El lehendakari, Íñigo Urkullu, se reunirá el próximo lunes, 19 de junio, con el presidente de Cataluña, Carles Puigdemont. Aprovechará su estancia en Barcelona para participar en los actos de homenaje a las víctimas del atentado de Hipercor para mantener una entrevista con su homónimo catalán en el palacio de la Generalitat, según ha anunciado él mismo este jueves en el pleno del Parlamento Vasco.

Aunque en el encuentro ambos dirigentes abordarán la necesidad de construir un nuevo modelo territorial de Estado en el que se “asuma la realidad plurinacional” y “también la de Cataluña”, Urkullu ha vuelto a dejar patente las diferencias que separan el modelo unilateral catalán con la denominada “vía vasca”, de apuesta por el diálogo y la bilateralidad, por la que transita su Gobierno.

Comparecía en el Parlamento para responder a una interpelación de EH Bildu sobre la postura que mantendrá ante el referéndum catalán del 1 de octubre y las medidas que adoptará el Gobierno español para impedirlo. Los intentos de la parlamentaria Maddalen Iriarte por arrancarle un compromiso ante los “ataques “ del Ejecutivo de Rajoy, “dispuesto a todo “ para frenar el 'procés', se han estrellado contra el muro levantado por Urkullu que se ha negado a adelantar cualquier posición.



Actuará con "respeto"



“No sé las medidas que va a adoptar el Gobierno español, ni cómo se va a organizar el referéndum”, ha contestado el lehendakari, que ha insistido una y otra vez en que actuará con “respeto” al proceso abierto por las instituciones catalanas, pero también con “cautela”, y se ha negado a entrar en el terreno de las hipótesis sobre resultados y consecuencias.

La “mano tendida” de EH Bildu para ofrecer “como país” una respuesta a los “atropellos” que vienen de Madrid y articular una estrategia conjunta ante un resultado favorable a la independencia, no ha sido recogida por Urkullu.

Por el contrario, el lehendakari ha llevado el terreno a otro escenario, el de la actual ponencia parlamentaria sobre un nuevo Estatuto para el País Vasco, y le ha pedido a EH Bildu que “no vuelva al todo o la nada” de épocas pasadas para que sea posible llegar a un entendimiento entre todas las fuerzas políticas.

En este sentido ha asegurado que se puede avanzar en la consecución de un nuevo acuerdo “desde el respeto al principio democrático y el principio de legalidad” y ha recordado que el objetivo del Gobierno vasco es “la renovación pactada” del estatus actual lograda sobre “el reconocimiento mutuo” de ambas partes. “Es lo que ofrezco, lo que deseo a Cataluña, una bilateralidad efectiva”, ha expuesto.

"No responde a mi pregunta"

Urkullu ha insistido en la hoja de ruta vasca para actualizar el autogobierno, que incluye una consulta pactada con el Estado, y ha reiterado en que el nuevo acuerdo implicaría “aceptar la realidad plurinacional “ y el reconocimiento como nación del País Vasco, lo que sería también “beneficioso” para Cataluña.

Pese a exponer implícitamente sus diferencias con el proceso catalán, el lehendakari ha subrayado también aquellos aspectos que comparte con Puigdemont, como la necesidad de buscar “soluciones de naturaleza política a las demandas políticas” y sus propuestas de cambio del modelo territorial de Estado para que el País Vasco y Cataluña sean reconocidas como naciones.

Su respuesta ha dejado insatisfecha a Maddalen Iriarte. “Tendrá que decidirse si se pone a favor de Cataluña o de España, eso es lo que le estoy preguntado”, le ha espetado a Urkullu la parlamentaria abertzale, que le ha pedido concreción ante su visita a Puigdemont, sobre qué hará el Gobierno vasco en el caso de que el Ejecutivo de Rajoy “quite” al presidente catalán de su cargo o “desmantele” la Generalitat. Una interpelación que no ha obtenido contestación.

La reunión entre Urkullu y Puigdemont será el primer encuentro formal que mantengan los dos presidentes autonómicos, aunque el dirigente catalán acudió a la investidura del lehendakari el año pasado y ambos coincidieron recientemente en Madrid en el palco del estadio Vicente Calderón durante el final de la Copa del Rey disputada entre el Alavés y el Barcelona.