La decepción se instaló en el Palacio de la Moncloa este lunes a primera hora, cuando se filtró a los medios de comunicación la carta que Carles Puigdemont envió a Mariano Rajoy como respuesta al primer requerimiento previo a la aplicación del artículo 155 de la Constitución. No hubo rectificación por parte del president.

La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, ofreció una comparecencia una hora después de expirar el plazo para anunciar el ultimátum del ultimátum: daba 72 horas más al president para volver a la legalidad. Sin embargo, la sensación generalizada en el gabinete del presidente es que Puigdemont "no va a rectificar" y "no va a responder claramente al requerimiento". Todos coinciden en que se deberán tomar decisiones "inmediatamente".

En este tiempo de reflexión que Rajoy ha dado a Puigdemont, el presidente y su equipo se dedican en cuerpo y alma a esbozar la manera "menos traumática" de intervenir Cataluña. En el equipo del presidente hablan de aplicar el artículo 155 "a fuego lento" para evitar que una intervención "total" y "traumática" de la región resucite el sentir independentista y "dar motivos a la CUP para llenar las calles de manifestantes".

En esta cuenta contrarreloj, en el Ejecutivo todavía confían en que Junts pel Sí "salte por los aires", Puigdemont pierda el apoyo que sustenta su Gobierno y no le quede más remedio que convocar elecciones. El reglamento del Senado contempla que el primer paso que debe dar el Gobierno para llenar de contenido el artículo 155 es presentar ante el presidente de la Cámara -en este caso Pío García Escudero- un escrito en el que se manifieste el "contenido" y el "alcance" de las medidas propuestas, así como la justificación de que ya se ha hecho el requerimiento al presidente pero no ha hecho caso.

Un Pleno en el Senado

El Gobierno es reacio a "sacar toda la artillería" contra el independentismo y cree que, para devolver la estabilidad a Cataluña, hay que seguir actuando "con prudencia" y "proporcionalidad". Bajo esta premisa están dispuestos a trabajar: aplicando todas las veces que sean necesarias el artículo 155, pero "paso a paso". Será la Mesa del Senado la que remitirá el escrito que envíe el Gobierno y su documentación a la Comisión General de las Comunidades Autónomas.

Sera ésta la encargada de pedirle a Puigdemont "antecedentes", "datos" y las "alegaciones" que considere pertinentes y para que designe, si así lo estima procedente, la persona que asuma la representación a estos efectos. La Comisión formulará una propuesta razonada sobre si procede la aprobación solicitada por el Gobierno, "con los condicionamientos" o "modificaciones" que sean pertinentes en relación con las medidas proyectada.

Después, será el Pleno de la Cámara el que someta a debate la propuesta, con dos turnos a favor y dos en contra de veinte minutos cada uno y las intervenciones de los portavoces de los grupos que lo soliciten. En el Ejecutivo calculan que ese pleno podrá celebrarse el martes o el miércoles de la semana que viene.

Rajoy y su equipo trabajan estos días codo con codo con el PSOE. Los dos interlocutores avanzan la respuesta del Ejecutivo al Govern y tienen claro que todas las decisiones que se tome a partir del jueves serán consensuadas, también con Ciudadanos. El plazo con el que trabajan ahora en Moncloa es que Rajoy convoque a su gabinete el mismo jueves para aprobar en ese Consejo de Ministros extraordinarios las medidas que quiere poner en marcha, previo pacto con el bloque constitucionalista que lideran también Pedro Sánchez y Albert Rivera.

Viaje de Estado

El presidente del Gobierno viaja el jueves por la tarde a Bruselas para participar el viernes en el Consejo de Estado y ni él ni sus colaboradores quieren cancelarlo. A pesar de la situación de ingobernabilidad que se proyecta al exterior, Rajoy considera que es "muy importante" explicar de primera mano a los primeros ministros de Europa "lo que sucede en Cataluña y cómo vamos a sofocar este incendio", destacó un miembro del gabinete del presidente a este periódico.

De momento, el bloque constitucionalista ha conseguido guardar bajo siete llaves cualquier medida que el Ejecutivo vaya a poner en marcha a partir del jueves. Sin embargo, algunos de ellos han dado alguna pista sobre por dónde podría empezar Moncloa a aplicar el artículo 155.  PP, PSOE y Ciudadanos coinciden en la necesidad de que haya elecciones en Castaluña para devolverle su autogobierno. Es la vía que Rivera pidió a Rajoy nada más celebrarse el referéndum del 1 de octubre. Este lunes, el portavoz socialista, Óscar Puente, reconocía tras una reunión de la Ejecutiva que "al final" en Cataluña habrá que poner urnas de verdad para devolverle la estabilidad. Antes, adelantó, la aplicación del 155 conllevaría otras medidas que podrían incluir la sustitución de "los órganos de Gobierno de Cataluña" y "de representación". 

También el 'número tres' del PP, Fernando Martínez-Maillo, reconoció tras la reunión del comité de dirección en Génova que "de momento" Carles Puigdemont es la única persona que tiene potestad para disolver el Parlamento y convocar elecciones. Pase lo que pase, todos los actores coinciden en el diagnóstico: "Nos esperan días muy duros".