El entorno de Mariano Rajoy siguió con atención la fórmula que utilizó el PP de Madrid el jueves para neutralizar la moción de censura de Podemos a la presidenta regional, pero no la copiará en la sesión de este martes en el Congreso para "evitar los errores de Cristina Cifuentes". Desde el Gobierno recuerdan, a este respecto, que el objetivo de una moción de censura es "desacreditar el proyecto de quien la presenta", -en este caso Pablo Iglesias-, "pero en ningún caso hablar de nosotros mismos".
Igual que ocurrió en la Asamblea de Madrid, el presidente del Ejecutivo tiene la facultad de intervenir en el pleno de investidura si lo desea, pero el Reglamento del Congreso no le obliga. Sin embargo, fuentes cercanas a Rajoy coinciden en señalar que, contrariamente a Cifuentes, sí replicará a Pablo Iglesias.

Objetivo: que Iglesias se retrate

Ahora bien, el Gobierno pretende dar un perfil bajo a un debate en el que el objetivo es retratar a Iglesias y evitar que el foco se ponga en Rajoy. A diferencia de Cifuentes, que hizo desfilar uno a uno a todos sus consejeros para destacar las bondades de los dos años de su Gobierno, en Moncloa centran todos sus esfuerzos en desdibujar el proyecto de Podemos y mostrar la cara más amarga de Iglesias. El objetivo de la presidenta madrileña era intervenir antes de que finalizara el pleno, pero el agrio enfrentamiento en la Cámara se zanjó con ella y todo su grupo parlamentario fuera del hemiciclo en señal de protesta. Ya en los pasillos reveló que no tomaría la palabra.
En el Gobierno de Rajoy no gustaron ni el tono ni las formas del debate de la Asamblea de Madrid. Las fuentes consultadas critican que el debate se convirtiera en un "show" de 11 horas. "Se rebajaron y se pusieron a la altura de Podemos, algo que nunca debió pasar", aseguran. "La batalla por Twitter fue todavía peor", añaden. Cristina Cifuentes, que no dijo una sola palabra en el pleno, comentó el debate a través de las redes sociales y hasta colgó el menú del día que comió: una hamburguesa del McDonalds.

Los ministros, preparados

Ni en el Gobierno ni en Génova gustó tampoco que sus diputados madrileños abandonaran el pleno por un comentario desafortunado del portavoz de Podemos, Ramón Espinar, y no pasan por alto que el propio portavoz del PP, Ángel Garrido, llegó a llamar a Íñigo Errejón -que seguía la sesión desde la tribuna de oradores- como "el segundo becario más famoso tras Monica Lewinsky". La imagen de la candidata Lorena Ruiz-Huerta interviniendo desde la tribuna con la bancada azul vacía "era lamentable", mantienen las mismas fuentes.
De cara a la moción de censura de este martes, los ministros ya han recibido la orden de prepararse su propio discurso por si alguno tiene que intervenir para replicar a Iglesias. Según el Reglamento, cualquier miembro del Gobierno puede intervenir en el momento que lo estime oportuno. Sin embargo, las mismas fuentes rechazan que vayan a intervenir uno a uno de manera premeditada para obstruir el desarrollo de la sesión, como sí hicieron los consejeros en el Parlamento madrileño con el único objetivo de no dejar hablar a la candidata de Podemos. El objetivo, insisten, es precisamente el contrario: "retratar a Iglesias, no hablar de nosotros para que no hable él".

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