"Con 180 diputados se pueden cambiar un montón de cosas en este país. Ahora bien, y es una advertencia. Si usted cree que con buenas palabras, que con palmaditas en la espalda, en pasillos, que con llamadas, que con cenas, que con comidas, que con promesas de cargos en según qué instituciones, nosotros, este grupo parlamentario, nos vamos a liar y nos vamos a olvidar de los nueve secuestrados en Estremera, Alcalá Meco y Soto del Real, le recomiendo que cambie de asesores". 

A buen entendedor, pocas palabras bastan. Estas son, en concreto, de Gabriel Rufián, el diputado de ERC, que puso letra a la música que comenzó a sonar durante la votación de la moción de censura. El apoyo a Sánchez de ERC, PDeCAT, PNV y Bildu no era para una alianza estratégica, la que busca aún Unidos Podemos, que apenas critica al presidente. 

Rufián llama hooligans a Batet y Borrell

ERC, como los demás partidos, sólo apoyarán al presidente del Gobierno si hace concesiones. En ese sentido, esta semana ha sido la del realismo parlamentario. El martes, dos resoluciones no vinculantes sobre Cataluña naufragaron en el Congreso. Era una toma de contacto, "la prueba del algodón", según ERC. Un termómetro de los apoyos. 

Las dos fracasaron. Una de ellas, propuesta por el PP. La otra, de ERC, con una cuidadosa redacción que hablaba de diálogo sin renuncias ni exclusiones, sin citar el derecho a la autodeterminación o lo que su grupo considera "presos políticos". Pero su redacción tenía algunas trampas, a ojos del PSOE, que trató de neutralizar en vano aguando la declaración para hacerla de ella una aún más genérica apelación al diálogo. ERC la rechazó y, según fuentes del grupo, no sin perplejidad. "Era una declaración asumible. ¿Qué pretenden, que sólo se pueda hablar de lo que ellos quieran? ¡Ya no digo negociar sino hablar!", explicaba un diputado republicano en el patio del Congreso. 

La revancha con RTVE

La respuesta llegó unas horas después por boca de Rufián. Y, en los pasillos, el grupo anunciaba que no apoyará el decreto ley para renovar RTVE, la primera medida ejecutiva del Gobierno que requiere respaldo parlamentario. Tampoco entrarán en el Consejo de Administración del ente, sumándose a PP y Ciudadanos en su boicot. 

La mayoría que encumbró a Sánchez con 180 diputados, cuatro más que la mayoría absoluta, se evapora. Sin ERC ya son nueve menos, pero los 8 del PDeCAT y los cinco del PNV también tendrán que ganárselos a pulso los socialistas. Cada voto cuenta y tan solo el PP y Ciudadanos, partidos a los que no les costará ponerse de acuerdo frente a Sánchez, suman 169.

Echar a Rajoy era más fácil que gobernar. Los socialistas lo saben, pero también en el grupo parlamentario hay voces discordantes respecto a la estrategia. En la reunión a puerta cerrada de este martes, a la que estaban convocados los 84 diputados socialistas, varios alzaron la voz ante las votaciones de este jueves, cuando vuelven a la Cámara Baja dos leyes, los Presupuestos y una sobre Patrimonio Natural y Biodiversidad, en las que el PSOE corre el riesgo de quedarse solo. 

Patxi López: "¿Qué criterio tiene el Gobierno?"

La consigna es apoyar lo que diga el Gobierno. "Pero, ¿qué criterio tiene el Gobierno?", se preguntó a puerta cerrada Patxi López. Varios diputados critican que este jueves se perderán varias votaciones de modo incomprensible. Algunas de las enmiendas a los presupuestos están basadas en reivindicaciones socialistas, pero Sánchez ha prometido no moverse de lo aprobado en el Congreso, y estas modificaciones proceden del Senado, donde el PP tiene mayoría absoluta y decidió aceptar reivindicaciones del Partido Aragonesista. Otra enmienda está destinada a proteger a los enfermos de la talidomida, pero el PSOE, que en el fondo está de acuerdo, también votará en contra. Y, pese a todo, probablemente la medida sea aprobada. 

El PSOE también votará en contra de enmiendas sobre una ley medioambiental que limita la caza de especies salvajes, algo que molesta especialmente en el PSOE de Andalucía, Aragón y Castilla-La Mancha y que contraviene el criterio de Cristina Narbona, la presidenta del PSOE. Fuentes del grupo parlamentario aseguran que todo es una estrategia del PP para hacer más difícil la labor del Ejecutivo y que no hay voluntad de resolver ningún problema. Pero este jueves, algunas de las contradicciones o, si se quiere, dificultades del nuevo Gobierno, quedarán al descubierto.