Tiempo de angulas, manjar en los espacios más exclusivos. La sobreexplotación durante décadas al alevín de la anguila ha disparado su precio hasta alcanzar los 2.000 euros el kilo. Los chefs más reputados experimentan con sus sabores y combinaciones. Pero este mercado oculta una cara desconocida, el tráfico ilegal protagonizado por mafias que actúan de un modo muy parecido a los narcotraficantes. Exportan la mercancía a China, donde las crían hasta la edad adulta para comercializar su carne en el mercado negro. Son los narcos de las angulas, que actúan cada vez con más frecuencia y obligan a la Guardia Civil a desempeñarse a fondo para frenar su actividad.

Cuentan con sus conseguidores, sus mulas y estructuras mafiosas para exportar la mercancía de forma ilegal. Sobre un mapa mundial, España -como punto de partida- y China -destino final- constituyen los dos puntos calientes. El kilo, en el mercado negro, alcanza los 1.500 o 2.000 euros y los delincuentes se mueven entre el furtivismo y el sigilo.

Tráfico de angulas

Mayo de 2016. La Guardia Civil explota la Operación Black Glass en colaboración con Europol, Eurojust y policías de varios países europeos. En total, ocho personas detenidas y tres investigadas. Los agentes detectan una actividad frenética de los delincuentes, que habrían exportado 2.527,43 kilos de angulas a China de forma ilegal con unos beneficios superiores a los cuatro millones de euros. Entre los arrestados figuran algunos viejos conocidos del Instituto Armado, con antecedentes de tráfico de armas. En el fondo, poco les importa la mercancía, siempre y cuando se llenen los bolsillos.

La Operación Black Glass reúne los elementos clave para comprender cómo operan los traficantes de angulas. En el primer escalón se sitúan los conseguidores. Al igual que en el mundo narco, se trata de aquellos individuos especializados en obtener la mercancía: “Pueden hacerlo con el furtivismo, capturando ellos mismos las angulas en Cantabria, Galicia, Asturias, País Vasco, Cataluña o Andalucía, siempre de noche que es cuando se mueve la especie; o bien las compran en el mercado legal”, detalla el teniente Luis Fernando Solanas, del Servicio de Protección de la Naturaleza (SEPRONA) de la Guardia Civil.

Muestras de angulas interceptadas por la Guardia Civil.

Las mafias reúnen la mercancía, cuidándose mucho de mantener con vida a las angulas. Cuentan con espacios acondicionados a tal efecto. Las crías de la anguila se agolpan en cajas dotadas de agua y otros elementos necesarios para su supervivencia. En la Operación Black Glass, los agentes detectaron la existencia de un piso cerca del aeropuerto de Barajas, en Madrid, donde un grupo de ciudadanos chinos se encargaban de la conservación del pescado.

'Mulas' rumbo a China

La elección de esa vivienda cerca del aeropuerto de Barajas no es casual: “Las mafias eligen la vía aérea para traficar con las angulas”, explica el teniente. Es fundamental que el animal llegue con vida a China y, por eso, el trayecto debe realizarse con la mayor celeridad posible.

Encontramos más paralelismos con los narcotraficantes. Para realizar el trayecto, las mafias cuentan con mulas, personas dispuestas a transportar a las angulas de forma ilegal a cambio de un pellizco de dinero. Los alevines viajan dentro de bolsas acondicionadas, en una situación extrema que apenas les garantiza la supervivencia durante unas horas. Las mulas facturan la mercancía oculta entre otros bultos en la bodega del avión, o bien la transportan en su equipaje de mano. El pasado 1 de febrero, la Guardia Civil interceptó más de 300 kilos de angulas en el aeropuerto de Barajas dispuestas para salir rumbo al continente asiático.

Las angulas pueden adquirir un precio de hasta 2.000 euros el kilo.

En otras ocasiones, las mafias optan por el transporte a través de otras vías. “En la Operación Lake del pasado mes de junio desarticulamos, junto con Europol, Eurojust y otras policías europeas, una estructura que había traficado 10 toneladas de angulas, con un beneficio de unos 10 millones de euros”. El teniente Solanas apunta un detalle significativo de esta operación: los delincuentes -entre otros métodos- exportaban la angula a Grecia en camiones acondicionados. Desde allí, la trasladaban hasta Hong Kong bajo un etiquetado falsificado.

Destino a China

Varían las rutas, pero no el destino. En los mercados chinos apenas importan las angulas, pero sí se valoran con singularidad cuando llegan a la edad adulta y se convierten en anguilas. Estos peces tienen unas rutinas de apareamiento muy concretas. Se reproducen en el mar de los Sargazos, en el Atlántico oeste, y los alevines se desarrollan en los ríos de las costas de Europa. Sobre todo en Francia, Portugal y España.

Las anguilas son transportadas en bolsas facturadas o en el equipaje de mano de las mulas.

China, por tanto, no tiene nada que ver con las rutinas de las anguilas. Pero la obsesión sobre su carne las convierte en un manjar. “La angula muy difícilmente se puede criar en cautividad -explica el teniente de la Guardia Civil-. Ese es el motivo que propicia todas estas estructuras. Las mafias chinas las importan para alimentarlas, hacerlas crecer y vender su carne”.

En los últimos años, la Guardia Civil ha detectado una mayor actividad en este mercado negro. En la Operación Abaia se interceptaron 2.000 kilos de angulas y se detuvieron 30 personas. En la Operación Pleamar se aprehendieron 310 kilos que fueron reintroducidas en lugares habilitados por la Diputación Foral de Guipúzcoa. Black Glass, Thunderbird, Lake... son los nombres de las operaciones en las que se han capturado angulas con destino a China. A los detenidos se les suelen imputar varios delitos relacionados contra el medio ambiente, falsedad documental, blanqueo de capitales y organización criminal.

"Para descabezar la organización tenemos que efectuar una investigación que se prolonga durante muchos meses", asegura el teniente Solanas. Son los narcos de las angulas, que se desempeñan con un ritmo frenético en España para lucrarse a 2.000 euros el kilo en el mercado negro.

La carne de anguila es considerada un manjar en el mercado chino.