Barcelona

Pasan tan solo unos minutos de la medianoche en las conocidas Torres Venecianas, al lado de la plaza de España y de una plaza de toros reconvertida en centro comercial. Media docena de vendedores ambulantes ofrecen cerveza y más de un centenar de personas se resiste a abandonar la calle pese al frío. Este jueves ha llegado el invierno a Cataluña, no sólo literalmente, pero para Ciudadanos es primavera. Ha ganado las elecciones y no quiere pensar en el mañana independentista que le aguarda a Cataluña. 

"Hemos ganado en todas las grandes ciudades de Cataluña. ¡Hasta en Lleida! Y en Barcelona Colau es quinta, ¡la que el coletas dice que es la referente moral de Cataluña! ¡Toma ya!", brama un asesor de la campaña, que prometía quemar la noche barcelonesa para celebrarlo. Es difícil calcular cuánto dinero se gastó el partido en confeti, pero en algún momento no se veía el cielo

La fiesta en Ciudadanos ha sido breve porque seguirán en la oposición. Pero Inés Arrimadas y Albert Rivera querían que fuera una fiesta. Ya ni se acuerda del horror vivido por la mañana, cuando la candidata acudió a votar a su colegio electoral y tuvo que aguantar una pitada y que le gritaran "¡fuera!". Ya no se acuerda de tantos actos boicoteados en campaña, de tantos insultos por ser de Ciudadanos o hasta por ser mujer.

El confeti naranja. EFE

Ahora, ella es la líder del primer partido en Cataluña. Ciudadanos vuelve a ser, más que nunca, Ciutadans. Y si Cataluña es "un sol poble" (un solo pueblo), quien lo encabeza es ella. "En Barcelona hemos ganado en Sarriá y en Nou Barris", resumía un diputado en referencia a los barrios más acomodado y humilde de la capital. Al final, la transversalidad no eran los pactos sino su candidatura, al menos entre los constitucionalistas. 

La celebración comenzó con la rítmica sintonía con la que el partido creó ambientillo en todos los mítines de campaña. Después habló Arrimadas, la ganadora. "¡La mayoría social en Cataluña se siente catalana, española y europea. ¡Y así va a seguir siendo!", dice Arrimadas en un momento. "¡Vamos a seguir consiguiendo cosas que parecen imposibles!" Y los asistentes enloquecían, la aclamaban como su presidenta, gritaban "yo soy español, español, español" y mandaban un recadito a TV3: "¡Y luego diréis que somos cinco o seis!" "¡Visca Cataluña. Visca España. Visca Europa!", se despidió Arrimadas. 

Arrimadas

Luego habló Albert Rivera. "Sé que millones de españoles sienten esta victoria como propia". "La victoria de hoy no es de Cs. Es de Cataluña, de España y de Europa". A Rivera le aclamaban como "presidente", que es lo que buscaba su discurso. Y en Moncloa y en Ferraz seguramente comenzaron a inquietarse. El partido naranja ve esta victoria como una etapa intermedia, en Cataluña y en España, antes de llegar al poder Ejecutivo. Después sonó "Viva la Vida", de Coldplay

El equipo naranja se concentró en el hotel Catalonia Plaza, donde la mayoría se quedan a dormir antes de la Ejecutiva de este viernes. Desde la sala donde 400 periodistas seguían la noche electoral se escucharon en un par de ocasiones los gritos de júbilo desde de Ejecutiva nacional de Ciudadanos reunida cerca junto a la de Ciutadans.

Arrimadas se abraza a Albert Rivera esta noche en el hotel Catalonia Plaza de Barcelona. Cs

Nadie ha querido perdérselo: diputados como Ignacio Prendes, Patricia Reyes, Melisa Rodríguez, Toni Roldán, Francisco de la Torre, Marta Rivera de la Cruz, el líder en Andalucía, Juan Marín, o concejales como Begoña Villacís, del Ayuntamiento de Madrid, celebraban los resultados junto a la plana mayor del partido y los cientos de personas sin más banderas que una blanca con un corazón en el que caben tres banderas.

Muchos se abrazaron. Otros lloraban de alegría. Otros sonrieron con preocupación porque no pensaban que el independentismo conservaría la mayoría absoluta. Lo que no conserva es el relato y Ciudadanos ha demostrado que es alternativa. Mañana será otro día.