Edurne Pujol Leyre Herranz

Cuando Fraga lideraba Alianza Popular hubo un momento en el que su preocupación pasó por el precio de los garbanzos. Afirmaba que lo que de verdad le interesaba a los ciudadanos era “el consabido precio de los garbanzos”. Así, utilizó las legumbres para reflejar la alarmante situación de la economía. 

Manuel Fraga Iribarne en el Congreso. EFE

Hoy, las patatas han tomado el discurso en el Congreso. Todo ha empezado con Aitor Esteban, portavoz del PNV, cuando ha advertido al Gobierno que tiene “dos patatas calientes”, Cataluña y Euskal patata. Y ha apuntado, “para cuando llegue el momento en Euskadi queremos decidir”.

Joan Baldoví, de Compromís, ha recogido la metáfora y lo ha traslado a su discurso: “Tiene que abrir un diálogo para resolver el problema catalán, pero no sólo el catalán, porque no solo hay patatas vascas, euskal patatas, o patatas catalanas. Hay patatas valencianas, murcianas, de las baleares… hay muchas patatas aquí. Hay que encontrar una solución territorial para todas esas patatas, para nuestro sistema de financiación”.  

Rajoy ha seguido con el juego y en su segunda intervención las patatas se han convertido, de nuevo, en el símil del conflicto territorial. Refiriéndose al líder de Compromís ha dicho: “Habló de las patatas. De todas las patatas. De las catalanas, valencianas, murcianas… no habló de las papas canarias ni de las patatas gallegas. Pero el problema más importante, señor Baldoví, es que no habló de las patatas españolas. Y hay mucha gente que quiere que hablemos de las patatas españolas”.