Alejandro Requeijo Daniel Montero

El empresario David Marjaliza, uno de los principales acusados del caso Púnica, fue el primero en advertir ante la Audiencia Nacional de las supuestas prácticas corruptas del número 3 de Cristina Cifuentes, Jaime González Taboada. Ahora, aquellas declaraciones manifestadas en un Juzgado le han costado que otro juez le mande a juicio por un delito de calumnias tras la denuncia que presentó el propio Taboada.

El Juzgado de Instrucción Número 14 de Madrid dictó el pasado junio un auto de procedimiento abreviado con el que pone fin a su investigación y aboca a Marjaliza al banquillo. El empresario, que desde su arresto colabora con los investigadores del caso Púnica, implicó en julio de 2015 a Taboada en el amaño de contratos públicos financiados por la empresa pública madrileña Arpegio dentro del Plan Regional de Inversiones y Servicios de Madrid (Prisma). Cuando trascendieron estas declaraciones, el hombre de confianza de Cifuentes se querelló contra Marjaliza.

La decisión de llevar a juicio dos años después al presunto número dos del caso Púnica se produce en un momento en el que otras dos personas han refrendado también en la Audiencia Nacional las presuntas prácticas corruptas de Taboada en cuanto al amaño de contratos. Este es uno de los argumentos que ha esgrimido Marjaliza para solicitar el archivo de la causa.

"Ataque preventivo" de Taboada 

Sostiene en un recurso de reforma presentado ante el Juzgado que sus palabras sirvieron para “alimentar una línea de investigación que está concluyendo de modo notorio sobre la realidad de los hechos manifestados”. “Lo que tenemos ante nosotros en este proceso es un ataque preventivo realizado por una persona (González Taboada) que se sabe investigada, a fin de sabotear dicha investigación a través de acciones penales paralelas dirigidas contra quien, actuando en interés de la Justicia, por primera vez puso en conocimiento de las autoridades el comportamiento del querellante”, añade.

Alega también Marjaliza que para que fuese realmente un delito de calumnias habría sido necesario que la imputación fuese “falsa, subjetivamente inveraz, con manifiesto desprecio de toda confrontación con la realidad”. En cualquier caso, se defiende diciendo que él lo que hizo en el Juzgado fue hablar "de oídas".

Es decir, que se limitó a reproducir una información que había escuchado de otra persona contra la que también se querelló Taboada y se encuentra en la misma situación que Marjaliza. El empresario propone al menos que el Juzgado espere al resultado de las investigaciones en la Audiencia Nacional, que afectan al número tres de Cifuentes, Jaime González Taboada. 

Acusa al dirigente del Partido Popular de usar su querella por delito de calumnia para descargar su responsabilidad frente a la opinión pública y frente a su propio partido político. "Pero oculta que el hecho supuestamente calumnioso es objeto de investigación por el juzgado Central", zanja Marjaliza en su recurso contra este auto que considera precipitado y basado en exclusiva sobre la base de manifestaciones del propio Taboada que niega "lógicamente" las acusaciones que se le imputan.