El Gobierno y el PSOE se unen frente al reto separatista en Cataluña tras la investidura de Quim Torra. "Una respuesta pactada y proporcional en la defensa de la legalidad constitucional y estatutaria frente a cualquier eventual desafío". Este es el núcleo del acuerdo que acaban de suscribir el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, en una reunión celebrada en el Palacio de la Moncloa. La intención de dicho pacto, más allá de las palabras, es bloquear políticamente a Ciudadanos, porque, en palabras de Sánchez, "Rivera se ha aznarizado y está utilizando Cataluña para arañar votos". 

Rajoy y Sánchez analizan la situación de Cataluña

En un comunicado remitido a los medios, el Ejecutivo y el PSOE se refieren a "la situación creada con la investidura del nuevo President de la Generalitat, su discurso político frentista y el carácter xenófobo de sus manifestaciones públicas". 

Además, los líderes de PP y PSOE han coincidido en mostrar se rechazo a "cualquier intento de poner en marcha estructuras políticas distintas a las únicas válidas, que son aquellas contempladas en la Constitución y el Estatuto de autonomía de Cataluña", en clara referencia a los planes de Torra y Carles Puigdemont que consisten en crear un "consejo de la república", con sede en Berlín, que suponga, de facto, que el expresident siga manejando los hilos de la Generalitat.

Vigilantes, también las cuentas

En román paladino, Rajoy y Sánchez dan por acabada la aplicación del artículo 155 en Cataluña pero se mantienen vigilantes por si hubiera que volver a aplicarlo. Una vigilancia que también aplican a las cuentas de la Generalitat. Porque el texto de Gobierno y PSOE habla de "la vigilancia en el cumplimiento de la legalidad se haga extensiva a los recursos públicos que conforman el presupuesto de la Generalitat para garantizar que se destinen al cumplimiento de los fines de interés general para el que están previstos". 

El comunicado de Gobierno y PSOE termina diciendo que este acuerdo queda abierto a "todas las fuerzas políticas constitucionales que apoyaron la aplicación del artículo 155 de la Constitución que permitió la reparación de la legalidad quebrantada por el anterior gobierno de la Generalitat". Una clara referencia a Ciudadanos, que, sin embargo, reclama que el 155 se prolongue.

En suma, como adelantaba EL ESPAÑOL hoy, Rajoy y Sánchez pretenden bloquear a Albert Rivera. El líder de Ciudadanos y el presidente del Gobierno se reunirán esta semana en Moncloa. Las discrepancias están servidas. 

Sánchez, contra Torra y contra Ciudadanos

Pedro Sánchez ha comparecido en la sede del PSOE para dar cuenta de los acuerdos alcanzados entre su formación y el Gobierno durante la reunión con Rajoy. El secretario general socialista ha tildado de "supremacistas" los ya famosos mensajes y artículos del president Torra. Y ha matizado que la "supervisión" de las cuentas catalanas durará "hasta que se sepa el camino del nuevo Gobierno de Cataluña" pero, al mismo tiempo, ha recordado que esa decisión sobre vigilar als cuentas se tomó en 2015. 

El líder del PSOE ha lanzado un mensaje rotundo contra Torra, al que ha recordado que "como presidente de la Generalitat, es el máximo representante del Estado en Cataluña". Ha insistido en que el Estado "responderá con firmeza y proporcionalidad" a cualquier intento de subvertir el orden constitucional. Y, cuando se le ha preguntado directamente por ello, ha asegurado que si el Govern va por la vía de la unilateralirad, "se aplicará el artículo 155 con contundencia"

Sánchez también ha apuntado claramente a Ciudadanos, porque le ha preguntado a Albert Rivera si "considera que la mejor manera" de luchar contra este reto es "poner en cuestión la unidad de las fuerzas políticas que defendemos el orden constitucional". Mensaje que deja clara la estrategia de PSOE y PP contra Cs.

El líder del PSOE ha ido más lejos al acusar a Rivera de "aznarizarse" y al afirmar que "Ciudadanos está usando Cataluña para arañar votos". No sin antes cuestionar las supuestas diferencias de criterio entre Inés Arrimadas y Rivera, ya que, a su juicio, "ella defiende la unidad en el Parlament mientras él pone en cuestión la unidad de las fuerzas constitucionalistas".