Las emociones fuertes llegan al Congreso de los Diputados. Este viernes, Pedro Sánchez tiene un doble examen. Por una parte, se somete a la votación definitiva la propuesta de la periodista Rosa María Mateo como administradora única de RTVE, tras ocho plenos infructuosos y cambio de planes en la estrategia de la Moncloa. Por otra, el Congreso vota sobre los objetivos de déficit y deuda, que incluyen una flexibilización lograda en Bruselas que permitirá a cada comunidad autónoma gastar un 0,2% más de su PIB. 

Rosa María Mateo tiene comprometidos los apoyos y en Moncloa cruzan los dedos para que nadie se equivoque. Pero a última hora de este jueves, el Gobierno no tenía garantizado el apoyo de sus socios, Unidos Podemos, Compromís, PDeCAT, ERC y PNV. La razón es sencilla. Aunque el Congreso apruebe este viernes las cuentas del Gobierno, el lunes muy probablemente las tumbará el Senado. Por ese motivo, los socios del Gobierno no tienen ningún aliciente para votar a favor, aunque aseguran que es porque el Ejecutivo no ha querido negociar y no los tiene suficientemente en cuenta. 

Consultadas por este periódico, fuentes del Ministerio de Hacienda y de la Vicepresidencia, que están llevando los contactos con los grupos, explican que la votación de este viernes es clave. Y si se pierde, se pierde. 

"Lo importante es ganar la votación. Si no se consigue, nada tiene sentido", explican fuentes próximas a la vicepresidenta. "No hay nada que negociar. Los márgenes son los que son y cada comunidad tendrá dos décimas de su PIB nominal más para gastar", explican desde Hacienda. 

El Gobierno ha hecho de esta votación un pulso contra los nacionalistas. En Moncloa creen que tienen la batalla de la opinión pública ganada. No en vano, distintos miembros del Gobierno, encabezados por Carmen Calvo, la número dos del Ejecutivo, se han pasado días advirtiendo de que los partidos que voten que no tendrán que explicar en sus comunidades autónomas y ayuntamientos por qué les impiden contar con 2.400 millones más, que es lo que supondría para el conjunto de las autonomías el oxígeno extra garantizado por Bruselas. 

El PDeCAT y ERC no tenían, a última hora de este jueves, decidido su voto. "Lo decidiremos sobre la marcha, el mismo viernes", explicaban desde uno de los grupos. Y todos los votos cuentan. Pero Sánchez parece dispuesto a que se evidencie su debilidad parlamentaria si los que pagan el precio son los partidos que renuncian a más dinero tras años quejándose de la austeridad.