Octubre de 2016 y junio de 2018. Menos de dos años entre las tomas de posesión de Mariano Rajoy y Pedro Sánchez. Dos actos cargados de símbolos muy diferentes, más allá de los partidos políticos a los que representa cada uno de ellos: el líder socialista, a diferencia del popular, ha optado por la ausencia de biblia y crucifijo. También ha prometido su cargo, no jurado. Pero si algo tienen en común ambas fotos es una ausencia. La de la reina Letizia.

Tirando de hemeroteca es fácil encontrar la presencia de la reina Sofía en las últimas tomas de posesión de los presidentes de la democracia española. Tan fácil como que, desde la segunda jura de cargo de Felipe González, asistía a todas ellas, más allá de que el nuevo ocupante de la Moncloa fuese de izquierdas o de derechas. 

Sin ir más lejos, Sofía acompañó a su marido, Juan Carlos I, a tomas de posesión de Mariano Rajoy, de José Luis Rodríguez Zapatero, de José María Aznar y de Felipe González.

Esa tradición no se sustentaba en ninguna obligación. El presidente del Gobierno debe jurar o prometer su cargo ante el rey -antes Juan Carlos I y ahora Felipe VI-, pero no tiene por qué hacerlo ante la reina. 

La reina Letizia se ha tomado esa premisa al pie de la letra. Desde que asumió el reinado de España no ha asistido a ninguna de las tomas de posesión en las que podría haber participado: ni a la de Mariano Rajoy, en 2016, ni a la de Pedro Sánchez de este sábado.