Los soldados españoles desplegados en la Operación Sophia coinciden en la dureza de las escenas a las que se enfrentan: gritos desgarrados, la lucha más cruel por la supervivencia, existencias que bailan sobre el alambre... No hay que irse muy lejos para sobrecogerse con estos testimonios. Hablamos de las aguas del Mediterráneo, las que bañan nuestras costas y amenazan con convertirse (si no lo son ya) en una gran fosa submarina, aquellas en las que se desempeñan las Fuerzas Armadas en la lucha contra el tráfico de seres humanos. En dos años y medio ya han salvado las vidas de más de 15.000 personas.

El Ejército del Aire y la Armada española luchan contra la muerte en la EunavforMed Sophia, la misión de la Unión Europea desplegada en el Mediterráneo en la lucha contra el tráfico de seres humanos. La inestabilidad que se viven en ciertas regiones de Oriente Medio, África Subsahariana y el norte de África empujan a cientos de miles de personas a una carrera desesperada. 

Las imágenes que vemos del Mediterráneo no son otra cosa que la última etapa de esa carrera. Las personas huyen de sus hogares, acosadas por conflictos o el hambre. Agotadas, dan el último salto al mar a bordo de embarcaciones precarias, cáscaras de nuez proporcionadas por las mafias -la mayoría de las ocasiones, desde tierras libias-. 

Desde octubre de 2015, las Fuerzas Armadas luchan contra ese tráfico de personas. Lo hacen desde dos frentes: por un lado, el destacamento Grappa del Ejército del Aire, con base en la isla italiana de Sigonella, que rastrea todo lo que ocurre en el mar; por otro, una embarcación de la Armada, que bien persigue a los mafiosos o rescata a las personas que luchan por la supervivencia.

Si los soldados del Ejército del Aire son los ojos de la misión, los de la Armada son el brazo ejecutor.

15.254 personas salvadas

"Es imposible reproducir las escenas tan duras del Mediterráneo", apuntaba a EL ESPAÑOL el capitán Carlos Posada Novoa, comandante de la fragata Reina Sofía desplegada en el Mediterráneo. "Lo que está ocurriendo en el Mediterráneo no tiene nombre", añadía, en términos similares, el subteniente del Ejército del Aire Francisco Pozo.

De acuerdo a los datos que maneja la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), desde 2014 y hasta la actualidad han muerto 15.892 personas tratando de cruzar el mar. Las cifras podrían ser mayores, porque éstas sólo hacen referencia a los fallecidos y desaparecidos confirmados.

Las declaraciones de los soldados españoles están marcadas por la pesadumbre y el hastío. Pero también cierto orgullo -si es la palabra más adecuada- de haber podido mitigar el número de muertes en el Mediterráneo: desde octubre de 2015 han rescatado a 15.254 personas. Semana tras semana, el número aumenta.

.

Las estadísticas que maneja el Estado Mayor de la Defensa (EMAD) están desglosadas en las ocho rotaciones de la Armada que hasta ahora han participado en la Operación Sophia. Desde la fragata Canarias, la primera en desplegarse en el operativo, hasta la Santa María, que lleva más de dos meses en el Mediterráneo.

Atendiendo a los datos económicos ofrecidos por el Ministerio de Defensa, esta misión es la tercera más costosa de las 17 en las que España participó el año pasado: 84,3 millones de euros invertidos en 2017. Sólo la superan el despliegue en el Líbano (138 millones) e Irak (123,10).

Rescate a bordo de la fragata Numancia. EMAD

Noticias relacionadas