euros.

Todos estos productos suman, por tanto, 1.525,11 euros.

Todavía faltan sumar las 20 bombonas de butano que los yihadistas adquirieron en cuatro gasolineras diferentes, con las que pretendían potenciar los efectos de la deflagración. En varias ocasiones, los terroristas se encontraron con la imposibilidad de cambiar las bombonas vacías que llevaban consigo por otras llenas: las estaciones a las que acudían trabajaban exclusivamente con una marca que era diferente a las de sus bombonas.

Con todo, los terroristas consiguieron cambiar 20 bombonas de butano vacías por otras 20 llenas. Lo hicieron en cuatro tandas de cinco bombonas cada una. En total, 344,64 euros. Sumados a la partida anterior (productos químicos, electrónicos, etc.), el monto total alcanza la cifra de 1.869,75 euros.

¿De dónde sacaron el dinero?

De acuerdo a las pesquisas de los Mossos d'Esquadra, Youssef Aalla y Mohamed Houli vendieron varias joyas en la localidad castellonense de Vinaròs con las que obtuvieron 2.530 euros. En fechas previas a los atentados también consiguieron fondos de una empresa de microcréditos. Con este dinero, unido al de sus propios ahorros, planificaron su plan de terror. 

El resto de la historia ya es conocida. El 16 de agosto por la noche explotó la casa de Alcanar en la que acumulaban los artefactos. Los miembros de la célula, temerosos de que las pesquisas de los agentes pusieran de manifiesto sus intenciones de atentar, precipitaron sus planes. No pudieron llevar a cabo ninguna explosión, pero el 17 de agosto arrollaron con un vehículo a los viandantes de La Rambla de Barcelona. Repitieron el procedimiento horas después en Cambrils. En total, 16 personas perdieron la vida en unos episodios que esta semana cumplirán su primer aniversario.