Daniel Montero Alejandro Requeijo

Hoteles en Jamaica, una planta de fertilizantes en Bangladesh (India), un edificio histórico junto a la Puerta de Alcalá o la instalación de líneas telefónicas en Irak. Cualquier negocio era bueno para que el expresidente de la Comunidad de Madrid Ignacio González, (o Jaime Liberal como se llamaba para pasar desapercibido) intentara sacar una tajada millonaria tras dejar la política.

Al igual que sus compañeros de partido Gustavo de Arístegui y Pedro Gómez De la Serna, González tiró de contactos para intentar intermediar en una cartera de inversiones internacionales. Una red de negocios que, según ha podido confirmar EL ESPAÑOL, supera los 270 millones de euros en solo dos años

Las pruebas de sus intereses comerciales han quedado registradas negro sobre blanco en el sumario de la Operación Lezo, del que González es el principal imputado. Y sobre todo en la documentación enviada a la Audiencia Nacional por el abogado uruguayo Fernando Belhot que, tras ser requerido, ha remitido al juez Manuel García Castellón más de un centenar de correos. Son decenas de mensajes cruzados entre su despacho y el expresidente madrileño que demuestran la voluntad de González de llamar a la puerta de las principales empresas del país (firmas como OHL, Sacyr o Pescanova) y utilizar el favor de diplomáticos como el cónsul de España en Jamaica. 

Una empresa española en Irak

Los correos electrónicos aportados a la causa reflejan cómo González arranca sus contactos con el empresario uruguayo en enero de 2016, seis meses después de dejar la política, interesado en un proyecto para situar a una empresa española de telefonía en Irak. Los correos del expresidente autonómico llegan desde una dirección de gmail a nombre de Liberal Jaime, un juego de palabras con su primer nombre de pila (que prácticamente nadie utiliza para referirse a él) y su segundo apellido. 

"Los responsables de Orange, incluido el nuevo responsable de Asia y Oriente, no ven ahora el tema de Irak aunque ya están en Kurdistán", explica González en un correo fechado el 14 de enero. "Quedó Villalonga en llamarme y no lo ha hecho. Estoy esperando su respuesta. Mañana tengo reunión en Telefónica y a ver qué me dicen. Anoche cené con un socio mío inglés para comentarle el tema, y espero que pueda conectar hoy o mañana con un contacto suyo ruso que tiene interés en telefonía también en la zona", explica tres días después el expresidente de la Comunidad de Madrid. 

Ese mismo día, González recibe respuesta de la multinacional española: Telefónica no está interesada, pero puede que lo esté el operador catarí, el de Arabia Saudí y la principal empresa de Malasia.

El papel de González como comisionista pasa también por Egipto, pero con escala en Londres: "Aprovecho para comentarte que tengo un contacto en Egipto que tiene un fondo de inversión en Londres llamado Nilo Capital, que quiere que le ayude a encontrar empresas dispuestas a invertir en energía eólica y solar, gas e infraestructuras en su país, dentro de un plan que se está desarrollando en el área del Canal de Suez [...] te puedo enviar alguna información reservada", escribe el expresidente madrileño.

Según la documentación remitida después, la intención de González es que una empresa aporte una inversión de 30 millones de dólares. "En cuanto a las licitaciones y demás, nuestro socio está muy introducido a la hora de poder obtener los permisos y las licencias para todo eso".

Negocios con el cónsul de Jamaica

"Querido Fernando (Belhot). Te adelanto que un amigo mío ha sido nombrado cónsul de Jamaica en España y está muy interesado en desarrollar negocios allí. Obviamente, tiene todo el acceso y los contactos para ello". El correo fue enviado el 28 de enero de 2016 a la dirección del empresario uruguayo. "Hay temas de energía, turismo y demás. Pero te lo comento por si se te ocurre alguna cosa de interés para poder impulsarla", prosigue González. 

El 16 de febrero, ambos socios comieron por primera vez en Madrid para conocerse. Y hablaron según sus propias conversaciones de las posibilidades de negocio aparecidas en Jamaica y Egipto. El 25 de febrero, una semana después del encuentro, Ignacio González lanza la primera propuesta para buscar comprador a dos hoteles en Jamaica. El primero, llamado Montego Bay, tiene 85 habitaciones y se vendía por 12,5 millones de dólares. El segundo está en la costa jamaicana de Portland y se vendía algo más barato: 10 millones. Las gestiones de Belhot hacen que se interese por ellos un grupo hotelero de Hong Kong y otro llamado Luxury Frontiers.

