Se consideraba que todos los restos mortales no identificados habían sido incinerados en Turquía, pero el Ministerio de Defensa ha tenido constancia en fechas recientes de que realmente fueron enterrados. Se trata de restos de la tragedia del Yak-42. Quince años después de aquel episodio, Defensa ha iniciado un procedimiento para comprobar su existencia.

"El Ministerio de Defensa ha instado ante la Audiencia Nacional la apertura de un proceso de cooperación judicial con Turquía para verificar la existencia de un resto de una víctima de la tragedia aérea del Yak-42, ocurrida el 26 de mayo del año 2003 en la que fallecieron 75 personas, entre ellas 62 militares españoles", ha señalado el Ministerio dirigido por María Dolores de Cospedal en un comunicado.

El procedimiento arrancó a instancias de un familiar de uno de los 62 militares españoles fallecidos en la tragedia. Con ese motivo, el Ministerio de Defensa consultó sus inquietudes ante el Ministerio de Asuntos Exteriores de Turquía.

La respuesta ha llegado en fechas recientes a la embajada española en Ankara. Las autoridades turcas comunicaron que se trata de una extremidad inferior cuya identificación no pudo determinarse los días posteriores a la tragedia. Fue enterrada en el cementerio de Maçka el 24 de julio de 2003. En el Ministerio de Defensa, que está informando a las familias al respecto, no existe constancia documental de este hecho. 

Por otro lado, las autoridades turcas, en su respuesta a la petición española, también a instancias del mismo familiar de un militar español, confirman que tanto las muestras orgánicas de las víctimas como las de los familiares utilizadas para su identificación fueron destruidas, tal y como determina la legislación turca.

La noticia tiene lugar pocos días después del décimoquinto aniversario de la tragedia, que tuvo lugar el 26 de mayo de 2003.

15 años del Yak-42

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