Alejandro Requeijo Carlota Guindal Daniel Montero

El empresario Arturo Fernández pidió ayuda a su amigo Ignacio González para que le abriera las puertas en el Canal de Isabel II. Así se desprende en una conversación intervenida por la Guardia Civil en el marco de la investigación de la Operación Lezo, y a la que ha tenido acceso EL ESPAÑOL.

La conversación se produjo el 13 de octubre del pasado año y a pesar de que González ya había abandonado la Presidencia de la Comunidad de Madrid seguía manteniendo contactos dentro de la empresa pública que dirigió durante muchos años. En esa llamada, Fernández pide al expresidente madrileño, encarcelado desde el pasado 21 de abril, que le ponga en contacto con determinadas personas para agilizar unos determinados trámites relativos a su grupo de empresas.

González le da como personas de contacto de su confianza al secretario General del Canal de Isabel II, Manuel Beltrán Pedreira, y el gerente Adrián Martín de las Huertas. De las intervenciones telefónicas intervenidas al expresidente madrileño, por orden del juez de la Audiencia Nacional Eloy Velasco y bajo la supervisión de la Fiscalía Anticorrupción, se detectan numerosas comunicaciones entre ambos.

En otra conversación, el propietario del grupo de restauración Cantoblanco y ex presidente de la patronal madrileña CEIM pregunta a González sobre un negocio que estaba preparando con su mujer, Lourdes Cavero -que trabajó con Fernández en la patronal empresarial-.

El negocio que estaba montando la mujer del expresidente de la Comunidad era relativo a la explotación de guarderías, a través de la sociedad Chickies: “La de Salamanca fenomenal... el día… ya hemos firmado... ya hemos constituido la empresa (…) entran los restos con ampliación de capital”. Seguidamente ambos comentan que Ignacio González “ya está en marcha”. Cavero ha sido citada a declarar como investigada por el juez en esta misma causa.

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