El PP de Madrid lleva días intentando contactar de forma discreta con sus disidentes, con aquellos que terminaron enfrentados con el partido en la política o en los tribunales, para intentar frenar la filtración de vídeos y documentación comprometedora como la que ha costado el puesto a la expresidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes tras robar en un supermercado en 2011.

El objetivo, según fuentes que han recibido estos contactos, es hacer una evaluación de riesgo. Conocer la cantidad de vídeos, grabaciones y dossieres que circulan por las manos de los contrarios al partido antes de tomar una decisión sobre el posible sucesor de Cifuentes al frente de las listas electorales populares.

Estos contactos, según ha podido confirmar EL ESPAÑOL, han sido encomendados por un alcalde popular de la zona este de Madrid, que ha utilizado como correa de transmisión a antiguos cargos del partido, ya retirados de la política madrileña.

Otro objetivo de estos contactos es enfriar los ánimos de una serie de exmilitantes y despechados, bien por haber denunciado la corrupción sin haber sido escuchados, por haber perdido su puesto en la Administración debido a las guerras de poder internas, o bien por haber colaborado con políticos investigados ahora causas de corrupción.

Es decir: al PP de Madrid le preocupa lo que pudieron guardar Francisco Granados e Ignacio González. Pero les preocupa más si cabe la documentación o el material sensible que pudieron guardar algunos de sus colaboradores. Eso engrosa mucho más la lista de posibles filtraciones.

Esperanza Aguirre junto con Ignacio González y Francisco Granados. Efe

Pesquisas exhaustivas

Son los miembros de ese núcleo quienes han comenzado a recibir llamadas de sus excompañeros de antaño. De su voz, han escuchado el argumento de que esta guerra interna no beneficia a nadie y perjudica seriamente la imagen del partido. Tanto que el PP de Madrid tiene problemas para elegir al sucesor de Cristina Cifuentes de cara a las elecciones autonómicas de 2019. Su principal miedo es que otro escándalo con información comprometedora pueda tumbar al nuevo candidato si proviene del mismo entorno en el que han corrido los dossieres durante años.

Según confirman fuentes del propio partido, en la formación popular preocupa mucho la custodia del material informático que fue localizado tanto en casa de Ignacio González como en la del exconsejero de Interior Francisco Granados. En ambos casos, los volcados de los ordenadores permanecen todavía bajo secreto y solo será traslada a la causa la información que sea objeto de investigación judicial.

Sin embargo, en el PP de Madrid preocupa que cualquiera de los dos guardara datos comprometedores para algunos miembros del partido, no necesariamente de carácter judicial, y que esa información acabe llegando a los medios de comunicación en plena campaña electoral. 

De hecho, de forma paralela a estos contactos, el Partido Popular de Madrid investiga de forma exhaustiva el historial de todos los posibles candidatos a encabezar las listas de cara a las elecciones de 2019. Analiza su trayectoria en busca de puntos negros. Además, el trabajo no se limita únicamente a los posibles candidatos ya que, según confirman fuentes del propio partido, el chequeo de datos y posibles vulnerabilidades se está centrando también en el núcleo más cercano de los posibles candidatos, empezando por sus parejas y sus principales colaboradores