Pedro Sánchez ha ofrecido a la exministra de Medio Ambiente Cristina Narbona la presidencia del PSOE. Varias fuentes cercanas al nuevo líder del PSOE confirman que Sánchez la quiere en el puesto, relevante en la Ejecutiva por su simbolismo y que está llamado a ocupar un socialista de reconocida trayectoria. 

La exministra lleva meses apoyando a Sánchez y ha estado particularmente comprometida en la redacción de su programa político, titulado Por una nueva socialdemocracia. Sus principales medidas pasarán a formar parte, tras el período de enmiendas en el congreso del partido, del proyecto común de los socialistas.

Narbona (Madrid, 1951) es economista, profesora universitaria y en la actualidad consejera del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) por designación parlamentaria, un puesto en el que le restan aún dos años y al que podría tener que renunciar para desempeñar el nuevo puesto en Ferraz.

La exministra, de innegable vocación política, aún no ha tomado una decisión, pero sus obligaciones como consejera del CSN (que esta misma semana la llevaron a comparecer en el Congreso), una ya colmada ambición política y su deseo de disfrutar de la libertad de no ocupar un cargo en primera línea podrían llevarla a declinar la oferta, según las mismas fuentes. Consultada por EL ESPAÑOL, Narbona declinó hacer declaraciones al respecto. 

La composición final de la Ejecutiva se dará a conocer durante el congreso, el 17 y 18 de junio, y para el puesto de presidente han sonado otros nombres, como el de Josep Borrell (pareja de Narbona, como ambos reconocen abiertamente), la también exministra Carmen Calvo o hasta su rival Patxi López. Finalmente, Sánchez ha ofrecido al diputado vasco una cartera con área, en principio relacionada con asuntos de política territorial, si bien el exlehendakari aún no ha hecho pública su respuesta.

Su renuncia al escaño permitió entrar a Sánchez 

Narbona tiene además una variada experiencia institucional como ministra de Medio Ambiente en el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero (2004-2008), secretaria de Estado de Medio Ambiente y Vivienda en el último Ejecutivo de Felipe González, concejal en el Ayuntamiento de Madrid y diputad durante 13 años. Fue precisamente su renuncia al escaño en el Congreso lo que permitió la entrada en el Parlamento de un por entonces desconocido Pedro Sánchez. Ocurrió en enero de 2013, un año y medio antes de que se convirtiese en líder del PSOE por primera vez. 

El puesto de presidente suele recaer en socialistas de reconocida trayectoria y prestigio. Desde el fin de la dictadura hasta 1999 fue Ramón Rubial. Después, Manuel Chaves y José Antonio Griñán, presidentes de la Junta de Andalucía. La última presidenta y la primera mujer en ocupar ese cargo fue la diputada por Jaén Micaela Navarro, que dimitió de la Ejecutiva para forzar la caída de Sánchez. Luego apoyó firmemente a Susana Díaz en las primarias por el liderazgo del partido.

El cargo de presidente del PSOE no tiene apenas competencias estipuladas en los estatutos. A diferencia de lo que ocurre en otras formaciones, como el PP o Ciudadanos, el presidente no es la máxima autoridad sino que ésta recae en el secretario general. Al presidente le corresponde "la representación oficial del partido. Preside y modera las reuniones de la Comisión Ejecutiva Federal y cuantos actos oficiales organice", según el reglamento específico

"Tenemos que recuperar a nuestros hijos"

En los días previos a la jornada de votación en las primarias, Narbona concedió una entrevista en profundidad a este diario. "La socialdemocracia tiene que reforzarse para ser referente en una sociedad, como la española, más bien de centroizquierda. Tenemos que recuperar a nuestros hijos", explicaba en referencia a la brecha generacional que ha hecho que los jóvenes opten por partidos de reciente aparición. 

Según ella, Sánchez tiene las "cualidades asociadas al valor, la coherencia y la determinación" necesarias para liderar el PSOE y España.