"¡Llarena fascista! Ni en Das, ni en ningún sitio", "Los Països Catalans serán tu infierno" y "Libertad presos políticos". Con estas pintadas amaneció el domingo la casa del juez del Supremo Pablo Llarena en el municipio de Das (Girona), un día después de la encarcelación Turull, Forcadell, Bassa, Rull y Romeva, y pocas horas antes de conocerse la detención en Alemania de Carles Puigdemont, una vez que el letrado reactivase el viernes la orden europea de detención contra el expresident.







Las pintadas se realizaron también horas después del incendiario discurso de Roger Torrent el sábado en el Parlament, en el que dejó atrás de forma más evidente que nunca la equidistancia que se supone a un presidente de cámara, erigiéndose en cabeza visible del separatismo, una vez sus líderes de octubre están en prisión o en el exilio.



En su intervención, Torrent denunció "represión" e "injerencias externas" y llamó a formar un "frente unitario en defensa de la democracia". "Si actuáramos como si no hubiera pasado nada, estaríamos normalizando una situación de injusticia, involución y represión", dijo en el hemiciclo, palabras que indignaron a Ciudadanos y al PP.















Los poderes del Estado, continuó, "están impidiendo que la voluntad de la ciudadanía, expresada en las urnas, se pueda manifestar libremente". Torrent suspendió el pleno de investidura previsto para el sábado por la mañana, pues el candidato Turull había ingresado en prisión, y lo sustituyó por un pleno simbólico con una ronda de intervenciones de todos los grupos.

El president de la cámara, en su nuevo papel de líder del procés, mantuvo el tono de confrontación el domingo por la noche, en una alocución televisiva tras la detención de Puigdemont en Alemania y los disturbios de la tarde en Barcelona. "Ningún juez, ningún gobierno, ningún funcionario, tiene la legitimidad para cesar, y aún menos perseguir, al presidente de todos los catalanes", dijo, socavando así de forma directa la autoridad del magistrado Llarena.





Arran reivindica las pintadas



La organización juvenil antisistema Arran, vinculada a las CUP y que en enero ya atacase la sede del diario Crónica Global, reivindicó las pintadas en la vivienda vacacional de Llarena (su residencia habitual está en Madrid), alegando "una de las peores olas represivas contra Cataluña desde Barcelona 92".





"Se cree que podrá venir (a Das) a descansar. Respondamos a su represión tantas veces como haga falta. ¡Echémosles!", amenaza Arran a través de Twitter.











La Comisión Permanente del Consejo General del Poder Judicial ha reaccionado y, reunida el domingo en sesión extraordinaria, ha denunciado las amenazas contra Llarena, así como "actuaciones similares en sedes judiciales de diversas localidades de Cataluña" y ha pedido al Ministerio del Interior medidas para garantizar la seguridad del magistrado y de su familia.



"Una manifiesta coacción"



Se trata, según el CGPJ, de "una manifiesta coacción sobre el magistrado y su familia que atentan contra el ejercicio de las funciones". El Consejo ha puesto los hechos en conocimeitno de la Fiscalía para que se inicie una investigación y ha hecho "una llamada a la sensatez y la calma a la ciudadanía en Cataluña".

















No es la primera vez que el Poder Judicial es víctima de las amenazas independentistas en los últimos meses. El ministro de Justicia, Rafael Catalá, ya las denunció en noviembre, alertando que se estaban produciendo pintadas, atentados contra el patrimonio y hasta cortes de suministro eléctrico en domicilios de jueces y fiscales en Cataluña.





Catalá señaló entonces a una parte de la ciudadanía catalana que "vive cómodamente en una sociedad que amenaza, coacciona y limita los derechos de los discrepantes".











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