Amanecía el día 8 de agosto en Los Ángeles. Esteban Ayas llegó a la pista listo para comenzar la jornada para la que llevaba preparándose dos años. A las 07:00 comenzó la primera etapa: un cross de cinco kilómetros. Al acabar, sin descanso, tocaba el lanzamiento de bala. Luego vinieron 100 metros lisos; 100 metros en la piscina; trepar seis metros por una cuerda; press de banca; una serie de dominadas y una pista americana de obstáculos.

Acabó doce horas después, pero tenía la recompensa: volvía a ser el bombero más fuerte. El sargento del Parque 5 del Cuerpo de Bomberos de Madrid volvía a ganar el oro en la prueba de TCA, las siglas en inglés para Toughest Competitor Alive, que se podría traducir a El Competidor Vivo más Fuerte: "Es como un decathlon para bomberos", aclara a EL ESPAÑOL.

Tras descansar unos días, ya con el oro que buscaba colgando del cuello, el 13 de agosto se atrevió por primera vez a hacer la Stair Race, una carrera que consiste en subir 64 pisos por las escaleras. La hizo dos veces: sin y con equipo de bombero. En la primera ganó la plata y en la segunda su primer bronce tras seis participaciones en los Juegos Mundiales de Policías y Bomberos.

"Dejé que me ganaran", bromea, pero pronto se sincera. "Ha sido de lo más duro que he hecho en mi vida de deporte. Es súper agónico y doloroso... te das cuenta de lo que tuvieron que pasar los bomberos que subieron casi 100 plantas con el equipo en las Torres Gemelas el 11-S. Es acojonante y acojonador".

"Me gustaría transmitir que no soy un superman", cuenta Esteban a este periódico al llegar a España desde Los Ángeles, sede de los Juegos de 2017. Este sansón de los bomberos tiene 58 años y lleva desde 1989 trabajando para el Ayuntamiento de Madrid. Ahora es sargento y el jefe del Parque de Bomberos número 5, situado en Usera. Tan sólo le quedan dos años para jubilarse, pero no colgará las botas de su pasión: "Seguiré competiendo", promete.

Bombero cuerda

Una pasión personal y por cuenta propia

Esteban forma parte de la Agrupación Deportiva Bomberos de la Comunidad de Madrid. Con ellos entrena y, desde 2003, viaja por todo el mundo a competir. Un hobby que no le financian y hace en su tiempo libre. "El gasto, la inscripción y el viaje... todo corre a mi cuenta. Me paso los dos años que hay entre Juegos ahorrando para ir", dice. "Esto es todo personal, ahora mismo estoy de vacaciones", añade.

La primera vez que compitió en unos Juegos Mundiales de Policías y Bomberos fue en 2003, tras la recomendación de un amigo. "Era en Barcelona. Ahí quedé plata en el TCA", recuerda. Las lesiones le impidieron ir en 2005 y 2007 a Australia y Canadá, pero no se echó para atrás y en 2009 volvió con fuerzas a Vancouver, donde consiguió la plata. Todavía le faltaba el oro.

En 2011, con motivo del décimo aniversario del ataque a las Torres Gemelas, la competición se celebró en Nueva York. "Coincidió con el huracán Irene y se deslució un poco porque suspendieron algunas pruebas", recuerda. Pero consiguió su objetivo: medalla de oro en TCA.

Dos años después volvió a quedar segundo y en 2015 recuperó la presea de campeón. "Nunca me he ido de vacío, cada competición que he hecho he quedado primero o segundo. Esta es la primera vez que tengo una de bronce, que era la que me faltaba", se disculpa.

Esteban Ayas durante la prueba de lanzamiento de bola del TCA Cedida

Su pasión por el deporte y las ganas de superarse ha servido a Esteban y su familia para viajar por todo el mundo. "A Nueva York fuimos todos, con las hijas, yerno y todo", asevera. "Este viaje a Los Ángeles ha estado genial. Hemos hecho casi 2.000 kilómetros en caravana: hemos visto el desierto Big Valley, el Gran Cañón, Las Vegas, Yosemite... un viaje acojonante y muy bonito", dice emocionado.

En las competiciones ha tenido tiempo para poder hacer amigos internacionales. "Es una de las cosas que más mola, porque conoces a gente de todo el mundo". Esteban tiene su pique particular con David Trowbridge, un bombero de Oklahoma: "Nos vamos alternando el oro y la plata en TCA".

Los Juegos Mundiales de Policías y Bomberos

Los Juegos Mundiales de Policías y Bomberos son un evento que reúne a más de 10.000 profesionales de ambos sectores dos veces al año. En total hay participantes de más de 70 países que compiten en 56 categorías. Se compite tanto en pruebas que se ven en unos Juegos Olímpicos como en otras adaptadas a sus trabajos. Hay de todo: desde dardos y billar hasta motocross, así como disparo con pistola para policías.

Esteban Ayas durante una prueba del TCA Cedida

El evento se celebra desde 1985 y desde España viajan policías y bomberos de todas las comunidades autónomas. "De Madrid seríamos unos cuarenta. De España muchos más, unos cien", dice. Esteban ya conoce a la mayoría de los que viajan. "Casi siempre vamos los mismos, los fieles competidores y fieles sufridores". La competición se divide por edades en rangos de cinco años. El bombero madrileño compite en la categoría de 55-60 años, pero esta no es la última. "Hay gente que con 80 y tantos años se hace sus 100 metros lisos", afirma el sargento.

Durante la competición, los atletas representan a su país, aunque los españoles viajan con sus agrupaciones autonómicas. "Los vascos van por su lado, los madrileños por nuestro lado, los catalanes por el suyo. Pero luego, en el medallero, sale el resultado general".

Los españoles, sobradamente preparados

Esteban asegura que la delegación española siempre es una de las mejores. "Casi todos solemos pillar medalla. En 2015 quedamos segundos en el medallero con la cuarta parte de los participantes de Estados Unidos".

La dificultad de las pruebas de acceso a bombero es uno de los motivos por los que los españoles siempre suelen estar en la parte alta de la clasificación. "Las condiciones que tenemos son muy buenas. En otros países tienen sólo un cursito para ser policía o bombero, aquí te tienes que dejar las pelotas", asegura el sargento.

El jefe del Parque 5 del Cuerpo de Bomberos de Madrid no se considera un héroe. "Lo que yo hago lo hacen todos lo pueden hacer todos los bomberos de Madrid. A mi no me ganan porque no están motivados para competir, pero hay bomberos que son verdaderas bestias pardas", manifiesta, como si tuviera vergüenza de admitir que ganar tres medallas a sus 58 años es poca cosa. "Es que es verdad, los bomberos españoles estamos muy bien preparados y motivados", replica.

Esteban está de vuelta en Madrid, donde tendrá que pasar por quirófano para curar la lesión de hombro que arrastra. En casa ya cuelgan dos oros, tres platas y un bronce, pero nada más aterrizar ya tenía en mente los próximos Juegos: "Son en China, en una ciudad que se llama Chengen creo". Ahora le toca ahorrar.