La guerra abierta en el Partido Popular de Castilla y León tras la salida de Juan Vicente Herrera sigue más viva que nunca. Los dos candidatos oficiales a sucederle, los alcaldes Alfonso Fernández Mañueco (Salamanca) y Antonio Silván (León), han echado toda la carne en el asador para hacerse con el control del partido después de que Mariano Rajoy no haya conseguido aunar las dos candidaturas en una sola y evitar un choque de trenes. El presidente saliente también ha contribuido a avivar la guerra entre las dos candidaturas e intentar que su candidato, y no el de Génova, venza la candidatura oficial. 
Según ha podido saber EL ESPAÑOL, los dos candidatos se sentaron en una misma mesa con Mariano Rajoy antes de que Herrera tirara la toalla. El presidente del Partido Popular les pidió expresamente que los dos aspirantes pidieran al todavía líder regional que no renunciase a su puesto y se quedase al frente del partido al menos hasta las próximas elecciones regionales. Los dos, Mañueco y Silván, acataron las órdenes del presidente y pidieron a Herrera su continuidad. 
Tras darle muchas vueltas y tras cruzar "al menos diez conversaciones" con Rajoy, el único interlocutor de Génova que tuvo, Juan Vicente Herrera aceptó en un principio la oferta lanzada desde la dirección nacional, que incluía convertir al alcalde de León, el candidato que respalda Herrera, en coordinador general del PP de Castilla y León. El presidente de la Junta aceptó y puso una única condición: que Alfonso Fernández Mañueco dejase de ser el secretario general del partido. 
El presidente del PP se negó entonces a aceptar lo que los rivales de Herrera, en particular el coordinador general, Fernando Martínez-Maillo, entendían como "señalar directamente a una persona para auparla y a otra para desterrarla". Antes de que llegara la famosa carta por la que Juan Vicente Herrera hacía de forma oficial su renuncia a seguir al frente del Partido Popular de Castilla y León, Mañueco intentó cerrar una candidatura de consenso con Silván, pero el candidato de Herrera se negó en rotundo e inmediatamente después de la renuncia del presidente presentó su candidatura a sucederle. 
En Génova son conscientes de que Herrera está "poniendo toda la maquinaria de la Junta de Castilla y León" para que gane Antonio Silván. La fuerza real que los dos candidatos tengan entre los afiliados del partido en la región se sabrá este mismo viernes, el día que se celebrará la primera votación donde se sabrá si pasan los dos a una segunda vuelta o, por el contrario, uno vence sobre otro.