El mismo día de la comida, Belhot habla con González para que intente hablar con el constructor Juan Miguel Villar Mir. El objetivo es saber si estaría interesado en invertir en una planta de fertilizantes en Bangladesh. El máximo responsable de OHL se vio meses después imputado en la operación Lezo, y señalada su empresa por abonar un presunto pago de 1,4 millones de euros a los hombres de González en Suiza. Un dinero que, según la versión del intermediario Adrián de la Joya, nunca se llegó a entregar.

"Fernando, he hablado con el presidente de Sacyr y me dice que salieron escaldados de La India y que no les interesa Bangladesh. Estoy pendiente de hablar con Villar", escribe González un día después del encuentro entre el expresidente autonómico y el inversor uruguayo. "He hablado con OHL y dicen que lo van a mirar, aunque en construcción no tienen nada en la zona. Quizás les pueda interesar más la planta de amoniaco", prosigue Ignacio González. "Villar Mir no me ha contestado, pero con la que está cayendo por aquí se lo estará pensando", vuelve a explicar el político español el 1 de marzo.

En aquellas fechas, el directivo del grupo Javier López Madrid está metido de lleno en la investigación de las Tarjetas Black de Bankia, y una semana después se filtran varios mensajes suyos con la reina Letizia, que le apoda "compi yogui".

En el mismo correo, González y Belhot muestran también interés por entrar en el negocio del aeropuerto de Bangladesh.

Inversiones en Ibiza, Menorca o Madrid

Los intereses de González no estaban solo en el extranjero; también intentaba buscar comprador para distintas operaciones en suelo nacional. En Menorca, buscó comprador para un hotel que está en la zona de Binibeca, en un "sitio espléndido. Hay una comisión para el comprador del 2%. Si tienes interesados habría que moverse con rapidez porque en Menorca no hay mucha oferta", escribe el expresidente de la Comunidad de Madrid. 

Siete meses después, en diciembre de 2016, González tiene un nuevo inmueble en cartera. Esta vez es un edificio "a 80 metros de la Puerta de Alcalá", un inmueble rehabilitado "íntegramente y con calidades de diseño" que cuenta con 12 viviendas y 25 plazas de garaje.

Meses antes de ser detenido, es un hotel de cinco estrellas en Ibiza el que busca un comprador: "Fernando, tenemos conexión directa con la propiedad de ese hotel de Ibiza, es uno de los pocos cinco estrellas gran lujo que hay. Se llama Aguas de Ibiza. Tiene 114 habitaciones en suite y 14.000 metros cuadrados. Piden 84 millones directamente con la propiedad. Más entre un 2 y un 3% de honorarios", explica González sobre la operación. 

En Londres, González intenta colocar también otro hotel en febrero de 2017. Esta vez, es propiedad de la cadena Hilton. "Te mando información. Adminístrala y si interesa, avanzamos. Venden por separado si quieren el Hilton Hyde Park. Tiene calificación residencial, por si quieren aprovecharlo". 

Operaciones en Chile y Colombia

En Chile, González trata de intermediar para "un fondo grande" que nunca llega a identificar en sus correos, pero que busca hoteles y otras inversiones inmobiliarias en el país. El empresario Fernando Belhot le pone entonces en contacto con el responsable de su empresa en el país, que al ver la dirección de correo le llama constantemente "Jaime" en sus escritos. Poco después es el propio Belhot el que tiene que alertar a su colaborador de que en realidad, su interlocutor "se llama Nacho", y que el nombre elegido para la dirección de correo "es un seudónimo".

Colombia, donde se centra parte de las investigaciones de la operación Lezo, es otro de los países donde González tenía puesta sus miras. Esta vez, dos empresas locales buscaban compradores españoles. Dos firmas de la zona de Antioquia. La primera era una fábrica de lácteos que produce "250.000 litros al día". La segunda es una firma de construcción que está "entre las diez primeras del país". "La necesidad en esta compañía es inyección de capital todo cash in. Y están dispuestos a vender control", explican los correos que obran ya en poder de la Audiencia Nacional.