La preocupación por la gravísima crisis institucional que vive España se extiende mucho más allá de nuestras fronteras. La entrega de los Premios Princesa de Asturias 2017 tuvo Cataluña como telón de fondo durante toda la ceremonia. Antes de que el Rey clausurara el acto denunciando el "inaceptable intento de secesión" catalán, los presidentes del Parlamento, del Consejo y de la Comisión Europea -distinguidos con el galardón de la Concordia- hicieron una rotunda defensa del Estado de derecho.

Fue Antonio Tajani, máxima autoridad de la Eurocámara, quien defendió la importancia del Estado de derecho frente a los que "siembran la discordia ignorando voluntariamente las leyes". Además, aseguró que "mientras el derecho no se cambie, su respeto no es una opción: es una obligación". El mismo mensaje rotundo lanzó Donald Tusk, que insistió en que "la violencia no resuelve nada. El diálogo siempre es mejor que el conflicto. La ley debe ser respetada por todos los actores de la vida pública y la armonía es mejor que el caos".

Jean Claude Juncker, el líder del Ejecutivo comunitario añadió que la fuerza de la UE y su "poder suave" se fundamenta en "la regla del Derecho" que permite construir u espacio en el que sentirse protegido y donde sus ciudadanos vivan juntos "en una convivencia armoniosa y respetando todas las diferencias".

El Rey Felipe VI con Mariano Rajoy (2i), Donald Tusk (i), Antonio Tajani (2d), y Jean Claude Juncker (d). Efe

Cataluña, parte esencial

El rey aprovechó la presencia de las máximas autoridades europeas en España en un momento donde la unidad constitucional está más en juego que nunca para remarcar el mensaje que envió a todos los españoles el 3 de octubre. Felipe VI dejó para la parte final de su intervención todas las referencias al desafío. Dijo que "en la España del siglo XXI, Cataluña es y seguirá siendo una parte esencial". Y añadió que "ningún proyecto puede conducir al aislamiento ni al empobrecimiento".

A escasas horas de que Mariano Rajoy se reúna con su gabinete en Moncloa para poner en marcha el artículo 155 de la Constitución y restablecer la legalidad en Cataluña, la intervención del monarca era la más esperada en unos premios donde hubo más preocupación en los rostros de los asistentes que alegría. Felipe VI volvió a dejar claro que el Estado hará frente al desafío independentista "a través de sus legítimas instituciones democráticas" siempre dentro del "respeto de nuestra Constitución" y "ateniéndose a los valores y principios de la democracia parlamentaria en la que vivimos desde hace 39 años".

"No lo podemos olvidar"

Don Felipe remarcó que la convivencia entre españoles debe basarse en "una suma leal y solidaria de esfuerzos, sentimientos, afectos y proyectos". Y destacó que toda España, incluida Cataluña, "hemos vivido y compartido éxitos y fracasos, triunfos y sacrificios, alegrías y sufrimientos. Y no lo podemos olvidar".

El jefe del Estado se resiste a que esa historia salte por los aires. "No podemos ni queremos renunciar a lo que hemos construido juntos, sumando las aportaciones de todos". Esto es, a su juicio, "un valiosísimo legado que a todos nos pertenece por igual". Las palabras del monarca que apelaban de nuevo a la unidad del país arrancaron el aplauso de todos los asistentes en el Teatro Campoamor de Oviedo. Destacó especialmente la presencia del presidente del Gobierno y de la presidenta del Congreso de los Diputados, Ana Pastor.