Es lunes 29 de mayo en el colegio público CEIP Cardenal Herrera Oria. Los niños llegan al colegio y alrededor de las nueve de la mañana agreden a Nacho, un pseudónimo que utilizamos para preservar la identidad del menor. Los otros niños jalean al presunto agresor, humillándole en público. “¿Pero qué haces?”, le reprende el tutor. “Lo que tú no haces”, contesta el niño. Nacho, de siete años, queda con la cara magullada, llena de arañazos a los que se suman golpes en el pecho, cerca de la axilas.

Poco después le llevan a la enfermería y pasadas las cinco de la tarde le recoge su padre, Luis Miguel. Hasta entonces ni él ni su mujer, Arantza, habían sido avisados de que su hijo había sido agredido, ni que había pasado por la enfermería, según asegura a EL ESPAÑOL. “Mi otro hijo, que va a un curso menos, se cayó el otro día, se hizo un rasguño y me llamaron porque pasó por la enfermería”, dice. “Es una negligencia”. Los padres llevaron ese mismo día a Nacho a la pediatra, que certificó en el parte de lesiones “herida de piel y tejido celular subcutáneo”.

Parte de lesiones de Nacho el mismo día 29 de mayo E.E.

Hasta entonces, Arantza asegura que no daba importancia a las quejas de su hijo, que se vienen dando desde el pasado mes de febrero. “No quiero entrar, no quiero entrar, aquí me insultan y me pegan”, le decía a su madre cuando lo dejaba en la puerta por la mañana. “Nadie quiere ser mi amigo”. Ella pensaba que eran “cosas de niños”, pero tras lo ocurrido aquel lunes las cosas han cambiado.

Denuncia al colegio por no tomar medidas

La fundación ANAR (Ayuda a Niños y Adolescentes en Riesgo) recomendó a Arantza y Luis Miguel que acudieran al colegio con “actitud colaborativa”. Al día siguiente se reunieron con la directora, Pilar Larios, la cual les dijo que "se les había pasado" avisarles y que iban a tener una reunión al mediodía acerca del caso. Después, siempre según el testimonio de la madre, la directora se puso a la defensiva: “Sabéis que vuestro hijo no es un santo”.

Así quedo la axila de Nacho tras la agresión. E.E.

Los padres enviaron una carta al colegio recogiendo lo sucedido y esperaron una respuesta del centro. Al no recibir contestación, Arantza interpuso una denuncia contra el colegio en la comisaría de Fuencarral el pasado 31 de mayo.

La denuncia recoge que Nacho “viene sufriendo desde hace aproximadamente unos tres meses acoso por parte de otro niño de su clase”, que ese niño en alguna ocasión “le había agredido con una carpeta en la barriga” y que el menor había sido castigado “sin salir al recreo” por esos golpes. Arantza incluye también en la denuncia que su hijo se ha vuelto a orinar en la cama tras años sin hacerlo debido a esto.

No culpan al presunto agresor

Arantza pide respuestas. Asegura que su demanda va contra el colegio por la falta de explicaciones, y no contra el presunto agresor o sus padres, con los que intentaron contactar: “Yo no quiero que le pase nada, el niño ya está con la orientadora del colegio. Si hace eso, es porque tiene algún problema”, dice. “Les escribimos un WhatsApp (a los padres) a buenas para poder solucionarlo, pero nos dijeron que desde dirección les habían ordenado que nunca hablaran con otros padres”.

Copia de la denuncia de la madre de Nacho tras la presunta agresión E.E.

El pasado viernes 2 de junio la Comisión de Convivencia del Colegio citó a Arantza y Luis Miguel para contar su versión. Esa misma tarde, tras la reunión, les comunicaron por correo electrónico cinco medidas que habían decidido adoptar, entre las que se incluía cambiar a su hijo de clase. “Mi hijo me pregunta que por qué se tiene que cambiar él de clase”, dice Arantza, quien asegura que jamás han recibido una explicación al respecto por parte del centro. “Es denigrante. Los niños pensarán ‘mira, este ya se ha ido’ o ‘ese es el conflictivo, el perdedor, el pringao’. Encima que ha sufrido esa agresión me niego a que se le señale”.

La madre del niño asegura a EL ESPAÑOL que el colegio no les ha informado en ningún momento del procedimiento que se toma en casos de acoso escolar. “No sabemos, ellos toman las medidas que tomen oportunas”. dice. “El colegio nos ha dicho que no tienen por qué informarnos de las medidas que toman”. 

No es el único caso de acoso

Los insultos trascienden de las aulas y llegan hasta las redes sociales E.E.

Tanto Marga como Esmeralda tuvieron que cambiar a sus hijos de colegio, algo a lo que se niega Arantza: “No tengo por qué cambiar a mi hijo de cole”. A Alejandra y a su hija les conocieron en comisaría el pasado 31 de mayo. Ella también iba a denunciar acoso hacia su hija. “Tiene auténtico pavor. Le pegan todos los días”, dice Alejandra.

Al conocer que el caso de su hijo Nacho no es único, Luis Miguel publicó una recogida de firmas en la web Change.org pidiendo una investigación sobre el caso y la destitución de la directora del centro. Tras la publicación de la recogida de firmas, el colegio pidió a los padres que no se adscibrieran a ella y mantuvieran “la buena reputación del centro”. En el momento de la publicación de esta noticia la recogida suma ya más de 1.800 firmas.

Culpan a la directora

Todas las madres consultadas coinciden en señalar a la directora, Pilar Larios, como la responsable de la falta de acción por parte del colegio. “Tanto la responsable del colegio como la directora de estudios me decían que todo el problema era de mi hija porque tenía muchos problemas de habilidades sociales”, asegura Esmeralda. A Alejandra le dijo que su hija “tenía lo suyo” justo el día antes de que le dieran un puñetazo en el estómago y denunciara en comisaría. A Marga directamente le dijo que no sabía quién era su hijo: “No le ponía cara”.

“A todos nos contestan lo mismo, es como si tuviera una cinta grabada: 'Esto es un hecho aislado, su hijo también ha empezado’”, asegura Arantza. Las madres aseguran que lo peor es que no hace nada para remediarlo y que buscan hechos concretos. “Lo primero que dice es: ‘Nunca hemos tenido un caso de acoso’”, dice Marga. 

Contestación por parte del colegio

Desde el CIEP Cardenal Herrera Oria aseguran que no pueden hablar sobre el caso y nos remiten a la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid. La Consejería asegura a EL ESPAÑOL que están al tanto del caso del pequeño Nacho y que “la inspección está elaborando un informe”.

En 2013 la Consejería desestimó el caso del hijo de Marga. En el informe la directora del área territorial dice que “tanto la Dirección del centro como el equipo docente llevaron a cabo un correcto y sistemático seguimiento del alumno” y que “no han podido constatar” que se trate de acoso.

Arantza asegura que esto no puede seguir así: “A mí si me lo explicaran de una manera coherente…” dice. “No llegamos a ir nosotros el martes (30 de mayo) y ellos no hacen nada”. A día de hoy sigue esperando respuesta por escrito por parte del centro de los motivos por los que han cambiado a su hijo de aula y no a su agresor.