El Gobierno comenzará a acercar presos de ETA próximamente, comenzando por "mayores de 70 años" y "enfermos terminales". Así lo ha asegurado este miércoles Pedro Sánchez en conversación informal con los periodistas tras participar en un debate en el Congreso de los Diputados. 

El acercamiento de presos de ETA tras el anuncio de disolución de la banda terrorista ha sido uno de los asuntos de la última reunión entre Sánchez y el lehendakari Iñigo Urkullu, celebrada este lunes, pero genera una gran controversia con el PP y Ciudadanos, en contra por considerarlo una concesión a los nacionalistas vascos e incluso a Bildu, los herederos de la izquierda abertzale. 

La posibilidad de acercar a presos en situación especial de vulnerabilidad está ya recogida en la legislación. En ese sentido, Sánchez ha decidido acogerse a esa posibilidad (a diferencia del criterio general del PP hasta ahora) y comenzar a acercar a cárceles vascas a reclusos que probablemente generen una menor controversia. El presidente no ha comprometido ni plazos ni si tras estos encarcelados irán otros, más jóvenes y sin enfermedades graves. 

En el Congreso, casi al mismo tiempo que Sánchez atendía a la prensa, el Gobierno y el PP confrontaban precisamente por el mismo asunto. Si las víctimas "salen a la calle para decir que no les gustan las medidas del Gobierno en materia de ETA, el PP estará para acompañarlas", advirtió el diputado y vicesecretario del PP Javier Maroto. 

En una pregunta al ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, Maroto ha pedido al Gobierno que no proceda al acercamiento. "La normalización no es acercar presos ni contentar a los independentistas, es otra cosa, es que el relato de la historia del País Vasco en referencia a ETA tenga incluidas las palabras democracia y dignidad", ha dicho

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