Eduardo Zaplana realizó una operación inmobiliaria en Madrid por 1,8 millones de euros sin necesidad de hipoteca hace menos de dos meses. Una transacción que investiga también la Guardia Civil en el marco de la operación Erial. Pero lo hizo para reinvertir los fondos de una venta mucho mayor: la de la vivienda que la familia ocupaba en el madrileño Paseo de La Castellana, junto al estadio Santiago Bernabéu, y que compró en el año 2003 cuando se trasladó a Madrid tras ser nombrado ministro.

Zaplana guardaba en Luxemburgo, Panamá, Uruguay y Londres cerca de 10,5 millones de euros

Según ha podido confirmar EL ESPAÑOL, Eduardo Zaplana tuvo durante años una vivienda en propiedad de 500 metros cuadrados, utilizada como domicilio familiar mientras sus tres hijos residían en ella junto al exministro y su mujer. Sin embargo, al arrancar el 2018, el exministro decidió venderla para adquirir un inmueble de menor tamaño, en vista de que dos de sus hijas se habían ya independizado y de que su hijo falleció hace varios años a causa de una enfermedad.

Es por eso que la vivienda se puso en venta y se traspasó a un precio de 2,8 millones de euros. Con parte de ese dinero, Eduardo Zaplana emprendió una nueva compra: esta vez una vivienda de menor tamaño cercana a la sede del Partido Popular y a la sede del Tribunal Supremo.

El inmueble tiene en este caso 290 metros cuadrados y fue comprado por una cuantía sensiblemente menor: 1,8 millones de euros. Es por eso, según explican fuentes cercanas al exportavoz del PP en el Congreso, que no fue necesario solicitar hipoteca alguna para realizar la operación, ya que Zaplana contaba con la liquidez necesaria. De hecho la ley prevé exenciones fiscales para este tipo de operaciones de reinversión directa. 

Sin embargo, la operación está también en el punto de mira de los investigadores, que analizan tanto el patrimonio legal de Zaplana como el posible incremento en sus bienes escriturados a nombre de terceros. El objetivo es determinar si, pese a las apariencias formales, estas inversiones se realizaron siempre con dinero de procedencia lícita o por el contrario, sirvieron como vehículo para colocar en España fondos de procedencia desconocida, ocultos desde hace años en el extranjero.