Alejandro Requeijo Daniel Montero

“Los niños vieron unas imágenes de gente que estaban pacíficamente y unos policías que pegaron con sus porras salvajemente”. Eso es lo que ocurrió el pasado 1-O en Cataluña a juicio de la jefa de estudios del colegio Els Grecs de la localidad de Roses (Girona). Su centro ha recibido acusaciones por adoctrinar a los menores, pero desde el colegio lo niegan. Justifican decisiones como haber guardado un minuto de silencio contra “la violencia” policial el día del referéndum ilegal en “la necesidad de atender las inquietudes de sus alumnos”. El colegio sólo da clase hasta el curso de 6º de Primaria, es decir, los más mayores tienen 12 años. 

EL ESPAÑOL publicó la semana pasada que el padre de uno de sus estudiantes había denunciado a una de las profesoras por injurias. El denunciante, guardia civil en Girona, acudió a dependencias policiales después de la pregunta que le hizo su hijo a la salida del colegio: “Papá ¿tu también matas gente y les pegas en la cabeza a los abuelos de mis amigos por ir a votar?”. Esta situación ha generado multitud de reacciones encontradas en el municipio de Roses, tanto a favor como en contra del colegio.

A través de una circular oficial, Els Grecs, negó este miércoles los hechos y tachó la denuncia del agente de “infundada”. Defiende la “profesionalidad” de su claustro de profesores y destaca la “convivencia y libertad” como valores del colegio. Eso sí, añade el documento que “la escuela está íntimamente ligada a la realidad social y por eso ha de atender las inquietudes de sus alumnos”, todos ellos niños o preadolescentes. “El 1 de octubre pasaron cosas, los niños tengan la edad que tengan, preguntan”, alega Mares.

Circular difundida por el colegio El Grecs de Girona.

"Hicimos una reunión previa"

Ese es el parámetro que llevó a la Dirección del colegio a adoptar una posición unitaria respecto a los hechos del 1-O. “Hicimos una reunión  previa donde dijimos a los profesores lo que tenían que decir”, admite Susana Mares. Preguntada por este diario acerca de la explicación ofrecida a los menores, evita precisar los detalles y se ampara en que apenas “fueron dos minutos”. Después afirma que tan sólo se guardó un minuto de silencio, tal y como apuntaba el agente de la Guardia Civil en su denuncia.

“Sí, se guardó un minuto de silencio para pensar que las cosas no se pueden arreglar a golpes, sino con diálogo. Intentamos transmitir esos valores”, insiste esta responsable del centro. Cuestionada acerca de si también se les explicó a los niños que el referéndum del 1-O era un acto ilegal anulado por el Tribunal Constitucional, la jefa de estudios responde que eso es política. “Nosotros no hablamos de que sea legal o ilegal, nosotros no hablamos de política”. 

El colegio Els Grecs denuncia que en los últimos días están recibiendo llamadas anónimas e insultos y aclara que el hijo del guardia civil, de apenas seis años de edad, no fue influenciado por ninguna profesora, sino por los comentarios realizados por otros niños de su clase. “No podemos cerrar la boca a las intervenciones de los niños”, dice. Otras fuentes consultadas aclaran que, efectivamente, se trató de dos alumnos, pero que son hijos de profesoras que dan clase en ese colegio.   

Marés destaca que, de todos los alumnos que tiene el centro, sólo se ha presentado una denuncia de la que, de momento, el colegio no tiene constancia. Insiste en que el cuartel de la Guardia Civil está muy próximo y que en muchas ocasiones los alumnos han recibido la visita del Instituto Armado para exhibiciones. En varias ocasiones se muestra sorprendida y molesta con que “un sector de población” piense que están adoctrinando niños.